Música

Víctor Lemes: "Me resulta orgásmico que me odie un fascista o un racista"

El cantautor termina la celebración de estas dos décadas sobre el escenario con el espectáculo 'La Mitad' en el Cicca | "Ya el talento no importa para triunfar si tienes un buen equipo de marketing detrás"

El cantautor y compositor Víctor Lemes, siempre con la guitarra en ristre.

El cantautor y compositor Víctor Lemes, siempre con la guitarra en ristre. / LP/DLP

Las horas pasan raudas cuando la vida es disfrutada con intensidad. Y aunque los nervios quieran hacer temblar los dedos al rasgueo, las ganas por encontrarse una vez más con el público son inmensas. Víctor Lemes cumple dos décadas encima del escenario y otras cuatro en su cuerpo terráqueo, y lo celebra con La Mitad’ este miércoles 28, a las 20.30 horas, en el Cicca. Una combinación que deja tras de sí risas, emoción, y sobre todo la capacidad de hacerse un hueco a base de tenacidad bajo los focos. 

Casi nada para el último concierto de este aniversario. ¿Por fin cumple con los propósitos que se marcó en enero?

Objetivos más que cumplidos, no me lo propuse como propósito de año nuevo, sino que venía de atrás. Ya sabía años antes que en 2022 se daría esa serendipia matemática de llevar exactamente la mitad de mi vida sobre los escenarios, y sabía que tenía que hacer algo especial. Saqué un libro, di conciertos con colaboraciones increíbles en cada provincia a la que fui, me llamaron de Pasapalabra -mi programa favorito-, actué en el Womad de mi ciudad, ¡sueño cumplido!, y consigo cerrar la gira a falta de tres días para que acabe este 2022 tan especial y ya va muy bien de entradas el aforo. Profesionalmente, creo que ha sido mi cuadratura del círculo.

Cumple 40 años y 20 años en el sector, ¿cómo has llevado la crisis de dos cifras redondas a la vez? Y, por supuesto, ¿cómo valora este aniversario? 

No he sentido crisis sino asombro e ingenuidad, esa sensación de que el tiempo ha volado y que, de repente, llevo 20 años en los escenarios y 40 en la vida. Esos 40 que de pequeño veía tan alejados y tan viejos en los demás. Mi padre tenía diez años menos que los que tengo yo hoy cuando me tuvo, y yo sigo sintiéndome un adolescente por dentro. Tal vez lo que he aprendido es a denegarle la importancia a la edad y he corroborado mi constancia por lo que me apasiona. Es más, no habría llegado aquí sin la constancia, y es algo que en otros factores de mi vida no tengo tanto, pero en la música sí.

Publicó La Mitad, ¿cómo se ha autocompletado como artista?

No soy lo que era cuando empecé. Es decir, soy el mismo, sí, y mantengo mi esencia, no me veo muy diferente a lo que soy sobre un escenario y a lo que soy cuando me bajo, pero he cambiado mucho en confianza, seguridad, constancia... Cuando empecé era muy inseguro, no me veía viviendo de esto, y me afectaba mucho la opinión de los demás. A día de hoy, tras llegar a la conclusión de que haga lo que haga molestará a alguien, y no hacer nada también molestará, he conseguido hacerme un callo ante las opiniones adversas: las asumo, las asimilo y pasan de largo muy pronto. Después de haber vivido ataques, acosos, críticas y hasta intentos de boicot, uno se crea una coraza invisible. Es más, me sirve como detector y como selección natural darwiniana. No quiero gustar a todo el mundo ¿No te gusto? No vengas, lo prefiero. Me resulta orgásmico que me odie, por ejemplo, un fascista o un racista. Me parece un triunfo desagradarle. Hoy sé a quién no quiero gustarle. Tal vez ese haya sido mi mayor aprendizaje.

"No puedo hacer lo que no soy"

Lo distinguen el humor y la ingeniería lingüística, ¿qué as en la manga guarda para mañana?

