El estadounidense Cormac McCarthy escribió en La carretera que «cuando no tengas nada más, inventa ceremonias e infúndeles vida». Y esta es la doble pista en la que baila Lambada Records Bar, el nuevo espacio de encuentro en Las Palmas de Gran Canaria, que combina la liturgia del vinilo con el ritual del vermut o el café de especialidad, y que ya se erige en lugar de peregrinaje para mentes creativas y melómanas. 

Radicado en Joaquín Costa, nº 5, este pequeño local de estética retrovintage abrió sus puertas la pasada semana como tienda de discos y «craft bar» con un marcado acento local, que aspira a consolidarse como espacio dinamizador y de referencia musical con conciertos en acústico y sesiones dj, aliñadas con una copa de rosso y un aperitivo, durante el día. 

Este proyecto materializa un viejo sueño del músico Jordan Santiso, artífice de la empresa junto a su pareja, Ibelisse Amador. «Desde que tenía 10 años me decía: algún día quiero tener una tienda de discos», revela Santiso, coleccionista de discos y apasionado de lo artesanal, que también firma, junto a dos amigos, el conjunto del mobiliario en madera y metal, que comenzó a bocetar en los meses del confinamiento. 

Este sello creativo de carácter artesanal y vanguardista constituye uno de los signos de identidad de Lambada Records Bar, pergeñado con la colaboración del equipo de diseño Brothers & Brothers Co, que cuenta con su propia pared-escaparate en el local para exhibir sus creaciones. 

Esta misma pared dialoga con el mural que preside la tienda-bar al fondo, diseñado por Cristina Santana -integrante del equipo a los pinceles y vermuts-, y que atesora 14 referencias musicales históricas que han marcado las coordenadas sonoras de Santiso, desde Miles Davis a Radiohead, David Bowie o Los Piratas. 

Y este es el hilo musical que hilvana a su vez la selección de vinilos que pueden encontrarse a la venta en Lambada, que, además, se ponen a disposición de los usuarios para las pinchadas en el tocadiscos del local. El espectro engloba todos los estilos dentro del indie, psych, post rock, rock progresivo, experimental, hardcore, grunge o folk, desde lo último de The Smile a Pearl Jam, pasando por joyas nacionales como Moura o Corizonas, y referentes locales como Fajardo o Lajalada. 

En este sentido, Santiso destaca que su criterio de selección se basa «en trabajar, sobre todo, con sellos independientes, con especial atención a los locales y nacionales». «Hemos tocado todos los sellos locales que conocemos», apunta. «Y en general, abarcamos una gama bastante amplia pero también alternativa, con propuestas que no sean el típico Abc que te encuentras de manera accesible en las grandes superficies. Aunque siempre tendremos clásicos como Bob Dylan o Los Beatles».

En cuanto al maridaje, sus raíces gallegas le inculcaron la cultura del vermut, que fue el germen de la idea «de poder aunar música y tragos por la tarde». «Tenemos vermús canarios de prácticamente todas las islas y vermús nacionales, casi todos de pequeñas bodegas», apunta. 

La joya del calendario son las «vermut sessions» de los sábados, de 12.00 a 17.00 horas, con un dj invitado. Pero la idea es acoger conciertos en acústico, eventos «y lo que nos dejen», apunta Santiso, «siempre en horario diurno, porque queremos cambiar esa mentalidad de que un concierto o pinchada tiene que ser siempre alrededor de la medianoche».

Una vez consagrados en el mapa cultural de la ciudad, Santiso apunta con precisión a su siguiente objetivo reconvertirse en sello discográfico. «Parte de este sueño de Lambada como tienda de discos es reinvertir los beneficios en montar un sello discográfico para poder editar a grupos emergentes, que arriesguen y hagan cosas diferentes», avanza. 

La moneda ya está en el aire y el equipo pisa fuerte desde la casilla de salida, donde cada vez son más los caminos que conducen a Lambada.