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150 años de la muerte de un humanista ateo

La influencia de Ludwing Feuerbach en el músico Richard Wagner, en los anarquistas Max Stirner y Bakunin y en las teorías de Marx y Engels

Grabado de Ludwing Feuerbach. . | | LA PROVINCIA/DLP

El 13 de septiembre se cumplieron 150 años de la muerte de Ludwig Feuerbach, el filósofo alemán más conocido en España por haber sido criticado por Carlos Marx y Federico Engels que por su propia filosofía. Pero la influencia de los escritos de Feuerbach tanto sobre Marx y Engels como sobre el grupo filosófico de los Jóvenes Hegelianos (Junghegelianer) es indiscutible. Es considerado el padre intelectual del humanismo ateo contemporáneo o ateísmo antropológico. Para él la inmortalidad fue un invento o creación humana y constituye lo básico de la antropología de la religión.

El materialismo crítico de Feuerbach tendría influencia profunda tanto en el pensamiento de Richard Wagner (el gran músico), los anarquistas Max Stirner y Bakunin, así como en las teorías de Marx y Engels y, en general, en todo el materialismo histórico.

Para el lector no filosófico hay que aclarar que las palabras “materialismo”, “ateismo”, hoy están cargadas de una negatividad procedente del vulgo teológico. Y que tanto en la Alemania de entonces como en todo Occidente ocurre lo mismo. El ateismo se relaciona con todo lo malo, falto de moral, etc. Igual pasa con la palabra “materialista” referída a personas o sistemas, como carentes de todo ideal. Mientras que “religión”, “divinidad”, “dios” son términos asociados a todo lo bueno y deseable.

Pero no todo lo heredado del tradicionalismo y confictos teológicos históricos que está anclado y sumergido invisiblemente en nuestro lenguaje es exacto ni verdadero.

Su idea nace como crítica a Hegel y para refutar la concepción de que toda la realidad pertenece a un espíritu absoluto

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Recordemos:

En los decenios de 1800 en Alemania y especialmente en Prusia reinaban practicas represivas en lo intelectual y en lo politico, y al mismo tiempo la ideología estatal y burocrática estaba impregnada de un luteranismo teológico que resultaba asfixiante.

Antes que Feuerbach autores como Cicerón y Spinoza habían definido la religión como una creación humana, y no como una comunicación con la divinidad. Pero es Feuerbach el que hace que esta teoría tenga influencia en el pensamiento europeo. -1 -

Escatologías laicas

Escatología es el concepto teológico, especialmente desarrollado en el protestantismo luterano, referente a los tiempos finales o del fín del mundo,.

Hegel que ocupaba el invisible trono de la Filosofía Alemana influyó en toda una generación y especialmente en los llamados Junghegelianer. Y en Feuerbach.

Una de las contribuciones más importantes de Hegel, es el papel que la dialéctica juega en todo. Especialmente en su gran obra de juventud durante su periodo en Jena, la fenomenología del espíritu, pero a diferencia de Manuel Kant, su admirado antecesor, Hegel defendía un tipo de razón resultante de la relación dialéctica entre las razones individuales y los hechos impredecibles de la realidad, y cuya sustancia solo podía comprenderse a posteriori, siendo de esta forma una razón histórica. Por el factor imprevisible a priori habla Hegel de la «astucia de la razón», por cuanto difícilmente alguien podría por sí solo considerar todas las variaciones a realizar en el mundo.

Cuando Napoleón entra vencedor en Jena, Hegel no se siente derrotado ni triste, por el contrario se siente fascinado por la entrada nocturna a caballo del Napoleón. El entusiasmo de Hegel se plasma en una carta escrita aquella misma noche del 13 de octubre de 1806 a su amigo Niethammer: «He visto al emperador -ese espíritu del mundo- salir de la ciudad para efectuar un reconocimiento; en efecto, es una sensación maravillosa ver a un individuo semejante que, concentrado en un único punto, montado a caballo, se extiende sobre el mundo y lo domina».

A Hegel no parece importarle que los franceses hayan saqueado el lugar en que se alojaba y haber tenido que refugiarse en casa de su amigo, el librero Frommann. Lo único que le importa es haber salvado su manuscrito de la Fenomenología del espíritu, en el que presenta una concepción total del mundo y un saber absoluto.

Hegel verá en la batalla de Jenae la finalidad de la Historia. El imperio napoleónico supone al Estado absoluto que supone la culminación de los tiempos. Esta escatología laica no es enteramente original de Hegel, pues el economista fisiócrata Turgot la había expuesto en Sobre la historia universal (1751), un marco de la historia humana presentada como una sucesión de civilizaciones en las que se enfrentan la libertad y el despotismo.

La crítica Marx a Feurbach es por la necesidad de abandoner la crítica del cielo para ir a la crítica de la tierra y lo humano.

