Las ECM en ciegos

El caso de los trasplantes de órganos y los consecuentemente paralelos traslados de conciencia ajena, nos pueden hacer sospechar que la conciencia está en la materia

Anubis, dios de la muerte, pesa almas en el juicio final. | | ELD

Anubis, dios de la muerte, pesa almas en el juicio final. | | ELD / juan ezequiel morales

Juan Ezequiel Morales

Juan Ezequiel Morales

He rescatado un viejo texto, de 1997, cuyos autores son los doctores Kenneth Ring y Sharon Cooper, de la Universidad de Connecticut, publicado en la revista especializada Journal of Near-Death Studies (número 16, 1997). En dicho extenso artículo se analiza una multitud de casos en los que, en experiencias cercanas a la muerte (ECM), los ciegos ven, como si dispusieran de vista, y no personas que han quedado ciegas con posterioridad a su nacimiento, de las que también existen muchos casos, sino personas ciegas de nacimiento. Otro extraño fenómeno que constatamos en este artículo casi fundacional es el de un caso (Nancy) en el que dos testigos (el marido y su nueva pareja de entonces) la vieron en el cuerpo doble, en el doppelganger que surgió de ella al morir, mientras la trasladaban al quirófano, y ese cuerpo doble tenía la cara fuertemente hinchada, por un edema, al igual que en la realidad de su cuerpo físico.

Finalmente, y no está esta casuística detallada en el artículo que citamos, mentar los innumerables casos de trasplante de órganos en los que el trasplantado pasa a sentir eventos que habían ocurrido al donante, sin haberlo conocido; fue de esta manera cómo se comenzó a investigar, en trasplantes de corazón, que este órgano dispone de unas 40 mil neuronas, a raíz de que una mujer trasplantada de corazón, procedente de un niño de 13 años, comenzara a desear comer hamburguesas de forma irrefrenable, que era lo que le gustaba al joven donante; así como en otro caso, otra paciente trasplantada comenzó a tener pesadillas con un señor que la iba a matar, y después de estar en tratamiento psiquiátrico y dibujar el retrato robot de dicha aparición, se pudo encontrar al sujeto y había resultado ser el asesino de la donante en la realidad física. Pues bien, con estos tres fenómenos, extendámonos un tanto más en la visión de los ciegos de nacimiento en momentos de ECM.

Rumores

Los doctores Ring y Cooper ponen en duda los casos relatados en la literatura científica y observan que «cuando se empieza a examinar la base de estas afirmaciones, parece que se disuelven en la niebla de los rumores, las anécdotas sin fundamento y otros callejones sin salida, e incluso, en un caso, en la fabricación directa». Harvey Irwin, en 1987, pudo entrevistar a 21 personas australianas ciegas, y consiguió a tres testigos de ECM, pero todos tenían visión periférica o residual, por lo cual no valían para validar que los ciegos pueden ver. Ring y Cooper entrevistaron a 21 protagonistas de ECM. Del total de la muestra, 14 eran ciegas de nacimiento, y muchas sin percepción de luz (en palabras de una de las entrevistadas: «nunca he sido capaz de entender ni siquiera el concepto de luz»).

La conclusión de Ring y Cooper es: «Nuestros hallazgos con respecto a esta cuestión son inequívocos: las personas ciegas, incluso las ciegas de nacimiento, relatan experiencias que se ajustan claramente al prototipo familiar de la ECM bíblica popularizada por primera vez en el libro de Moody, La vida después de la vida (1975). Sus relatos, de hecho, tienden a ser indistinguibles de los de las personas videntes en lo que respecta a los elementos que sirven para definir el patrón clásico de las ECM, como los sentimientos de gran paz y bienestar que acompañan a la experiencia, la sensación de separación del cuerpo físico, la experiencia de viajar a través de un túnel o espacio oscuro, el encuentro con la luz, la revisión de la vida, etcétera».

Representaciones

Los fenómenos relatados fueron: «En 20 entrevistas se mencionaron sentimientos de paz, bienestar o amor; en 14, una sensación de separación del cuerpo físico o una experiencia extracorpórea real; en 10, ver el propio cuerpo físico; en 8, atravesar un túnel o un espacio oscuro; conocer a otras personas, como espíritus, ángeles o personajes religiosos, en 12; ver una luz radiante, en ocho; oír ruidos o música, en siete; volver a ver la vida, en cuatro; encontrarse con una frontera o límite, en seis; y elegir o que le digan que vuelva a la vida, en 10». Por tanto, hay claras representaciones visuales, tanto mundanas como sobrenaturales.

Un caso de un ciego de nacimiento: «Se encontró en una enorme biblioteca durante la fase trascendental de su ECM y vio miles y millones y miles de millones de libros, hasta donde alcanzaba la vista. Al preguntarle si los veía visualmente, respondió: ¡Oh, sí! ¿Los vio con claridad? Sin problemas. ¿Le sorprendió poder ver así? En absoluto. Me dijeron: Oye, tú no puedes ver, y yo respondí: Pues claro que puedo ver. Mira esos libros. Es una prueba fehaciente de que puedo ver».

Visión conciencial

Los autores determinan al final, después de un exhaustivo recorrido por todas las tesis materialistas o alternativas, que se trataría de una visión conciencial: «Evidentemente, no se trata de una simple visión, tal y como solemos entenderla, sino casi de una especie de omnisciencia aparente que trasciende por completo lo que la mera visión podría permitirnos. En efecto, lo que parece existir aquí es un estado de conciencia característico, que nos gustaría denominar conciencia trascendental. En este tipo de conciencia, por supuesto, no es que los ojos vean nada; es más bien que la propia mente ve, pero más en el sentido de comprender o asimilar que de percepción visual como tal. O alternativamente, podríamos decir que no es el ojo el que ve, sino el yo”. Existen varios postulados sobre la conciencia y su naturaleza. El de Amit Goswani es que todo es conciencia y luego está el trayecto hacia la dualidad, el de Larry Dossey habla de una sola conciencia a la que llamamos Mente, siendo que la posterior noción de mentes individuales es una ficción, es «la ilusión de un yo separado y la sensación de un ego que posee una mente separada», pero meras ficciones de una realidad subyacente única, la Mente. Lo que en términos más místicos podríamos denominar Conciencia Superior.

El caso de los trasplantes de órganos y los consecuentemente paralelos traslados de conciencia ajena, nos pueden hacer sospechar que la conciencia está en la materia, de forma que hasta los pelos y las uñas pueden valer para horadarla (como en el vodoo), pero también de que la Conciencia es todo y sólo se materializa cuando colapsa, como las ondas cuando colapsan en partículas. En fin, a ver cuándo los listos académicos inventan una máquina de pesar conciencias como la que tenían Osiris y Anubis.

Suscríbete para seguir leyendo