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Cine
Javier Fuentes Feo Director de la Muestra de Cine de Lanzarote

«Creo firmemente en que aquí se puede hacer cultura de altísimo nivel»

Javier Fuentes Feo, director de la 12ª Muestra de Cine de Lanzarote. | | BRUTO ESTUDIO

Javier Fuentes Feo (La Palma, 1976) es el director de la Muestra de Cine de Lanzarote, una de las citas cinematográficas más destacadas y consolidadas del Archipiélago, que inaugura su 12º edición el próximo jueves 24 de noviembre. Impulsada por la asociación independiente Tenique Cultural, la Muestra crece cada año a través de su amor por el cine de autor y su entrelazamiento con el paisaje y la identidad de Lanzarote.

La 12ª edición de la Muestra de Cine de Lanzarote sube el telón después de erigirse el pasado octubre entre los proyectos cinematográficos mejor valorados por el ICAA. ¿Esto demuestra que se puede ser referente cultural desde la ultraperiferia?

Diría que una de las vocaciones principales que tenemos tanto en la Muestra de Cine de Lanzarote como en la Asociación Tenique Cultural, es sumar para que las islas jueguen un papel importante dentro del sector de la cultura a nivel nacional e internacional. Trabajamos para que Canarias se reconozca también por sus proyectos creativos. Por eso, haber logrado una puntuación tan alta en las ayudas del Ministerio de Cultura desde una isla tan pequeñita como es Lanzarote es un reflejo de que estamos en el buen camino. Creo firmemente en que se puede hacer cultura de altísimo nivel desde nuestras islas. Es más, pusimos en marcha la asociación con ese objetivo.

El cine de sello autoral, con una estética y discurso propio que interpela a los público, pero discurre a través de cauces alternativos a los circuitos del mainstream, es uno de los rasgos identitarios de la programación de la Muestra, como en el caso del Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. ¿Existe un público suficiente para esta mirada en Canarias?

El público potencial de la Muestra es muy amplio. En los últimos años ha crecido de una manera extraordinaria y pensamos que seguirá haciéndolo en las próximas ediciones. Muchas de las sesiones se llenan, algo que no sucede, por ejemplo, en festivales de Madrid o Barcelona. No obstante, trabajamos con intensidad para conseguirlo. Al seleccionar temas muy conectados con la isla de Lanzarote en cada edición, como el Volcán en 2018, la Sal en 2019 o el Viento en 2021, lo que hacemos es generar interés entre personas que normalmente no vendrían a una sala de cine. Al asistir a las proyecciones y ver que las películas les gustan, poco a poco empiezan a conectar con el proyecto

La idea de la muestra es que el cine conecte con la vida, con la historia, el paisaje, la sociedad

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¿Cuáles son los principales retos a la hora de diseñar un festival de cine en el contexto actual del siglo XXI, marcado por el auge de las plataformas y el visionado en casa, así como por la caída en la asistencia a las salas de cine tras la pandemia?

El gran reto es recordarle a la gente que vale la pena salir de casa, ir a ver una película en pantalla grande y charlar después con otras personas sobre lo que has visto, incluso con personas que quizá acabas de conocer en la proyección. Esto último es una de las cosas que logra un evento como la Muestra de Cine de Lanzarote. Cuando asistes a varias películas, acabas viendo a la misma gente en la sala y así empiezas a establecer contacto. El gran reto es escapar del aislamiento en el que, por pasividad o por desidia, estamos cayendo a día de hoy. Es algo cada vez más habitual: horas y horas perdidas en la nada de una pequeña pantalla.

Al hilo de la pregunta anterior, ¿se muestra optimista con respecto al futuro de las salas de cine y los festivales de cine?

Sinceramente, ni una cosa ni la otra. Creo profundamente en la necesidad de trabajar y de luchar para que las cosas sean mejores. Si tengo que elegir entre gente encerrada en su casa y gente que se junta y tiene una experiencia cultural en común, defiendo claramente la segunda opción. Con esto quiero decir que trabajo a favor del optimismo, sin por ello olvidar que remamos contra corriente. De modo que no creo ni en el pesimismo ni en el optimismo, sino en el trabajo a favor de un entorno social más rico e interesante.

¿Qué lugar ocupa la isla de Lanzarote en la configuración de la Muestra, más allá de erigirse en escenario y espacio de acogida?

Siempre cuento que la frase que está en la raíz de nuestro proyecto es aquella tan bonita de Leon Tolstoi que decía: «Canta tu aldea y serás universal». Con esto quiero decir que hemos logrado que Lanzarote sea un aspecto central de la Muestra, sin por ello quedarnos en un enfoque meramente localista. La sección Trasfoco trata cada año un tema de la isla: el volcán, la sal, las crisis, el viento o la pesca, como te contaba. Todos ellos forman parte de nuestra esencia, pero también son propios de otros lugares del mundo. Queremos ver lo que nos caracteriza a través de ojos propios y ajenos. Es decir, ampliar la visión de lo que somos y podemos llegar a ser. Por eso traemos películas de muchos lugares del mundo.

Usted asume la dirección de la Muestra en 2018 y, en este tiempo, ha apostado también por la formación y la diversificación con distintas actividades paralelas. ¿Puede enumerar todos estos caminos que ha abierto y que han consolidado el proyecto a escala nacional?

