Captar el instante cumbre de la creación está en manos de unos pocos, pero, antes de llegar a ese fin último del artista, el aprendiz va apuntando los pasos, estudiando los mecanismos y, ante todo, encontrando la inspiración en la constancia de su trabajo. En ese quehacer de hormiguita está centrada la segunda exposición de la Galería que alberga la Escuela Luján Pérez, la cual muestra el resultado de los Talleres de Fotografía y Cerámica del curso pasado.

La ocasión para mostrar el talento de los participantes no ha sido otro que el inicio del curso 2022-2023. Tal y como destaca la organización, «la dedicación, la constancia de cada uno de los participantes en estas dos muestras, se plasma en sus trabajos con los conocimientos adquiridos tanto teóricos como técnicos; eso sí, siguiendo la pedagogía de la Escuela que ha sido siempre la de respetar la intuición, procurando que cada alumno vaya descubriendo por sí mismo aquellos métodos que corresponden a su inquietud individual».

Entre las piezas seleccionadas, destacan las del estudiantado conformado por Carmen R. Castro, Clara Rodríguez, García Núñez, José Alonso, Pablo Abreu, Marina Riera, Sara G. Montón y, también, Víctor Delgado.

Retrato elaborado por Clara Rodríguez. | | LP/DLP

La muestra está abierta desde el 10 de noviembre al próximo 9 de diciembre. Un mes para recorrer un itinerario lleno de expresiones novedosas en el recinto. Además, se podrá visitar de lunes a viernes en horario de 18.00 a 20.00 horas, dentro de la citada Galería de la Escuela Luján Pérez, un lugar que aún queda por descubrir a la población de Las Palmas de Gran Canaria, siempre llena de tantas ofertas culturales con un amplio abanico de géneros.

Consolidar un ciclo

El Taller de Cerámica de la institución artística comenzó su andadura hace ya casi un lustro. Sin duda, un taller que se hacía necesario y que reclamaba un sitio para esta disciplina en las aulas de este centro, como reconoce su directiva, más cuando desarrolla distintas disciplinas como dibujo, pintura, o arte plástico.

«La cerámica ha sido y será siempre contemporánea. Desde que el ser humano aprendió a modelar la arcilla, en el Paleolítico, haciendo las primeras figuritas de barro, hasta la actualidad. La cerámica ha tenido una trayectoria constante de crecimiento y enriquecimiento, abarcando nuevos campos: en lo utilitario, en la ciencia, en la industria de la construcción y se ha abierto un exitoso camino en la Arquitectura y las Artes», añaden al respecto.

Detalle de los trabajos de Carmen R. Castro y Sara G. Montón. | | LP/DLP

La cerámica como medio de expresión artística nace como un proceso de creación de las artes plásticas. Pintura, escultura, artesanía, alfarería y una interpretación personal del material cerámico hacen del ceramista un creador al poder dar forma y vida a la materia en un proceso casi mágico, como es la cerámica artística.

La creación del ceramista es un proceso largo y dedicado dentro del cual las aptitudes personales del autor definen la creación como única a través de un lenguaje artístico personal. Pintores, escultores, diseñadores o arquitectos encontraron y encuentran en la cerámica una misteriosa inquietud artística, descubriendo en el proceso creativo de la disciplina artística el fascinante mundo de la alquimia y sus elementos, compuesto por el cuarteto de agua, tierra, fuego y aire.

Una escuela abierta

La Escuela Luján Pérez se ha hecho eco de este camino, siempre respetando los fundamentos básicos sobre los que se creó esta Escuela de Arte Libre, donde una destacada figura como Felo Monzón tuvo a bien emprender sus viajes europeos para comunicar el conocimiento de las escuelas europeas en las Islas. Además, este año es el 112 aniversario de su nacimiento, motivo por el cual se han hecho múltiples actividades que han tenido su trasvase generacional en la acción de su nieto Rafael Monzón, junto con Antonio Cruz dentro del colectivo CNFSN+, al confeccionar el nuevo mural del Teatro Cuyás, Homenaje a la mirada, que dialoga con Composición con tres figuras que hiciera el artista en la década de los 50 del pasado siglo.

La Escuela ha generado un espacio taller, con vistas al océano Atlántico que mece a la Isla, donde se cuecen sueños. En este espacio se encuentra un alumnado entusiasta, con ganas de aprender, ansioso por crear y expresarse. Los discípulos descubren la nobleza de la arcilla y también sus caprichos. Descubren un campo nuevo de infinitas posibilidades creativas y de expresión personal.

Fotografía y cerámica en la Luján Pérez

Es un curso de iniciación, donde se tiene un primer contacto con los materiales, experimentando con distintos tipos de arcillas, con técnicas de modelado y con algunas técnicas decorativas. El curso dura 72 horas y la intención es que el inscrito salga con una visión general que le permita definirse mejor en este campo. Porque la cerámica es un mundo muy amplio y de largo recorrido. «Si quieres ser un buen ceramista, has de tocar primero muchos palos para encontrar tu propio camino», ofrecen desde el centro.

En la otra exposición del mes, los componentes del Taller de Fotografía ahondan en el conocimiento de la fotografía artística. Conocerlos y saber sus particularidades es lo que pretende el Taller de la Escuela Luján Pérez, para de esta forma determinar cuál es el que más se adapta a sus procesos creativos. A lo largo de su recorrido, los fotógrafos sitúan una serie de objetos inanimados como sujeto de la composición. De esta forma, los artífices capturan escenas únicas y extravagantes para crear una voz distintiva y una nueva perspectiva.

En esta exposición momentánea encontramos obras en blanco y negro que han sido planeadas así desde un inicio: la colocación de las modelos, la expresión en sus rostros y el uso del blanco y negro podría ser un ejemplo de lo que son las fotografías creativas en blanco y negro.

Los elementos tienen la intención de expresar la conexión emocional entre los sujetos y no tanto en centrarse en los detalles físicos de sus cabezas. Casi desde el principio, la fotografía se ha considerado un arte más, que utiliza como herramienta principal una cámara fotográfica y, en los últimos tiempos, un programa de edición. Las fotos artísticas no se toman, sino que se crean, y dependen de las dotes artísticas y la creatividad del ojo crítico, y de su modo de plasmarla en una imagen.