Los Jóvenes hegelianos

Los jóvenes hegelianos (Junghegelianer), serán los hegelianos de izquierda (Linkshegelianer), un grupo de estudiantes universitarios y jóvenes profesores de la Universidad Humboldt de Berlín que estudian intensamente las teorías de Georg Hegel. Hoy el más famoso de ellos es Carlos Marx, pero lo formaban grandes nombres como el de David Strauss que escribió Das Leben der Jesus (La vida de Jesús), donde argumentó que las enseñanzas originales de Jesús habían sido pervertidas con propósitos políticos. Strauss argumentó que el mensaje original de Jesús se dirigía a los pobres y marginados de la sociedad, no a las clases dominantes. Así las enseñanzas de Jesús habrían sido usurpadas por las clases dominantes con el fin de manipular y oprimir a los pueblos prometiéndoles un premio celestial después de la muerte si se sometían y no se rebelaban contra el orden establecido por los ricos.

Otro muy famoso era Bruno Bauer que pronuncia sentencia sobre que la historia de Jesús era solo un mito. Bauer no encontró en sus investigaciones ninguna referencia histórica a nadie llamado «Yeshua ha-Nazareth» entre los textos sobrevivientes de la Antigüedad Romana.

Max Stirner ocasionalmente habló con jóvenes hegelianos, aunque tenía ideas contrarias a esta corriente de pensamiento. Finalmente satirizó a los jóvenes hegelianos en su obra maestra Der Einzige und Sein Eigentum (El Único y su Propiedad)

Mijail Bakunin en 1835 abandonó su carrera militar y se dedicó al estudio de la filosofía. Entusiasmado por Kant, Fichte y Hegel, fue a la Universidad de Berlín, donde fue alumno de Schelling. Su contacto con los jóvenes hegelianos y la lectura de los primeros socialistas lo llevaron a Suiza, Bélgica y finalmente París. Bakunin fundamentó su socialismo federalista y antiautoritario en una posición materialista que va del positivismo de Comte a la dialéctica de Hegel.

Para el filósofo, la religión consiste en el reconocimiento por parte del hombre de que su esencia misma es ilimitada

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Karl Marx y Federico Engels fueron otros de los jóvenes hegelianos, inicialmente acordes al ataque al cristianismo para erosionar el sistema politico-teológico prusiano y fueron partidarios de Feuerbach, pero más tarde desarrollaron ideas divergentes y rompieron con los jóvenes hegelianos, criticando sus ideas en La ideología alemana y en la sagrada familia.

Los jóvenes hegelianos se oponían a otra corriente hegemónica llamada derecha hegeliana que dominaba los estamentos universitarios y gubernamentales. Esta derecha hegeliana opinaba que la serie de eventos históricos de la dialéctica hegeliana habían culminado en su sociedad, y que el Estado y la Sociedad prusianos tal como existían eran la culminación de todos los cambios dialécticos (mencionaban el alto grado de desarrollo del Estado, la presencia de universidades importantes, desarrollo económico y altas tasas de empleo). A diferencia de esta visión positiva y nacionalista del Estado prusiano, los jóvenes hegelianos veían que Prusia estaba lejos de la perfección debido a la pobreza, la censura gubernamental y la discriminación de los no luteranos.

Los jóvenes hegelianos no eran reconocidos por las Universidades debido a su visión radical de la religión y la sociedad. El profesorado estaba dominado por luteranos y calvinistas. A varios de los profesores se les obligó a dimitir, a algunos estudiantes como el joven Marx se les rechazaron trabajos en la Universidad de Berlín.

Dogmas

Los jóvenes hegelianos interpretaban que todo el aparato estatal prusiano reposaba en una legitimidad basada en la religión, específicamente en el luteranismo de la Prusia del momento. Sin embargo, generalizaron su crítica para aplicarla a otros estados y religiones. Los jóvenes hegelianos afirman que las leyes se asientan en último término en dogmas religiosos. Es la crítica del cielo.

Por eso, en su plan para erosionar el sistema estatal que ellos consideraban corrupto y despótico se esforzaron por atacar la base de la Religión, mediante argumentos filosóficos. En esa crítica, los jóvenes hegelianos fueron pioneros eruditos no-religiosos al interpretar la Biblia desde el temido Spinoza que había sido excomulgado por la sinagoga judía de Amsterdam por su Tratado teológico-político.

Feuerbach allanó el camino a Marx, al haber dicho que “la conciencia de Dios es la autoconciencia del hombre”, que “Dios es el interior revelado del hombre”, que “la religión es la autoconciencia primaria e indirecta del hombre”, y que “el hombre busca su esencia fuera de sí, antes de encontrarla en sí mismo.”

Para analizar el pensamiento de Feuerbach, hay que ver dónde y frente a qué se construye. Su teoría nace como crítica al pensamiento de Hegel para refutar la concepción según la cual toda la realidad pertenece a un espíritu absoluto. Para Feuerbach, este espiritualismo confunde aquello que el ser humano piensa o siente con la realidad misma. Es la famosa teoría de la proyección, que más tarde veremos en Sigmund Freud, según la cual los seres humanos situamos nuestras ideas o nuestros sentimientos fuera de nosotros mismos, proyectando

Para Feuerbach es importante clarificar cuál es el origen real de nuestras percepciones, ideas y creencias a fin de poder enfrentarnos con ellas en su realidad radical. Hegel, por lo tanto, habría cometido un error de principio al asumir la existencia de un espíritu trascendente que supone fundamento de toda la realidad únicamente porque nosotros entendemos la totalidad desde nuestro espíritu. Aquí está el giro maestro de Feuerbach.