Cuando me pidieron que asumiera la dirección de la Muestra plantee una pregunta: ¿Qué sentido tiene hacer un festival de cine en el siglo XXI cuando existen miles en España y probablemente decenas de miles en todo el mundo? La respuesta fue que queríamos ayudar a la gente de la isla a conocer mucho mejor su entorno y que el cine sirviese como un medio de conocimiento, de aprendizaje y apertura. Por eso propusimos conectar lo que sucede en la sala de cine, que es una sala oscura, con todo aquello que ocurre fuera, donde brilla el sol. Hemos puesto en marcha pateadas interpretadas por lugares clave de Lanzarote, hemos invitado a personas como salineras, pescadores o conserveras a contar cómo era su vida, y todo ello en el contexto de un festival que trae películas de gran calidad. La idea es que el cine conecte con la vida. Es decir, con la historia, el paisaje, la economía y la sociedad de la isla.

¿Qué otros rasgos distinguen a la Muestra de Lanzarote con respecto a otros festivales?

Destacaría sobre todo el hecho de que el jurado de la Sección Oficial debate en público. Esto no ocurre en ningún otro festival en el mundo. El público puede ver y oír en directo lo que las personas del jurado opinan sobre las películas en competición. Es más, el público tiene incluso un momento en el que puede intervenir y dar su opinión. Hemos puesto en marcha un procedimiento muy riguroso e interesante que convierte la deliberación en un verdadero espacio de conocimiento. Quien asiste puede comprender por qué se premia a una película y no a otra. Y uno de los resultados de esta novedad es que otros festivales nos han consultado al respecto.

Esta edición concede el Premio de Honor a la emblemática publicación Cahiers du Cinema. Su papel y valor histórico en el ámbito del cine son evidentes, pero ¿su reconocimiento entraña también un afán de reivindicar el lugar de la crítica cinematográfica, cada vez más estrecho, como espacio de diálogo, discusión y pensamiento?

El premio honorífico se lo damos siempre a personas o agentes fundamentales de la historia del cine que no son conocidos o conocidas por el gran público. La cultura, pensamos, no la hacen solo las estrellas, esto es, actores, actrices, directores o directoras, sino también agentes, profesionales e instituciones que no suelen salir en los medios de comunicación más conocidos. A esos profesionales también queremos rendirles homenaje; con su esfuerzo han construido ese arte tan maravilloso que es el cine. Hemos elegido a Cahiers du Cinéma por la importancia que ha tenido en el mundo de la crítica y en la definición de lo que es y puede ser el cine. Como bien dices, también es una forma de defender la crítica en tanto que tarea encargada de pensar y analizar el cine.

El gran reto es escapar del aislamiento en que, por pasividad o desidia, estamos cayendo

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Uno de los objetivos de Tenique Cultural es proyectar una realidad de Lanzarote como isla de gran riqueza cultural, en el anverso de la típica postal turística en Canarias. ¿Cuál es hoy la imagen de Lanzarote en el exterior? ¿Queda mucho por hacer en este sentido?

Creo que Lanzarote tiene una imagen en el exterior de destino turístico. Un destino turístico con interés por su naturaleza y por el legado de César Manrique, es cierto, pero principalmente un destino turístico. Es indudable que el turismo ha tenido y tiene una gran relevancia para el desarrollo económico del Archipiélago. Sin embargo, no es positivo que esta actividad se convierta en un monocultivo que dificulte todo lo demás. Es necesario huir de cualquier lógica que nos convierta en una «postal». En primer lugar, por las propias personas que vivimos en la isla. Queremos ser un lugar habitable e interesante. No queremos que la gente joven más brillante se marche a otros sitios porque siente que aquí no hay nada que les retenga. En segundo lugar porque, cuando defiendes tu singularidad de verdad, te conviertes en un lugar interesante para quienes vienen a verte. Convertir tu hábitat en una postal quizá te traiga mucho dinero, pero no dejas de vivir una postal. Con mucho dinero quizá, pero encerrado en un decorado. El trabajo que queda por hacer es el de impulsar la diversificación de la economía para que otros sectores puedan tener una mayor importancia. De ese modo, Lanzarote podrá lograr un tejido social y productivo más fuerte y resistente. La cultura debe jugar un papel importante en este sentido.

Desde el punto de vista de la gestión cultural, ¿funciona la fórmula mixta entre una iniciativa independiente y el respaldo de las instituciones públicas? ¿Qué echa en falta?

Creo profundamente en el papel de la sociedad civil a la hora de poner en marcha iniciativas culturales. Y creo también que la colaboración con las instituciones es muy fructífera y dinámica cuando se basa en el respeto mutuo, la concurrencia pública y en la fiscalización del gasto. Debido a su tamaño y estructura interna, las instituciones tienen dificultades para poner en marcha proyectos. Las asociaciones, sin embargo, tenemos mucha ilusión, dinamismo, fuerza, energía y capacidad de gestión. Cuando el apoyo llega a través de una concurrencia abierta y transparente, se suma lo mejor de ambos sectores. Creo que es un buen medio de sumar recursos y energía. Sí que echo en falta que se generalice la lógica de la libre concurrencia a través de convocatorias públicas y transparentes.

Por último, ¿podría desvelar algún título o actividad que le ilusione especialmente de esta edición?

La verdad es que me ilusiona toda la Muestra. Hacemos cada una de las secciones y actividades con gran cuidado. En esta edición vamos a llegar a la gente joven y a las personas mayores. Vamos a estar en casi todos los municipios: Haría, Tías, San Bartolomé, Teguise y Arrecife. Este año proyectamos películas que tratan temas sociales importantes y vamos a escuchar a pescadores mayores y antiguas conserveras hablar acerca de cómo era Lanzarote hace décadas. Me ilusiona el conjunto del proyecto. Hemos crecido muchísimo en estos últimos cinco años, pero no lo hemos hecho tanto en tamaño como en conexión con nuestra isla.

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