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Literatura

Vizcondesa de Redonda

La diseñadora canaria Helena Rohner es una de las pocas mujeres dentro de la nobleza creada por Javier Marías en torno a su reino

Helena Rohner.

La muerte de Javier Marías deja, además del vacío literario, un trono sin rey. El escritor, monarca del Reino de Redonda, una inexpugnable peña en el Caribe, había creado hasta una nobleza en torno al sitial. En ese universo la diseñadora grancanaria Helena Rohner ostenta el título de vizcondesa Von Gunten.

Si se desconoce su verdadero nombre, nadie tendría por qué dudar al ver a esta fantástica señora, de tez pálida y padre suizo, y se la presentan como vizcondesa Von Gunten. Sin embargo, se trata de la diseñadora grancanaria de joyas Helena Rohner y ese título es un detalle que le otorgó a la creadora el recientemente fallecido escritor Javier Marías haciéndola parte de la nobleza del Reino de Redonda, isla de la cual era monarca el autor de Corazón tan blanco. Rohner, una de las escasas mujeres de la corte, se encargó de diseñar la corona de inspiración «caribeña» del feudo donde Marías gobernó como Xavier I aunque nunca llegara a pisarlo.

Pasaporte de Vignelli,

Todo nace con una invitación de Cano Estudio a la diseñadora canaria para crear la corona de Redonda con motivo de la publicación de un volumen sobre islas que se iba a publicar centrado en ese pedazo de roca vecina de Antigua y Monserrat, al otro lado del Atlántico, por la que en 1943 pasó Cristóbal Colón y ni siquiera se dignó a parar del poco interés que le despertó. «Aunque no le traté demasiado y era una persona bastante tímida, siempre he pensado que era un individuo con mucho sentido del humor y en absoluto alguien triste, todo lo contrario», explica Rohner antes de reconocer que «su fallecimiento ha dejado en shock a mucha gente por lo inesperado».

la diseñadora, sentada en el centro, con Javier Marías detrás junto a Luis Antonio de Villena, Savater o Díaz Yanes, entre otros.

Rememora Helena sus encuentros casuales con el autor cuando ella acudía a un taller en Madrid donde fabricaban porcelana para sus diseños. «Yo iba al cuarto piso y Marías vivía en el primero, aunque luego compró también la segunda planta porque creo que tenía una colección bibliográfica enorme; nos saludábamos y poco más pero imagino que él pensaría quién es esta que aparece por aquí a cada rato”, recuerda la grancanaria, que no lo dudó cuando poco después le propusieron participar en esa aventura que también contó con el arquitecto Frank O. Gery para crear el palacio; Javier Mariscal se encargó de la bandera; Ron Arad diseñó el trono y Massimo Vignelli desarrolló el pasaporte y el escudo oficial de Redonda.

Dibujo de la corona diseñada por Rohner para Redonda

Redonda y su monarquía nacen en 1880 del caprichoso regalo de un padre naviero a su hijo de 15 años, M. P. Shiel, que acabaría siendo escritor y ostentó el título de primer monarca de Redonda, una peña de casi verticales, casi inexpugnable, de un kilómetro y medio de largo por medio de ancho. El novelista se convirtió en protector de John Gawsworth, «un oscurísimo escritor inglés», explicaría el propio Javier Marías en un artículo. Tras la muerte de Shiel, Ian Fytton Armstrong, que era el verdadero nombre de Gawsworth, recibe como herencia el Reino de Redonda, pero acabaría en la más absoluta miseria. Es lógico que con tantos ingredientes novelescos, a los que se suma la casi inexistencia de obras de Gawsworth en las librerías antiguas de Oxford y Londres pero sí, de repente, en Argelia, Túnez o Calcuta, Marías acabara apasionándose con ese universo que reflejaría en Todas las almas y Negra espalda del tiempo.

Cano Estudio le encargó a la grancanaria crear la corona, un diseño «caribeño y recargado»

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Bandera de Mariscal

Se obsesionó de tal manera con aquel personaje que terminaría pagando en una subasta 1.000 dólares por un lote de cartas, fotografías y documentos pertenecientes a Gawsworth aprovechando el dinero que había ganado en un premio literario, pero no fue hasta 1997 que el escritor recientemente fallecido tuviera su primer contacto con la realeza de Redonda a través de una carta que Jon Wynne-Tyson, el Rey Juan II de Redonda, le escribiera al autor de Mañana en la batalla piensa en mi contándole que pensaba abdicar. «Estaba cansado de que le dieran tanto la lata otros aspirantes al trono», contaba Javier Marías. «Me contó que buscaba un escritor de verdad para perpetuar la leyenda y me sugirió si yo podría considerar la posibilidad de sucederle».

Castillo de Frank O. Ghery

Helena Rohner se apuntó al juego propuesto hace 20 años y dibujó «una corona caribeña y recargada para un reino imaginario; un dibujo de niños para un reino de niños», describe la diseñadora antes de reconocer que, efectivamente, se trata de una de las pocas mujeres de la realeza de Redonda junto a Daniella Pittarello y Julia Altares, embajadoras en Italia y Alemania, respectivamente. Además, Rohner y el periodista Juan Cruz, Comisario de Agitación y Propaganda del Reino, son los únicos canarios de esa nobleza.

Monedas de Mendinni.

«No tienen nada de oficial pero te resultaba simpático», cuenta Rohner que después de su nombramiento se encontró por Madrid en contadas ocasiones con Marías «aunque comía siempre en un restaurante fabuloso que hay junto a mi taller». La diseñadora recuerda verle solo en la mesa «pero como decía antes, no me parecía una persona triste sino alguien feliz con su mundo interior, que debía ser riquísimo e interesantísimo», añade.

Trono de Ron Arad.

Los títulos nobiliarios se acordaban con sus seleccionados: Pedro Almodóvar es duque de Trémula y Cabrera Infante fue de Tigres mientras Coppola y Pierre Bordieu son, respectivamente, duques de Desarraigo y Megalópolis. Así, ellos y Savater, Ingendaay, Díaz Yanes o Pérez Reverte están también de luto porque se les ha muerto un rey. De la literatura y del Reino de Redonda.

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