Guinea Ecuatorial es el único país de África donde el español es una lengua oficial. Oficial y materna: es la herencia que dejó la metrópoli, España, que colonizó sus tierras durante casi dos siglos y que salió de allí con el rabo entre las piernas cuando se constituyó la República de Guinea Ecuatorial en 1968. El franquismo también echó raíces en el país africano: a día de hoy, las tradiciones étnicas y el nacionalcatolicismo se mezclan y crean un caldo de cultivo que no favorece ni a los derechos humanos ni a la cultura.

En este contexto, surgen voces como la de Trifonia Melibea Obono (Guinea Ecuatorial, 1982), escritora, periodista y profesora ecuatoguineana, sobre la que, esta mañana, se han posado los ojos atentos de los alumnos de la ULPGC.

Melibea Obono es una disidente en Guinea, un país que tiene una de las dictaduras más longevas de África. Aun así, para la escritora, el mayor problema de su tierra es ese «enamoramiento forzado que se ha establecido con las tradiciones», recalca. «El problema de Guinea no está en quién es el dictador: él viene de un hogar, de una tradición, de una familia». Una familia que copa las instituciones públicas y favorece a aquellos que los siguen sin rechistar.

No es el caso de la escritora, a la que muchos consideran una loca, alguien que defiende «las ideas de los blancos», como pueden ser los derechos de la mujer o del colectivo LGTBIQ+. «Estar catalogada de loca tiene sus placeres», declara la escritora que, tras años de reivindicación, vive su vida con más libertad, aunque lidiando con el miedo y la soledad.

La llaman loca por escribir libros como La bastarda (Flores raras, 2016) o Yo no quería ser madre (Egales, 2019). En estas obras, Melibea saca a la luz temas tabú como el lesbianismo, la transexualidad, el deseo femenino o el uso de la violación como parte de la terapia de conversión en las personas homosexuales, todo ello en un país en el que se niega la existencia del colectivo LGTBIQ+ y en el que el feminismo es concebido como una idea puramente occidental.

Escribir llorando, escribir cantando

Para Melibea Obono, su función como escritora ha sido «transformar la literatura de lo oral a un papel». Las conversaciones de sus tías, sus abuelas, su madre y de las mujeres que la rodeaban fueron sus referentes, las que inspiraron sus novelas. «Las mujeres fang [etnia mayoritaria del país] lloran contando el mundo. De pequeña yo escribía llorando, yo escribía cantando. A la mujer se le relegó al folclore y ellas convirtieron este espacio en un espacio de reivindicación», relata la autora cuando la profesora de la ULPGC, Nayra Pérez, le pregunta por sus comienzos en la escritura. «Mi madre y mis tías no se llamaban feministas, pero ya planteaban estas reivindicaciones». Para Melibea Obono la literatura y, en definitiva, el arte, es el arma más poderosa, la que puede crear un cambio más real y duradero que cale poco a poco en la sociedad.

La autora define su literatura como «de supervivencia». En Guinea solo hay dos librerías —una en Bata y otra en Malabo— y el apoyo a la cultura desde las instituciones es inexistente. «Publicamos por solidaridad de alguna editorial o porque tú editas un libro tuyo con tus ahorros. No hay política pública que fomente la cultura». Y además, están la censura, las detenciones policiales, el acoso: todas realidades que han atravesado el cuerpo de Melibea Obono.

Guinea Ecuatorial, materia reservada

A pesar de los vínculos históricos y lingüísticos entre España y Guinea, los lazos que unen a ambos países son invisibles para la mayor parte de la sociedad española. El contexto ecuatoguineano que Melibea relata es una realidad desconocida y ajena. «Salí con el diploma de Filología Hispánica en la mano y nunca había escuchado hablar de Guinea Ecuatorial», cuenta Nayra Pérez a los alumnos y alumnas de la ULPGC.

No es casualidad. Cualquier tema relacionado con Guinea Ecuatorial fue declarado materia reservada en España en 1971. No se habla de Guinea, no se estudia su historia. Un silencio ensordecedor que se perpetúa hasta hoy, cuando muchos se sorprenden al escuchar a escritores como Trifonia Melibea o Donato Ndongo hablando un perfecto español. Un silencio ensordecedor y asimétrico: en Guinea se ve RTVE, se escucha a cantantes como Nach o El Chojin, se estudian autores como Cervantes. En España, pocos saben señalar el país africano en un mapa.

El silencio poco a poco se va rompiendo y aparecen en el panorama español autores ecuatoguineanos que llevan años produciendo desde su país o desde la diáspora; voces, como la de Melibea Obono, que sacan a relucir los tabúes de los que nadie habla y que hoy, desde Las Palmas de Gran Canaria, ha conseguido que Guinea Ecuatorial y España estén un poquito más cerca.