Quemar después de leer

El misterio de la novela más larga jamás escrita, por Laura Fernández

El año 1965, Marguerite Young publicó una novela de 3.449 páginas en la que trabajó sin descanso durante casi dos décadas. Pese a considerarse una genialidad en su momento, 'Miss MacIntosh, My Darling', la novela en cuestión, que podría haber sido una pieza clave del posmodernismo, la única escrita por una mujer, no volvió a ser reeditada, pero está previsto que lo haga por fin este 2023

El misterio de la novela más larga jamás escrita, por Laura Fernández.

El misterio de la novela más larga jamás escrita, por Laura Fernández. / SARA MARTÍNEZ

Laura Fernández

Marguerite Young dio comienzo a su única novela, la monumental y misteriosa -por desaparecida- 'Miss MacIntosh, My Darling', un día cualquiera de 1945. Por entonces, Young, originaria de Indianápolis, tenía 37 años. Había publicado algunos poemarios. Trabajaba como secretaria. Se dijo que en un par de años podía tenerla lista. Le envió algunos capítulos a Maxwell Perkins, el editor que había descubierto a Ernest Hemingway, a Francis Scott Fitzgerald, a Marjorie Kinnan Rawlings. Perkins se mostró entusiasmado. Young regresaba a casa cada noche y escribía. Recibía llamadas. Seguía escribiendo. El tiempo pasaba. Días, semanas, meses, años. Décadas. Para cuando logró poner el punto final, en 1964, Perkins había muerto. Y la novela tenía 3.449 páginas.

Considerada la novela más larga jamás escrita -solo superada por la novela río de Madeleine de Scudéry y su hermano Georges, 'Artamène o el Gran Ciro', que alcanzó las 13.095 páginas, aunque con trampa: era una historia por entregas de la época, y la época era el siglo XVII, que acabó recopilándose en diez volúmenes-, 'Miss MacIntosh, My Darling' se publicó originalmente en 1965. Fue entonces cuando la leyó Joy Williams y, dice, la volvió instantáneamente escritora. Su obsesión por las niñeras -o la maternidad desplazada, en su caso, al contrario que en el de Young: una la persigue, la otra la encarna- proviene del clásico nunca del todo entendido como tal de Young, al que Anne Tyler se encomendaba cuando se bloqueaba mientras escribía 'El turista accidental'.

Auge del posmodernismo

"Era abrir cualquier página, y sentir un deseo irreprimible de escribir", dijo Tyler en su momento. Kurt Vonnegut no dudó en considerar a Young un genio. La crítica llegó a decir que no se había publicado nada igual desde 'Moby Dick'. Que aquello era una obra claramente mayor, tan mayor como el 'Ulises' de James Joyce, o 'Las olas', de Virginia Woolf. Se publicó, además, en pleno auge del posmodernismo en Estados Unidos. Con William Gaddis y 'Los reconocimientos' a la cabeza, seguido de un pequeño puñado de otros autores entre los que nunca se contó a ninguna mujer. ¿Y por qué no? ¿No debería haber figurado Young entre ellos? A veces me pregunto qué habría ocurrido si 'Miss MacIntosh, My Darling' la hubiese escrito el mismísimo Gaddis.

A buen seguro no habría corrido la suerte que corrió. Es decir, no se habría publicado y habría caído después, pese a las entusiastas críticas, en el olvido de la obra no reeditada, como le ocurrió al desconocido clásico de Rose Macaulay, 'Y todo eso' (Minúscula), en el que se basaron a la vez Aldous Huxley y George Orwell para dar forma a 'Un mundo feliz' y '1984', que pasó en el limbo nada menos que un siglo, mientras los libros de sus contemporáneos se reeditaban año tras año. El año pasado -el recién abandonado 2022- iba a ser el año de su reedición. La Dalkey Archive Press -editorial llamada así en honor a la novela de Flann O'Brien, y dedicada al rescate de clásicos olvidados- pensaba publicarla en verano, pero retrasó su salida a este verano.

En junio de 2023

Así que, si todo va bien la novela volverá a publicarse en junio de este año, 58 años después de haberse convertido en un acontecimiento. Tal vez la preceda la elogiosa reseña que Anaïs Nin escribió para 'Los Angeles Times'. Nin, buena amiga y vecina de Young, fue aparentemente su primera lectora. La reseña se incluyó en el sexto volumen de sus diarios. En cualquier caso, su reedición debería convertirse en un acontecimiento. La clase de acontecimiento que podría haber hecho pensar al futuro que, desde que les ha sido posible, han existido escritoras lo suficientemente ambiciosas como para escribir novelas que podrían no haber acabado nunca, tan frondosamente delirantes que difícilmente tendrán igual y, sin embargo, abrieron camino a todo aquel que se cruzó con ellas.

Pero ¿qué ocurre en 'Miss MacIntosh, My Darling'? Ocurre que Vera Cartwheel está buscando a su niñera. Su niñera es una tal Miss MacIntosh. Miss MacIntosh es originaria de la inexistente What Cheer, Iowa. Y ha desaparecido. Vera está viajando en autobús por todo Estados Unidos buscándola. Mientras, su madre, adicta al opio, está en casa, metida en la cama. Allí recibe la visita de todo tipo de personajes. Pero ninguno de ellos existe en realidad. Están todos en su cabeza. Es curioso. La abuela que cuidó de Marguerite y su hermana cuando eran niñas estaba convencida de que Marguerite era la reencarnación del pequeño Harry, su primo favorito, que había muerto de niño. Y la novela podría considerarse una novela de fantasmas. De los fantasmas que nos habitan.

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