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Arte

Dalí entra en el metaverso en el Ideal

La exposición inmersiva 'Dalí cibernétic' descubre tanto el universo artístico del pintor como sus obsesiones científicas y humanistas

Exposición inmersiva ’Dalí Cibernètic’. Jordi Otix

"Considero que mi ojo es la única prueba que puedo dar del resplandor a mi alma, de la expresión de mis sentimientos", afirmó el ampurdanés Salvador Dalí (1904-1989). Fue único, universal y visionario, siempre fascinado con los avances científicos. Su obra ahora cobra una nueva dimensión en 'Dalí cibernètic', la nueva exposición inmersiva que a partir de este miércoles acoge el Ideal de Poblenou, en Barcelona. "Volviendo a cerrar los ojos y mirando retrospectivamente, lo que queda son las imágenes que poseen el mayor número de 'bits de información', o sea, aquellas que persisten y que siempre persistirán en la memoria", declaró el creador. Seguro que le encantaría ver las virguerías que la tecnología es capaz de hacer hoy con su obra pixelada. Unos 200 de sus cuadros más icónicos han sido utilizados en esta nueva experiencia inmersiva que destaca su faceta humanista y científica sobre una superficie de 1000 metros cuadrados.

Dalí llegó a prever que algún día el ser humano dispondría de una máquina para soñar a la que nos conectaríamos seis minutos al día para ser felices. Lo que nunca imaginó es que su propio mundo, sus símbolos y sus sueños, empaparían una experiencia alucinante en el metaverso que el público descubre al acabar el recorrido por la exposición en la sala Ideal de Poblenou.

Unas gafas de realidad virtual permiten adentrarse en un viaje alucinante a bordo de una nave que surca el universo daliniano, donde cobran vida los elefantes que levitan sobre largas y delgadas patas imposibles. Las hormigas y otros símbolos de su rico imaginario aparecen en esta aventura, donde su musa Gala también está presente, transformada en mascarón de proa. Alucinante.

Para muchos Dalí es solo un artista surrealista. Esta muestra amplía el foco para centrarse en el Dalí amante de la ciencia y de la literatura, un hombre culto que se obsesionó con los hologramas, con la energía nuclear y las primeras máquinas que años después darían lugar a los ordenadores. "La exposición descubre al Dalí pionero en el mundo cibernético y también a un Dalí humanista", ha destacado Anna Pou, comisaria de la muestra junto a Imma Fontdevila. El espectador penetra en universo daliniano donde predominan las obsesiones de Dalí como universos paralelos, la física cuántica, la cuarta dimensión, la óptica, la geometría sagrada y la secuenciación del ADN interpretados a partir de sus obras. Gala, su musa, ocupa un espacio predominante en la proyección de imágenes inmersivas que permiten apreciar las obras de Dalí con otra perspectiva, a través de proyecciones apabullantes que incluyen imágenes en 3D en determinados momentos que requieren gafas especiales que se entregan al llegar.

El pie de Gala, como nunca

Con las gafas 3D puestas, se entra en un mundo de formas geométricas alucinantes precedido del vuelo de unas mariposas, que siempre fascinaron al artista. Gala, su eterna compañera y musa, tiene mucha presencia en la exposición. Hasta aparece en 3D 'El pie de Gala. Obra estereoscópica', que se puede observar de una manera mucho más impactante de lo que Dalí jamás soñó, con la extremidad de su musa casi a tocar del espectador, que acaba desvinculándose incluso de su cuerpo para cobrar vida propia.

En el filme inmersivo, las obras del artista se transforman, cobran movimiento a veces y ofrecen sugerentes encuadres. Por ejemplo, hay un 'Cristo de San Juan de la Cruz' con un plano cenital y una 'Galatea de las esferas' que se expande. Los cuadros aparecen ordenados por temas, no por orden cronológico. Ciencia y arte, imágenes fijas y en movimiento, todo se va alternando en un espectáculo que no da tregua y permite observar detalles de los cuadros de Dalí como nunca. A veces las cuatro paredes de la sala de 1000 metros cuadrados exhiben cuadros diferentes, otras un mismo tema lo domina todo y, de repente uno se ve sumergido en un mar de bolas plateadas colgando en el vacío, representación de esas partículas que forman el átomo, en las que podrían haberse inspirado esas bolas de cristal discotequeras. Tampoco faltan guiños al premio Nobel de Física Albert Einstein y a la actriz Mae West. A ella le dedicó Dalí una original instalación que se ha convertido en una de las salas estrella del museo del artista en Figueres.

La banda sonora de Rafael Plana contribuye sumergir al espectador al mundo daliniano en esta producción de Layers of Reality para Ideal Barcelona en colaboración con artistas digitales y estudios com Antiloop, Blit Studio, Tururut, Burzon Comenge. La partitura de Plana conecta tradición y modernidad. A parte de la música de Satie y de un pasaje de ‘El cant dels ocells’, todo es composición propia. "Diseñé la partitura en función del guion. Propongo ideas y melodías a partir del esqueleto rítmico que hemos pactado. La música y el sonido aportan emoción", explica el compositor, que integra música electrónica e instrumentos originales de la cobla que aparecen en una neosardana. "Grabamos ese pasaje con tenora, fiscorno, flautín y tible en la cúpula de la Fundació Gala-Dalí porque tiene una resonancia magnífica", comenta. También la habanera que suena al comenzar tiene ese punto casi religioso porque "una parte se grabó en la cripta donde está enterrada Gala".  

Desde hace dos años, la Fundació Gala-Salvador Dalí ha seguido de cerca la elaboración de este nuevo formato expositivo que penetra en la mente del artista con unas proyecciones apabullantes. La producción y arranque del 'Dalí cibernètic' ha tenido un coste de 1,2 millones de euros. Está prevista una gira internacional por 20 ciudades los próximos cuatro años.

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