‘Las latinas son’ es una obra de teatro social y autogestionada que comenzó sus andanzas en 2019. Tras meses y meses de ensayar con ahínco cada domingo, el proyecto se hizo realidad gracias a 10 mujeres de diferentes países de América Latina que ponen su tiempo y esfuerzo para reivindicar y reivindicarse. Emplean la técnica de «teatro de las oprimidas»: todo lo que cuentan en la obra son sucesos reales de sus vidas.

«Mucho ojo con las colombianas», «tiene cara de latina, de indígena», «¿y a esta latinita bien caliente, no le gustaría probar este macho ibérico? Enviar -gesto de un dedo sobre el teclado de un móvil-»: estas son algunas de las frases que dicen sobre el escenario las actrices de la obra Las latinas son, de la compañía Teatro Sin Papeles, que este jueves 6 de octubre se podrá ver en la Casa de la Cultura Saro Bolaños de Vecindario.

Este proyecto de teatro social, que se representará como parte de las jornadas Érase otra vez. III Encuentro Santa Lucía Antirrumores, promovidas por el Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana, tiene como objetivo denunciar la discriminación, la violencia y la vulneración de derechos que sufren las mujeres migrantes en España. Dirigida por Camila Pinzón Mendoza, la obra es interpretada por un grupo de nueve mujeres de distintos países de Abya Yala (nombre originario del continente americano) que ponen sus cuerpos y voces sobre el escenario para «hablar más alto, más fuerte, con más seguridad, y por fin ser escuchadas».

Nicole Polensvaig, Mercy Bustos, Lorena Avilés, Deicy Reina, Érika Sarmiento, Luisa Anaya, Karla Gwendolly González, Karen Patricia Rodríguez y Noelia Quino, son las creadoras esta propuesta autogestionada en la que sus experiencias migratorias se revelan a través de lo dramático para denunciar el maltrato, las condiciones indignas de trabajo que enfrentan cada día, la falta de apoyo por parte de la sociedad y de las instituciones o la constante reducción de sus identidades y vivencias al estereotipo, el prejuicio y la victimización.

Las latinas son se empezó a gestar allá por 2019, cuando a Camila Pinzón, de Teatro Sin Papeles, se le ocurrió el proyecto y empezó a buscar mujeres que estuviesen dispuestas a participar. No fue tarea fácil: Camila tuvo que estar meses sacando convocatorias hasta conseguir un grupo de cinco integrantes con las que empezar a trabajar en conjunto. «Las mujeres estamos todo el tiempo con el tema de los cuidados», explica la directora de la obra, «las madres cuidando a los niños, y todo el tiempo muy ocupadas, y por más ganas que tengamos de hacer cosas, el mismo género nos somete a estar haciendo todo menos lo que queremos».

«La técnica que usamos es la del teatro de las oprimidas, una técnica muy específica que lo que intenta es dar voz a las personas que viven ciertas realidades»

Camila Pinzón - Directora de 'Las latinas son'

Las diez mujeres que forman el equipo de esta obra (contando a su directora), son trabajadoras y migrantes (de Colombia, Perú, Cuba, Honduras, Argentina, México y Bolivia). A excepción de una de ellas, ninguna es actriz: todo lo que cuentan sobre el escenario son vivencias propias o de otras compañeras de la región. «La técnica que usamos es la del teatro de las oprimidas, una técnica muy específica que lo que intenta es dar voz a las personas que viven ciertas realidades, las personas que viven estas realidades son las mismas que crean el discurso y que representan la obra», explica Pinzón.

Muchas de ellas han sido o son trabajadoras del hogar, colectivo que también se representa en Las latinas son. En concreto, se hace en dos escenas que hablan del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que España ratificó el pasado mes de junio y que mejora las condiciones (descansos, vacaciones, protección frente al desempleo) de las mujeres que trabajan y cuidan en los hogares de los demás.  «Dentro de nuestro grupo hay trabajadoras del hogar, que lo son ahora mismo o que lo fueron y lograron salir de ahí», declara Camila Pinzón.

Dedican dos escenas a las trabajadoras del hogar: muchas de las actrices lo son o lo han sido en algún momento

Antes de su aprobación, desde la obra de teatro reivindicaban su ratificación; ahora celebran lo conseguido, pero dejan claro que todavía no es suficiente y que esto no implica que los derechos de las mujeres migrantes —en este caso las trabajadoras del hogar— estén totalmente garantizados. «Se nos vulneran derechos en el día a día y en todos los aspectos de nuestra vida: en lo laboral, en lo personal, en el barrio, en el cole, en todos los espacios de desarrollo humano», sentencia la directora de Las latinas son. Es una cuestión de género pero también una cuestión racial: «El racismo es un sistema estructural de base que está atravesado en todo el mundo». Y España, como parte de ese mundo, «no es una excepción».

Diálogo y formación

Además de contar con esta obra de teatro, el encuentro Érase otra vez se centra en ofrecer diálogo y formación a la sociedad para ayudar a combatir los discursos de odio, tanto hacia las mujeres migrantes como hacia el resto de personas que los sufren. Tal y como explica Yenifer Galván, coordinadora de este proyecto que va ya por su tercera edición, «el objetivo es sensibilizar sobre como el lenguaje, la imagen y la cotidianidad fomentan el racismo que la gente sufre cada día».

Camila Pinzón: «El mismo género nos somete a estar haciendo todo menos lo que queremos»

Para ello se sirven de actividades artísticas y de artes plásticas, como la exposición de viñetas que tuvo lugar el pasado martes. El humorista gráfico grancanario J. Morgan, la activista de mujeres afros en Canarias, Ivette Cisneros, la humorista gráfica Carolina Bonino y la propia Galván, crearon un espacio en el que hablar de antirracismo y nuevas narrativas por medio de este arte. Por otro lado, las jornadas cuentan con la formación titulada Cómo ser antirracista, que se desarrolla entre las tardes de hoy y mañana de la mano del periodista y activista Moha Gerehou

Para terminar, además de la obra de Las latinas son que se representa mañana y a la que le sigue un tiempo de diálogo con el público, el próximo viernes se ofrecerá un espacio de encuentro con distintos colectivos y organizaciones de las Islas. El objetivo es intercambiar y conocer las diferentes acciones que se realizan en el Archipiélago para cambiar las narrativas existentes y luchar contra el racismo y el odio.