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Los actores durante un ensayo de 'Navidonia'LP / DLP

Artes escénicas

'Navidonia' de Zalakadula, la cena de empresa de los duendes

La compañía grancanaria representa, del 28 al 30 de diciembre, su nuevo espectáculo en el teatro Pérez Galdós, donde los espíritus de la Navidad se reúnen en su día libre

Zalakadula representa su último espectáculo ‘Navidonia’ en el teatro Pérez Galdós del 28 al 30 de diciembre, a las 17.00 y 19.30 horas. La compañía vuelve al formato de sus inicios, al concierto animado, en el que los espíritus de la Navidad celebran una cena de empresa el Día de los Inocentes aprovechando que es el día de la incredulidad. Y en esa reunión a los duendes les ocurrirán las mismas cosas que a los humanos.

Es 28 de diciembre, Día de los Inocentes. Y los duendes, elfos y espíritus «se reúnen en su cena de empresa porque tienen el día libre ya que se trata de esa fecha en la que la humanidad deja de creer a conciencia, es el día de la incredulidad, en el que nadie se cree nada de lo que pasa, y como se pierde la inocencia no existe la magia». Así explica el director de Zalakadula, Luífer Rodríguez el argumento de la obra Navidonia, escrita por él mismo junto a Mari Carmen Sánchez, y que se representa, en el teatro Pérez Galdós, del 28 al 30 de diciembre con funciones a las 17.00 y 19.30 horas cada día.   

 «Quise hacer un espectáculo que hablara de la Navidad en si misma, un homenaje al espíritu de la estas fechas en un personaje llamado Brinch, con «b» «de bueno, bonito y barato, que es un duende cósmico que intenta hacer las cosas bien, pero al que los humanos no lo dejan», añade el director. La obra, de una hora y cuarto de duración, cuenta con un elenco formado por siete actores, tres bailarines y cuatro músicos. Entre ellos destacan Mingo Ávila (Brinch) y el propio Luifer Rodríguez (Mohamed Negrín), además de Paula Ojeda, José Oliva, Sheila Martín, Raúl Pérez y Alberto Ventura como Los Brinchillos, y Judith Sosa, Marta Oramas y Estefanía Ruiz como Las Duendes del Ritmo. A ellos hay que sumar una pequeña orquesta dirigida por Antonio Brito. «La historia habla de lo que la Navidad significa en una época muy sombría, de años de mascarillas, covid y distancias de seguridad», afirma el director. «Yo noto que la Navidad se siente menos en estos momentos y por eso hemos querido incentivar un espectáculo en el cual nos reímos, cantamos, nos vamos un poco al principio de la historia de Zalakadula cuando los montajes eran más concierto que musical».

Distancia

Según Rodríguez, el objetivo ha sido «romper la distancia de seguridad y hablar de lo que significa la Navidad para nosotros, dar una serie de valores que creemos que se están perdiendo como cantar los villancicos en español, volver a ser una familia, y saber que el encuentro es lo importante y que los regalos no debe ser lo material, sino buscar dentro de nosotros mismos», añade. «Porque la Navidad es fraternidad, solidaridad, ilusión, magia y, sobre todo, infancia». Pero, además, aparte de la diversión, «dejamos un pozo de reflexión sobre lo que está significando la Navidad» La obra transcurre un poco como un cómic, con mucho ritmo, y en un formato más adaptable para poder girar a través de los municipios de las Islas. Los duendes preparan la cena, ven pasar la estrella de Belén o escriben una carta a los reyes. «Brinch es el tutor de toda la gente que está organizando la fiesta y en medio se van resolviendo los problemas comunes que tienen los duendes y los humanos, porque a ellos les pasa las mismas cosas que a nosotros». En este punto, el director recuerda que «la Navidad es una fuente de ilusión, pero, a la vez, los adultos estamos siempre estresados durante estos días porque nunca llegamos a tiempo ni para comprar el pavo de la cena, y tiene además un punto de macabro y terrorífico porque los niños están siempre asustados por si no les traen sus juguetes».

Las canciones son un popurrí de villancicos tradicionales «porque todo va hacia el momento en el que cantamos en la mesa». Son canciones como Había una vez un circo, Payaso, Un poco loco, Como algo chiquitito o Cuando la Luna brille en un montaje que muestra a una banda tocando un concierto en un espacio donde todo es luz, regalo y cosas de Navidad.

«Es un concierto animado donde pasan situaciones en medio de las canciones», subraya. «Como parece que todos los duendes son malos como los Grinch, el duende bueno, Brinch, está cabreado con que el otro sea más famoso», explica. Y es que «hay bastante acidez en las historias que contamos, que son mucho más profundas que lo que la gente puede creer».

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