Teatro

Diana Navarro revive a la mítica Concha Piquer en el Víctor Jara

La cantante asume por primera vez un personaje teatral encarnando a la diva

de la copla | Actúa hoy y mañana con un espectáculo lleno de música y poesía

Diana Navarro en una de sus interpretaciones de ‘En tierra extraña’, donde da vida a Concha Piquer. | | LP/DLP

Diana Navarro en una de sus interpretaciones de ‘En tierra extraña’, donde da vida a Concha Piquer. | | LP/DLP / Carla Rivero

Si el tiempo hubiera estado de su parte y las palabras hubieran llegado prontas a su oído, Diana Navarro habría impedido que Concha Piquer se bajara de los escenarios cuando creyó que su timbre diáfano fallaba en Isla Cristina, «habría hecho lo imposible para que no tomase esa decisión». Ese deseo lo vive ahora con más angustia si cabe cuando revive las maneras, el contoneo, el arte y la vida de la estrella internacional de la copla con En tierra extraña. La actriz y cantante malagueña llega al Teatro Víctor Jara con dos únicas funciones, hoy y mañana, a las 20.00 horas para deslumbrar con poesía, música e interpretación al público canario. Sobre las tablas, recrea un encuentro ficticio, aunque probable según los archivos de la época, entre el granadino Federico García Lorca y la diva, quien quiere que le escriba una canción cuando lo que en realidad pretende es salvarlo de su funesto destino.

Piquer (1906-1990), que llegó a Broadway de la mano de Manuel Penella apenas siendo una niña y encandiló a las butacas llenas de un público que quería disfrutar más y más de la canción española, aprendió en compañía de la atenta mirada de su madre lo que era el espectáculo. Allí triunfó hasta que tuvo que volverse a España, donde se rodeó del talento deManuel Quiroga, Rafael de León y Antonio Quintero para afilar y despuntar el que ya le sobraba. De ella habla Navarro, quien ha investigado y hablado con familiares y consultado archivos para retratar con veracidad una vida irrepetible que se vio también afectada por las ataduras del machismo.

Con ese referente, destaca loque ha hecho que se enamore de Piquer: «Su valentía. Su vida no fue fácil. Con 14 años se fue a Broadway. Se enamoró de su descubridor, tuvo un hijo con el, con tan solo 17 años, su madre se lo llevó a Valencia y allí murió, y ella siguió subiéndose a los escenarios en un país tan lejano como diferente del suyo… Hasta tuvo que defenderse de un hombre que intentó violarla y nunca supo si lo mató en defensa propia o fueron los gánster que llamó para que la ayudaran en tan terrible acontecimiento y, al final, volvió a España y se hizo la estrella más grande de la copla».

Piquer, estrella única

La valenciana logró mantener su identidad, a pesar del régimen franquista, y en esta obra dirigida por Juan Carlos Rubio se refleja la época llena de claroscuros en la que Lorca es un contrapeso: «Con bastante objetividad y desde la visión de los tres personajes que hemos creado. Rafael de Leon interpretado por Avelino Piedad cuenta lo mal que lo pasó queriendo ser poeta, siendo aristócrata…», reflexiona en la distancia.

«Es muy triste ver destellos de ese pasado en el presente. No podemos enajenarnos con ideologías y olvidarnos de que, por encima de todo, somos personas semejantes. El respeto, el amor, el consenso y el entendimiento debe prevalecer por encima de cualquier ideología».

Para Diana Navarro es un reto mayúsculo. Esta es su puesta de largo en el teatro encarnando a una mujer con la que comparte «la constancia en el trabajo, el perfeccionismo y el respeto al público», y algo de sus inicios, pues su talento fue igual de precoz. «Lo mío fue mucho más fácil. Yo tenía el ‘cocido asegurado’ gracias a mis padres, pero ‘moría de hambre de escenario’ y eso me hizo trabajar sin descanso para tener mi oportunidad que hoy sigo disfrutando casi 28 años después». Por tantas y más razones, cuando fueron a verla, no pudo más que aceptar: «Me propuso ser ‘su Concha Piquer’ y dije que si, sin dudar. Era la mejor manera de debutar como actriz de teatro y garantizarme la puerta grande. Juan Carlos es un genio y un regalo que me ha dado la vida».

La copla, tan desgarrada como verdadera, es el son de la pieza teatral y Navarro, pronta, sale a defender su vigencia: «Está más fresca que nunca. La copla es un traje sastre que queda bien y elegante en cualquier ocasión. Es cultura e historia y memoria sonora de nuestros mayores y futuro de nuestros jóvenes. Siempre que canto una copla el aplauso suena más fuerte». Si los migrantes sienten la carne helada cuando entona En tierra extraña, también la emoción llena los lagrimales Tatuaje, La Parrala o Y sin embargo te quiero arden con sus primeros acordes. ¿Qué hay que tener para cantar Ojos verdes? Lo dice sin dudar, «ganas de amar y mucha verdad e imaginación».

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