Entrevista

Rozalén: “La música folclórica es la más sostenible”

El cantautora castellano-manchega hunde raíces en la tradición en su quinto disco, ‘Matriz’, con el que conmemora su 10º aniversario de carrera y que presentará el 22 de diciembre en el Palau de la Música

Entrevista con Rozalén, en el Hotel Vincci Mae.

Entrevista con Rozalén, en el Hotel Vincci Mae. / Ricard Cugat

Jordi Bianciotto

‘Matriz’ es un álbum suyo distinto: contiene temas propios, pero, sobre todo, adaptaciones de canciones populares.

Tenía ganas de poder disponer de una excusa para hacer algo de folclore, porque es de donde vengo: toco la bandurria desde los siete años. Y esa excusa ha sido el 10º aniversario de mi primer disco. Quería dar las gracias a la gente que nos ha cuidado todo este tiempo. Me parece la manera más honesta de decirle a alguien te quiero. Y sé lo que supone, por ejemplo, que yo cante en euskera un tema de Xabier Lete.

¿A qué se refiere?

Es una muestra de cariño brutal y conlleva mucho esfuerzo intentar entender los fonemas de una lengua milenaria. En gallego canto ‘A virxe do portovello’, con Tanxugueiras. Una canción que llora a los marineros perdidos en el mar. Es una manera de entender y acercarme a la gente que quiero.

Y en catalán canta la habanera ‘Amor del bo’ con Sílvia Pérez Cruz.

Es muy fuerte, porque yo quería cantar en catalán y apunté alto, a Sílvia. Cuando en febrero murió mi padre de golpe y yo sentí que ella me quiso cuidar, porque le había pasado lo mismo con su padre. Fui a verla a un concierto en Madrid y a la salida me dijo: “He compuesto una habanera para tu papá y mi papá”. Es algo muy mágico. Ha habido señales ahí que me hacen creer que desde arriba nuestros padres están manejando los hilos.

Tiene familiares en Terrassa, ¿no es así?

Varios de mis tíos se vinieron para acá. En Terrassa hoy hay más población de Letur, mi pueblo, que en el propio Letur. Hay incluso la calle de Letur. Desde niña yo escuchaba catalán en Albacete, porque en verano venían mis primas catalanas, que nos traían el Cacaolat, y llamaban para venir a jugar conmigo: “Que está la Mari?”. Yo aquí me siento muy en casa.

En el disco aborda algunos temas muy conocidos, como ‘La Paloma’, ‘María de la O’, ‘Anda jaleo’… ¿Qué se planteó que podía aportar?

Hemos hecho mucha mezcla con letras nuevas. Son canciones que se me han puesto un poco delante, con una carga emocional, porque mis ancestros están ahí. Me encanta que gente de toda España me diga que le emociona esta canción o aquella.

Ha cambiado el texto del chotis ‘El Pichi’, donde “el chulo que castiga” se convierte en “un chulo de piscina”.

Pensé: ¿por qué no hacemos una versión actualizada, con Benjamín Prado, como contestación? Y ha quedado muy divertida. Porque hay letras de canciones populares que son machistas. Yo de niña cantaba “Don Federico mató a su mujer, la hizo picadillo y la echó a la sartén”, y no era consciente de lo que estaba diciendo.

¿Qué significado da a la palabra ‘matriz’?

Matriz, útero, donde nace la vida. Me interesaba el concepto de patria y el de ‘matria’. Cuando estaba haciendo el disco me decía ‘qué patriota me siento’, porque estoy orgullosa de tantos rincones distintos de mi país, pero con un concepto muy diferente al que está ligado generalmente. Parece que esta palabra solo la pueden usar unos.

¿Hay provocación por su parte?

Para algunos lo será, pero siento que este disco es muy unificador. Para mí la patria es querer a todos con sus diferencias y sus colores y su riqueza. Y pensaba que habría más reacciones negativas. Ha sido todo lo contrario.

No hace tanto que la canción tradicional era vista como una antigualla. Llegó a parecer que defenderla era conservador o reaccionario.

¡Si es la música más sostenible! Está asociada al campo, la siega… Hay que observar lo que hacían nuestros abuelos. Tener tu huerta en casa me parece muy progresista.

Su concierto en el Palau coincide con las noches de despedida de Serrat en el Sant Jordi. Usted canto con él hace unos meses en Valencia.

Me llevó a cantar a la plaza de toros a cantar ‘Es caprichoso el azar’ y fue muy fuerte. Me ha pasado algo con Serrat que me ha unido con él para siempre. Cuando murió mi padre, a los cuatro días tuve que cantar para él cuando le dieron la medalla de Alfonso X el Sabio. Yo estaba muy rota, pero hice el esfuerzo para cantar ‘Aquellas pequeñas cosas’. Serrat lo sintió y fue muy fuerte. Me impone mucho Serrat, como tiene que ser.