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Arte | Adiós a un referente de la investigación

Muere Matías Díaz Padrón, el sabio que descifró la pintura flamenca

Exconservador del Museo del Prado, está entre los más importantes especialistas del mundo en el arte del siglo XVII | Presidía el Instituto Moll, fue Premio Canarias y dio al patrimonio isleño dimensión global

Matías Díaz Padrón ante el Museo del Prado. La Provincia

Matías Díaz Padrón (Valverde, El Hierro, 1935) falleció ayer a los 87 años después de más de seis décadas de incansable trabajo e investigación. Doctor en Historia del Arte, exconservador jefe de pintura flamenca y holandesa en el Museo del Prado, profesor universitario y miembro de l’Académie Royale d’Archéologie et d’Historie de l’Art de Bélgica y de la Real Academia de San Miguel Arcángel de Santa Cruz de Tenerife, su currículum e inventario de publicaciones y logros es casi inabarcable. El herreño está considerado entre los especialistas del arte del siglo XVII más importantes del mundo, aunque sus hallazgos también comprenden las pinturas murales del siglo XIII encontradas en el monasterio de Valbuena y numerosos estudios sobre la pintura flamenca de los siglos XV y XVI.

Canarias se despide de uno de sus referentes culturales tanto a nivel nacional como internacional. Díaz Padrón pasará a la historia, entre otros motivos, por haber sido capaz de dar dimensión global al arte flamenco que se conserva en Canarias, un importante legado que llegó a las Islas como resultado de las intensas relaciones comerciales entre ambos territorios y que sitúan a esta región en el mapa de los especialistas en la materia. Ese patrimonio –el del arte procedente de los antiguos Países Bajos– tiene en el Archipiélago una importancia determinante y durante mucho tiempo estuvo sin estudiar, salvo las muy meritorias excepciones de pioneros como Jesús Hernández Perera y Constanza Negrín Delgado.

En ese contexto, Díaz Padrón aportó su «ojo privilegiado», tal y como lo definió el historiador canario Juan Alejandro Lorenzo Lima, especializado en el mismo periodo artístico y uno de los responsables del catálogo de arte flamenco que prepara el área de Patrimonio del Gobierno de Canarias. «Sin él no hubiéramos tenido avances tan importantes en una época complicada como la década de los años 80», aseguró.

Escribió más de 40 monografías y 350 artículos en revistas que siguen siendo obras de referencia

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Su trabajo como conservador en el Museo del Prado le permitió convivir, desde muy temprano, con las obras de maestros de la talla de Rubens, Van Dyck o Jordaens. Cuidó de esas importantes piezas en la pinacoteca nacional y por sus manos pasó, además, muchísima bibliografía. «Estamos hablando de libros y artículos internacionales, material inalcanzable antes de la existencia de internet para el resto de historiadores y él, además, tuvo muchísima habilidad para aprovecharlos».

Pero la labor de Díaz Padrón fue mucho más allá de las Islas y sus aportaciones son más relevantes aún a escala internacional. De entre su extenso catálogo de publicaciones destacan tres que son claves para cualquier historiador: El Siglo de Rubens en el Museo del Prado, el primer estudio global donde catalogó toda la obra flamenca del prestigioso museo; Van Dyck en España y Jacob Jordaens y España. Estos dos últimos, de la mano de Editorial Prensa Ibérica, grupo editor de EL DÍA-La Opinión de Tenerife.

Peso pesado

«Hemos perdido a un sabio», lamentó la musicóloga Rosario Álvarez, presidenta de la Real Academia de San Miguel Arcángel. «Fue, sin duda, un peso pesado de la historia del arte en España y su listado de publicaciones es, francamente, impresionante», añadió la también Premio Canarias, galardón que obtuvo en 2008 el fallecido Díaz Padrón en la categoría de Patrimonio Histórico e Investigación.

El listado de sus reconocimientos continúa: comendador de la Orden de Leopoldo II de Bélgica; premio Europa Nostra de Investigación 2014 por su monografía Van Dyck en España; Máster de Oro por el Forum de Alta Dirección; Premio Gabarrón 2007 por su aportación a la historia del arte y a la conservación-restauración y Medalla de Oro de Canarias 2002.

