Alicia Llarena regresa a la poesía con 'Las palabras importantes'

La poeta y docente presenta su nuevo poemario, una carta de amor al alambre infinito del lenguaje, el próximo 14 de diciembre en la Biblioteca Insular

Alicia Llarena en la biblioteca del CAAM.

Alicia Llarena en la biblioteca del CAAM. / Nacho González Oramas

Nora Navarro

Nora Navarro

El misterio, el peso, el relieve, la fragilidad, la envergadura y la poesía de las palabras enhebra el nuevo poemario de Alicia Llarena, escritora, docente e investigadora grancanaria que titula esta carta de amor al alambre infinito del lenguaje Las palabras importantes (Ediciones La Palma, 2022). 

El volumen ve la luz al abrigo de la colección Ministerio del aire, dirigida por la poeta y editora Elsa López, reciente Premio Canarias de Literatura, quien acompañará a Llarena en la presentación de la publicación el próximo 14 de diciembre en la Biblioteca Insular de Gran Canaria, junto a Jonathan Allen, Felipe García Landín y quien esto firma. La entrada es libre hasta completar aforo.

Una caracola

Las palabras importantes podría describirse como una caracola donde la autora escucha y poetiza los sonidos y sentidos de las palabras que elegimos, que pronunciamos, desdeñamos o tememos. Precisamente por la relevancia que entraña nombrar, silenciar o censurar, se trata del poemario más crítico de Llarena, que se mira en las luces y sombras de la realidad inmediata, como el golpe de la pandemia, las fake news o la herida del volcán de La Palma. Sin embargo, en ese espejo cóncavo que dibujan Las palabras importantes, la música que suena al otro lado de la caracola de los poemas es una melodía de esperanza. 

Y como un mar de fondo, la orilla nos devuelve siempre a la importancia de las palabras. Desde las palabras huecas a las palabras de amor. «Donde pones el acento irá el lenguaje / donde vaya el lenguaje la semilla», rezan sus Versos para después. «A veces no vienen solas las palabras / hay que ir a buscarlas / a la cumbre / revolver la pinocha / fajarse en la sequía / caminar descalza en el mar de lava», arranca en Las Palabras. 

Cambio de registro

Una primera lectura permite suponer que este poemario comporta un cambio de registro radical con respecto a El amor ciego (Huerga y Fierro, 2019), poemario anterior de Llarena, una lírica bellísima y doliente de la ceguera y la cuchillada del amor fou. 

Pero una sumersión más profunda permite desentrañar los hilos que cosen el conjunto del universo poético de Llarena, donde los poemas nadan entre las olas del lenguaje donde acontece la vida. Así, su palabra poética es a menudo metapoética, «preñadas de sentido sus letras con alas», interrogándose a sí misma como quien se busca en el reflejo de una charca. 

Y cuando hablamos de mar, hablamos de isla. Alicia Llarena (Mogán, 1964), corazón insular y sol de invierno, como reza otro de sus poemas, es una de las voces poéticas imprescindibles del Archipiélago. Catedrática de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y autora de más de un centenar de publicaciones, su trayectoria también se distingue por situar y visibilizar el nombre de la escritora Mercedes Pinto en el firmamento de escritoras canarias de relevancia internacional.

Entre sus títulos poéticos desfilan Fauna para el olvido (1997) y El arte de las flores secas (2009), junto con numerosas participaciones en publicaciones colectivas, relatos e investigaciones, basadas, sobre todo, en el realismo mágico y la poética de Latinoamérica. Este último poemario culmina, quizás sin que la propia poeta sea consciente del reflejo, con la metáfora exacta de su impronta: un unicornio en la ciudad.

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