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Música

Metaverso del Manson Ensemble

Uno de los valores de la composición de vanguardia es la oferta ilimitada de formas, o, mejor dicho, no-formas, que estimulan una imaginación libérrima. Exenta de las normas de la tonalidad, el serialismo y cualesquiera de los códigos morfológicos de los siglos pasados, produce un contexto arbitrario y hace nuclear la invención absoluta.

Si un compositor o una pieza se parecen a otros, es por mero azar, sin servidumbres escolásticas. Precisamente, el azar es uno de los grandes parámetros de la música en este siglo versátil y caótico. Pocas cosas hay en los repertorios que no pasen por una imaginación del caos como polaridad del cuasi-silencio de la incertidumbre.

En el metaverso musical conviven los sonidos reales con los digitales, la realidad física con la virtual, sin que esto se entienda como fantasmagoría acústica sino como un «mas allá» de los instrumentos conocidos. Prueba de ello ha sido el programa del Manson Ensemble, uno de los conjuntos especializados de la Royal Academy of Music de Londres, dirigido por Aaron Holloway-Nahuen en el Teatro Guiniguada, dentro del Festival Contemporáneo de Canarias: siete conciertos con 12 estrenos absolutos en programa, ocho de ellos canarios.

Rubens Askenaar, residente en Londres y elegido entre los isleños fue el más audaz y original del programa. Su obra, un solo para piano titulada 200 piezas. Hylarficta, forma partede la colección del mismo número de obras encargadas para conmemorar el doble centenario de la Royal Academy. Es obsesiva, espectacular, virtuosa en extremo. La pianista instala en uno de sus brazos un artilugio gritador y sibilante que alterna con ataques en piano preparado («glisados» sobre el teclado mudo, a excepción de los graves profundos). Efectos provocadores reiteran una no-estructura irritante que agrede el oído sin perder el atractivo de la estridencia.

El resto del programa, con estrenos de Geofrey Kigs y Philip Cashian además de otras piezas del famoso Birtwisle, Oscar Colomina y Edmund Finness, enriquecio el repertorio contemporáneo a través de solos, duetos y conjuntos representativos de este mundo agitado.

Son seis los instrumentistas del Manson: flautas. clarinetes y trompa, violín, violonchelo y piano. La propuesta de cada título es singular en valores dinámicos y percusivos, rítmicos, coloristas, descriptivos, salmodiales y repetitivos, todos ellos en tratamientos insólitos que reafirman el metaverso de la invención sonora. Un gran concierto.

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