Recientemente, El Hierro, la isla que le vio nacer, le rindió varios homenajes por su importante trayectoria. El año pasado fue reconocido como Hijo Predilecto de la localidad de Valverde, que le otorgó además la medalla de honor por su currículum profesional y científico. La Asociación Cultural Amador de La Frontera se sumó a los reconocimientos en julio de 2021. «Desde luego, el mundo del arte y de la cultura herreña están hoy de luto», destacó la consejera de Cultura del Cabildo de El Hierro, Tatiana Brito. «De su persona y su talento habla, sin duda, su extenso trabajo. Fue toda una referencia para esta Isla».

Otras instituciones se unieron al pésame. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, por ejemplo, remitió un comunicado recordando que el historiador fue distinguido como Hijo Adoptivo de la ciudad en el año 2008. El alcalde, Augusto Hidalgo, mostró su «más sincero pésame y apoyo a la familia, amigos y allegados en nombre de toda la corporación municipal».

En términos similares se manifestó el viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Juan Márquez. «Matías Díaz Padrón ha sido uno de los grandes investigadores del arte flamenco y máximo referente en la investigación y estudio de la historia del arte desde su cargo de conservador del Museo del Prado. Su trabajo ha sido de vital importancia para recopilar, evaluar y conocer el enorme legado pictórico que en las Islas se atesora», dijo. «Lamentamos la pérdida del Premio Canarias y seguiremos trabajando, ahora también junto a la recién creada Fundación del Arte Flamenco en Canarias, para que su trabajo se siga ampliando y valorando».

El Instituto Moll

Matías Díaz Padrón escribió más de cuarenta monografías y más de 350 artículos en revistas especializadas. Participó muy activamente en la creación del prestigioso Instituto Moll, centro de investigación de pintura flamenca gestado desde Editorial Prensa Ibérica. «Fue su alma mater y era presidente honorario. Se trata de un centro muy importante por su vigencia y actividad. Cuenta con Ana Diéguez Rodríguez, probablemente una de las mejores investigadoras, y tiene su propia revista, Philostrato. Está muy activo y es, sin duda, una de las herencias académicas de Díaz Padrón», destacó Lorenzo Lima. A esto hay que sumar su apoyo en el nacimiento de la mencionada Fundación Canaria de Arte Flamenco, con la que también colaboró activamente.

El experto, que desde 1967 y hasta 1976 fue profesor en las cátedras de Arte Moderno y Contemporáneo de las universidades Complutense y Autónoma de Madrid, se incorporó al personal del Museo del Prado como conservador en 1970. Entre sus cometidos estaba la revisión y el estudio de los depósitos, lo que le llevó a encabezar hallazgos de numerosas obras inéditas.

Su ojo privilegiado y amplia formación le permitieron atribuir numerosas piezas de firma desconocida

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El Museo Nacional del Prado mostró también su pesar por el fallecimiento del estudioso canario, quien fuera consejero técnico y jefe del Departamento de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte hasta 1700. «Tuvimos la suerte de poder contar con su conocimiento durante más de tres décadas en las que desarrolló una ingente actividad investigadora y docente, favoreciendo, con su riguroso trabajo y sensible dedicación, el mejor conocimiento y conservación de una de las colecciones cardinales del Prado como es la pintura flamenca moderna y, especialmente, la indeleble impronta de Pedro Pablo Rubens y su círculo», señaló la institución.

Fue precisamente su experiencia y capacidad innata para realizar atribuciones uno de los aspectos que mejor le distinguieron. De hecho, en Canarias formuló atribuciones históricas que siguen vigentes hoy en día. Entre las más importantes están la de las tablas del antiguo retablo mayor de Santo Domingo, en Santa Cruz de La Palma, que atribuyó a Pierre Pourbus, un importante autor flamenco del siglo XVI. También a su pericia se debe la identificación de las tablas del antiguo retablo de Mazuelos, en la Catedral de La Laguna. Díaz Padrón las atribuyó a Hendrick van Balen, maestro de Anton van Dyck.

«Tenía un ojo privilegiado y muy bien educado, acostumbrado como estaba a observar en su día a día las obras flamencas de grandísimos maestros», indicó Lorenzo Lima, que también recordó su papel en la participación de piezas canarias en una exposición que tuvo lugar en Bruselas en 1985. Por primera vez, obras canarias viajaron a su tierra de origen y consiguieron dimensión internacional. «Siempre que había una duda en el arte flamenco, todos recurríamos a él, era como un oráculo al que todos, siempre, consultábamos», concluyó el historiador Lorenzo Lima.

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