Trazos inéditos de Mireia Tramunt

El universo artístico de Mireia Tramunt late en el corazón del proceso, cuando la artista descose los caminos del lienzo y abre mundos propios, abstractos y coloristas, como si el infinito cupiese entre los límites del marco y se expandiese en un movimiento perpetuo. Por esta razón, la exposición que abre sus puertas mañana en Bodega Los Lirios, espacio que marida vino y arte en las faldas del pico de Bandama, brinda una invitación a desandar estos senderos y descubrir los hilos que entretejen la trayectoria pictórica de Tramunt en el viaje del último lustro.

En concreto, la artista grancanaria, que se desenvuelve en territorios creativos diversos, desde la pintura y el dibujo a la performance, el tatuaje, la instalación o el mural, en continuo diálogo e intersección interdisciplinar, centra esta muestra en su técnica de creación principal, la pictórica, con la exhibición de una serie de cuadros pergeñados en distintas residencias artísticas en el País Vasco francés.

«Esta exposición me hace mucha ilusión porque son cuadros que han marcado mucho mi trayectoria artística, cuando viví un cambio hacia la abstracción», revela la artista. En este sentido, la muestra no gravita alrededor de un concepto o temática específica, sino que engloba «una recopilación de cuadros de diferentes etapas de mi pintura», indica, que se corresponden con los resultados artísticos de tres períodos residenciales en los años 2018, 2019 y 2021.

A estos se suman otras dos obras creadas a su regreso a Gran Canaria, que la artista continúa revisitando desde su noción íntima de cambio.

Reencuentro

Cuenta Tramunt que, el pasado verano, atravesó la península con su furgoneta para recuperar estas obras. «Hice el viaje solo para eso: fui por Portugal hacia arriba y llegué a Francia, recogí los cuadros y me los traje a la Isla», relata. Por tanto, esta es la primera vez que estas pinturas inéditas en España abandonan el país y ven la luz en su tierra natal.

Además, el reencuentro con las obras le permitió reconocer(se) en los pasos pictóricos primigenios que hoy fundamentan el vuelo de su recorrido artístico. «Para mí, estas pinturas son como un manifiesto de algo muy espontáneo y efímero que se quedó ahí», reflexiona. «No las había vuelto a ver desde entonces y, ahora que las vuelvo a revisar y a darles otro discurso, siento que estas pinturas me siguen representando bastante, porque marcaron mucho el camino en el que estoy ahora. Por eso son tan especiales».

Entre los rasgos comunes de la selección destaca la abstracción como lenguaje común, así como el gran formato, su explosión colorista y grado de expresividad, con una marcada presencia del azul o de la tierra, ya que cada etapa residencial trabajaba una temática vinculada al cuidado del medioambiente. En esta línea, algunos cuadros versan sobre su investigación en torno al agua, seguida de una reflexión sobre la regeneración de la tierra y, por último, una relectura de la sabiduría ancestral en cualquiera de sus expresiones.

Para la artista, este «mix de cuadros» no solo refleja su investigación en torno al trazo, sino también sobre el error. «Yo trabajo mucho con saber ver en el error el camino a seguir. Y también sobre la expresión artística como parte de la honestidad de la pintura, sin querer llegar a un lugar concreto, sino dejando que el proceso sea lo que me vaya guiando», explica. Y este es el hilo que también trenza los dos últimos cuadros creados en Gran Canaria, «con mucha textura, tierra, trazo libre, mucho color y, al mismo tiempo, mucho blanco».

Precisamente, Tramunt ha extrapolado este movimiento a través del error y la intuición a otros campos creativos, como la performance, que imprime en una acción de pintura en vivo y expresión corporal que vuelve a situar en el centro la fuerza del proceso. En paralelo, también sigue ensanchando su mapa artístico con otras coordenadas creativas como el tatuaje, que desarrolla al abrigo de su firma propia, M i . i o, mediante la técnica manual del handpoked.

Vino y arte

Con todo, su exposición en Bodega Los Lirios podrá visitarse a lo largo del próximo mes, en horario de 12.00 a 23.00 horas, los viernes; y de 12..00 a 17.00, sábado y domingo; si bien mañana vive su puesta de largo con un evento especial en el marco del ciclo Vino y Arte, que alberga música en directo de la mano de Pablo Queu, un mercadillo local y una oferta gastronómica.

«Aunque es una exposición pequeña, porque el espacio es limitado, cada una de las obras es importante porque refleja el momento concreto en que estaba pintando y creando», concluye la artista, que en la cartela que preside la exposición incluye el siguiente extracto: «Aquí hay mar, tierra y arraigo. Hay sueños y cuentos imaginados. Hay también rotura, libertad y descubrimiento. Cada pieza es una prueba, un juego, una historia. Hazla tuya y piérdete en ella».

En el mosaico de imágenes, distintos instantes, procesos, pinturas y exposiciones de la artista grancanaria Mireia Tramunt, desde 2018 hasta el presente. |

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