Ninguno, seguiré con mi marca y mi estilo. No puedo hacer lo que no soy. Si hay algún as en la manga es el de cantar canciones no tan conocidas. Me apetece tirar de baúl de los recuerdos, de canciones desterradas, de cambiarle un poco el estilo a una canción que ya se conoce de una forma. Y bueno, mi mayor as es el de poder tocar un piano de cola. Es algo que no puedo hacer en todos los conciertos y que siempre que voy al Cicca me doy ese gustazo de cambiar la guitarra por el piano en algunos temas.

Aparte de este espectáculo y tantas otros logros, la Chirimurga ya está más que consolidada mientras surge La Chirichota, ¿qué proximos proyecto hay?

Mi mente no para de pensar en proyectos, el de la Chirichota es uno de ellos, pero quién sabe si se me ocurre algo más para 2023. En principio, el 4 de febrero debutamos con La Chirichota en el Teatro Guiniguada y es algo que inicialmente lo tenía pensado para quitarme el veneno carnavalero sin más, ya que lo de hacer un repertorio en carnaval lo iba a hacer sí o sí como si era yo solo con una guitarra en las calles. Pero, de repente, comentando esa idea a amigos y compañeros se empezó a unir gente como Aarón Gómez, que llevo años corroborando que es un genio y sigo siendo el primer sorprendido al ver lo ilusionado e implicado que está, que hasta viaja de Tenerife a Gran Canaria para ensayar.

También se apuntó al bombardeo Juan Dávila, para mí una de las mejores voces canarias masculinas, si no la mejor, y encima divertido y con un sentido del humor clave para un proyecto así. Abraham Santacruz, un actor polifacético que conocí hace años en teatro de improvisación, y encima canta. Alberto Vila, amigo desde la época en la que guitarreábamos en los bares, canta, compone, toca guitarra, percusión... Dani Quevedo, otro enfermo chirigotero como yo, que no se dedica profesionalmente a esto pero tiene Carnaval metido en vena, y luego Dani Rodriguez, que no solo nos conocemos desde los cinco años de edad, vecino del barrio de nuestra infancia y mano derecha en muchos proyectos en los que me ha ayudado, sino que además, canta, escribe y dirige teatro, es diseñador, técnico... Vamos, un robot de cocina. Ha crecido una ilusión muy bonita y creo que será algo que dará que hablar.

Ha hablado de la engañosa repercusión en redes. ¿Cómo ve el panorama de cantautor? 

Pagar. Ese es el esfuerzo que hay que hacer. Ya el talento no importa para triunfar si tienes un buen equipo de marketing detrás. Esto no es una opinión, es una realidad que se está viendo. Se compran seguidores, se paga a las redes para que suenes hasta en la sopa, inviertes miles y miles de euros en publicidad para salir en todos los medios y ya está, ya están hablando de ti, ya generas curiosidad, ya no te hace falta un disco de 15 canciones, sino un tiktok de 15 segundos. Pero eso no quita que siga habiendo muchísimos cantautores en Canarias buenísimos, activos, elaborando maravillas, y la palabra clave es «elaborar», eso que ya no se tiene tan en cuenta, ese curro invisible que ya no se valora. Yo creo que estoy rodeado de compañeros y compañeras buenísimas, pero que al no pagar o al no ser respaldados por un gran equipo detrás, no se ven tanto, solo nos vemos en el subsuelo entre nosotros. Somos las Tortugas Ninja antes de salir de las alcantarillas. Maravillosas alcantarillas por cierto.

¿Qué le pide el año nuevo?

Que no me consuma estas ganas y esta pasión por la música. Y que las personas que quiero sean felices. Ojalá fuera tan fácil como pedirlo y ya está, ¿eh?

¿Y qué queda de aquel joven que empezó en la música?

Mi timidez, algunos de los miedos aunque ya más controlados y gestionados, la incertidumbre profesional, aunque me temo que esa cuerda floja sin red abajo seguirá eternamente. Pero sobre todo las ganas, ese motor que se renueva con cada canción que hago o con cada concierto que doy.

Suscríbete para seguir leyendo