Siguiendo el mismo método, Feuerbach establece una crítica a toda concepción espiritualista de la religión. Para él, la esencia de la religión es la proyección de la esencia humana en un más allá abstracto. El hombre proyecta su razón y sus sentimientos, que sobrepasan su ser concreto, en un ente supremo. Esto ocurre así porque, mientras que “para el animal la vida interior se identifica con la exterior. El hombre, empero, tiene una vida interior y una exterior. La vida interior del hombre es la vida en relación a su especie, a su esencia”. Esta “vida interior”, es lo que hace que el hombre pueda pensar en términos universales y proyectar sus emociones al resto de la humanidad. La esencia del hombre, para Feuerbach, reside en esta capacidad de “comprender y sentir” a toda la especie humana. Esto es lo que Feuerbach denomina conciencia. La conciencia se distingue del instinto animal en que es capaz de abstraerse del individuo en que se sitúa y abarcar la generalidad. Es la fuente, por ejemplo, de la ciencia y del arte. Para este pensador, “la conciencia es esencialmente de un carácter universal e infinito”. Esta conciencia, para Feuerbach, no es solo la razón, sino que también forman parte de ella la voluntad y el amor: para él, estas tres dimensiones de lo humano son una suerte de fuerzas que dominan al hombre concreto y le impelen a actuar enfocado a lo universal. La razón lo lleva a pensar, la voluntad a actuar y el amor a sentir en términos universales, más allá de su particularidad.

Esta esencia humana, que es infinita, emplea los objetos de su alrededor para desarrollarse y llevarse a cabo. Es decir, que el ser humano, para conocer su esencia, necesita expresarla en el mundo (objetivarla) para así poder entenderla. La relación del espíritu humano con los objetos es semejante a la del rostro humano y el espejo: para poder conocer nuestra cara, tenemos que verla en algo distinta a, justamente, nosotros mismos (un espejo): si nunca viéramos nuestra cara en algo distinto, nunca podríamos conocerla. Igualmente, el espíritu humano requiere los objetos del mundo para entender su esencia. Por lo tanto, como yo, en los objetos que siento, que quiero y que razono me conozco y expreso mi esencia humana infinita (no como individuo particular, sino como especie), la religión consistirá en la afirmación de esta ilimitación de mi esencia. Es decir, “Cada esencia es más bien infinita en sí y para sí. Lleva su Dios, su Ser Supremo, en sí misma”. Es por ello que Feuerbach afirmará que la religión es, paradójicamente, la conciencia que tiene el ser humano de su propia esencia ilimitada.

Así pues, y frente a la concepción de Hegel, según la cual la religión es el proceso por el cual el ser humano se da cuenta de que forma parte del Absoluto, para Feuerbach la religión consiste en el reconocimiento por parte del hombre de que su esencia misma es ilimitada. No es el Absoluto espiritual, sino el Absoluto humano, lo que se afirma en la religión. Esto conlleva que las representaciones religiosas estén condicionas y moldeadas desde la esencia humana; para Feuerbach, el Dios de un pájaro, por ejemplo, si tuviera esa conciencia de infinitud, sería la expresión de su esencia, y sería totalmente discordante con el Dios humano. El error de la religión consiste en pensar que Dios está más allá de la esencia humana, que es una cosa distinta, cuando en realidad es la afirmación de que la esencia humana es infinita, frente a la particularidad de su existencia. En síntesis, para Feuerbach, Dios es una proyección del deseo humano de ser infinito.

La influencia de Feuerbach en los primeros pasos de Marx es nítida. El humanismo feuerbachiano - que después criticará como metafísico - se manifiesta cuando Marx dice: «La crítica de la religión culmina en la doctrina de que el hombre sea lo más elevado para el hombre; y en consecuencia, en el imperativo categórico de subvenir a todas las relaciones en las cuales el hombre es un ser envilecido, humillado, abandonado, despreciado.»

Engels dirá que es decididamente errónea la afirmación de Feuerbach de que «los períodos de la humanidad sólo se diferencian en los cambios religiosos».

Porque, según Engels, sólo los grandes giros históricos han ido acompañados de cambios religiosos si se consideran las tres religiones mundiales: El budismo, el cristianismo y el islam. Pero no en las religiones primitivas o naturales que carecen del aparato propagandistico de estas tres.

Pero a pesar de tales críticas, el papel de Feuerbach fue muy importante en el desarrollo del marxismo ruso en la época absolutista zarista y posteriormente soviético viene de la mano de Plejanov y de Lenin que estimaban la filosofía humanista de Feuerbach. Y no solo entre los marxistas, sino incluso en Wagner, Schopenhauer, Nietzsche y otros filósofos.

En Alemania diversas Asociaciones Humanistas realizan actos conmemorativos de este filósofo que tanta influencia ha tenido incluso en el protestantismo alemán.

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