Una propuesta para acercar la palabra a la vida, siempre vibrante. Así se construye lo nuevo de la artista multidisciplinar Raquel Ponce en el escenario del espacio público donde ha desarrollado un proceso de investigación que no culmina, sino que permanece abierto a las nuevas conjeturas del público y de las ocurrencias del destino. Presenta los primeros bocetos de ‘Cuatro colores en blanco’, casi sin aliento.

¿Qué seríamos sin la lengua? Órgano cárnico, dibuja en el espacio bucal el contorno de los sonidos al traquetear por dientes, paladar y glotis, y el azar encontró la expresión para tornarla en diccionario común por el que comunicarnos. Ese efecto, tan dinámico, es el que busca Raquel Ponce al trasladar a la pieza escénica Cuatro colores en blanco una investigación que surge al divagar entre las palabras y los conceptos que construyen, tan volátiles como maleables, "me entretuve imaginando que si movía las palabras relacionadas con el cuerpo: movería el cuerpo".

La artista multidisciplinar mostrará los bosquejos, frutos de la residencia artística en la Sala Insular de Teatro (SIT), en el recinto del Cabildo de Gran Canaria tanto mañana como el sábado a las 19.30 horas, después de un arduo trabajo que inició en el 2019 y luego atravesó la pandemia arrastrando esa coreografía con la lectura, como lo define. En un ejercicio que combina performance, ensayo, y hasta actuación, convierte la práctica escénica en su campo de batalla. "Hago en la trastienda de la acción, y también con el movimiento que puedo construir en el pensamiento a través de las frases que se componen de estas letras".

La pieza, en colaboración técnica de Carmelo Fernández, Enrique Cárdenes y Gregorio Viera, con cámara y fotografía en mano, ha sido premiado en el programa Vídeo-Performance CAAM online, y cuenta con apoyo de instituciones como del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Gobierno de Canarias. Un respaldo que permite a Ponce realizar acciones que son "exclusivamente" del espacio en el que se encuentra y luego trasladará, o no, a próximos destinos.

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En el ambiente que conformará estará rodeada por objetos de cartón, reutilizables, pues entremezcla lo cotidiano con lo desechable. "Soy devota del cutrismo, y este material me da mucha libertad porque me quita responsabilidad de alguna forma", comenta, aliviada con desacralizar la práctica del arte ante los ojos que la observan durante el ejercicio. Con los restos, lo que quede o no, seguirá descubriendo nuevas aristas de este "proyecto en proceso", como prefiere denominarlo, "abro puertas y presento posibilidades". Mientras ella propone adjetivos, sustantivos, adverbios, y nombres polisémicos, encontrará en el público las respuestas. Advierte que, siendo tan fundamental, no les dará respiro y se trasladarán junto a ella a las latitudes que propone y que ambos encontrarán.

Las residencias artísticas

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La artista grancanaria ha sido también residente de los Estudios de Producción del Centro de Arte La Regenta, además de cofundadora de la compañía Perro Verde y del colectivo El Hueco, algunas pinceladas de una trayectoria que le da experiencia para conocer cuáles son las carencias del sector. Hace hincapié en la necesidad de abrir más convocatorias como la que disfrutó en la SIT: "Las residencias son fundamentales y necesarias aunque, por desgracia, muy escasas. Una puede tener este espacio de experimentación y tranquilidad sin que sea todo un producto. Al contrario, te permite investigar y hacerlo con quienes te ven, ya que las artes escénicas son públicas", por lo que permite calibrar, por ejemplo, los tiempos. 

"Es una solicitud antigua del sector, déjennos la llave e investiguemos... Hace falta muchos tiempos muertos para la creación", insiste. Con Cuatro colores en blanco sigue en un ciclo continuo. "Genera incertidumbre los procesos abiertos, pero también soy muy diogénica, así que llevo mucho tiempo abriendo terrenos que no sé a dónde me llevan o cómo llevarlos", a lo que añade, "creo que las artes escénicas deben de ser un espacio que permita mucha permeabilidad y posibilidades, como ir hacia un lugar color gris que no sea ni el cubo blanco ni la caja negra, algo que permita la mezcla de cosas".