El No-Do que nació hace 80 años

El 4 de enero de 1943 se proyectó en los cines españoles el primer número de este informativo cinematográfico

No-Do.

No-Do.

Francisco R. Pastoriza

Durante la guerra civil se puso en marcha en el bando nacional el “Noticiario español”, una herramienta de propaganda camuflada de informativo cinematográfico a imitación de los newsreels italianos y alemanes, que a su vez los habían copiado del cine soviético. Pero no fue hasta terminada la contienda cuando se creó el gran informativo audiovisual con el nombre de No-Do (Noticiarios y Documentales), sucesor de aquel primer informativo.

La primera emisión del No-Do se realizó el 4 de enero de 1943. Su primer locutor fue José Hernández Franch y la música de la cabecera, creada especialmente para el noticiario, fue compuesta por Manuel Parada. Entre los contenidos de este primer número, el ambiente navideño en Madrid, la situación del frente alemán durante la II Guerra Mundial, la moda en el peinado y varias informaciones sobre países europeos.

La estructura primera del No-Do carecía de una definición coherente, sin bloques ni secciones, en una mezcla miscelánea en la que las noticias se sucedían sin orden jerárquico y centraban su importancia más en los textos que en las propias imágenes y donde la música se utilizaba como elemento de dramatización. De la producción de un único noticiario semanal se pasaría a dos (versiones A y B) y más tarde a tres (A, B y C).

De emisión obligatoria en todos los cines de España, fue uno de los más eficaces aparatos de propaganda del régimen franquista

A lo largo de su historia, el No-Do se constituiría en elemento apologético del franquismo y en divulgador propagandístico de las bondades del modelo de desarrollismo económico del régimen. Era de emisión obligatoria en todos los cines de España antes de la proyección de la película (se distribuía gratuitamente a las salas) y fue uno de los más eficaces aparatos de propaganda del régimen franquista desde sus objetivos iniciales: “hacer llegar las noticias españolas al mundo entero, realizar documentales de propaganda general de nuestra patria, sirviendo al propio tiempo a los fines de cuantos elementos nacionales lo merezcan”. En unas declaraciones a la revista “Primer Plano” (27-12-1942), Joaquín Soriano, el primer director de No-Do, señalaba que “el Noticiario Español pondrá en ridículo a los cretinos que nos difaman, aumentando la atracción que por nosotros sienten quienes por cultos y honrados nos aprecian y quieren”.

Desde sus cabeceras, el No-Do definía su identificación con los valores del régimen. La primera registraba imágenes del tañido de campanas, ilustrando el júbilo de la victoria con la simbología religiosa del nacionalcatolicismo. Un águila que surca el espacio, similar a la imperial del escudo nacional, sale de España y recorre el globo terráqueo, remarcando el lema del noticiario: “el mundo entero al alcance de todos los españoles” (otras interpretaciones identifican esta escena con la vocación imperial del franquismo). Esta cabecera finalizaba con la bandera española roja y gualda (aunque el blanco y negro no permitiera discernir los colores) ondeando al viento y un recorrido panorámico por los símbolos del escudo nacional. Posteriormente, en las sucesivas cabeceras, irían desapareciendo los elementos más imperialistas.

Creado a raíz de un decreto del 29 de septiembre de 1942 (tres años después de terminada la guerra civil) dependiente de la Vicesecretaría de Educación Popular, sus directores, Joaquín Soriano, Alberto Reig y Roberto Bieger y el periodista Alfredo Marqueríe incluyeron en sus contenidos desde imágenes de la United News hasta las que emitían las estructuras propagandísticas del Tercer Reich, ya que muchos de los documentales internacionales procedían de la UFA alemana. Para la producción propia había camarógrafos como Ramón Saiz de la Hoya, Ismael Palacios o Juan Manuel de la Chica. No-Do tenía su sede central en Madrid y recibía material de las corresponsalías de Valencia, Sevilla, A Coruña, San Sebastián, Palma de Mallorca y Barcelona. Del extranjero se nutría de los noticiarios de Gaumont, Metro News, Fox News y la UFA, que ocupaban más del 50% de la duración total (entre 10 y 15 minutos). En 1957 se integró en la INA (International Newsreel Association), que le dio acceso a materiales de noticiarios internacionales de otros países.

El No-Do, que nació durante la Segunda guerra Mundial, manifestó una postura progermánica durante los primeros años de la contienda, publicitando las victorias de las tropas de Hitler en los frentes europeos. Cuando la derrota de las fuerzas del Eje era inminente, el tono viró hacia una postura neutralista y posteriormente pro aliada, sobre todo a raíz del descubrimiento de los horrores de los campos de concentración nazis.

Imágenes captadas en el puerto de Vigo entre finales de los años 40 y principios de los 50.

Imágenes captadas en el puerto de Vigo entre finales de los años 40 y principios de los 50. / RTVE

Durante casi cuarenta años fue modelo de la producción de documentales y noticiarios cinematográficos y escuela de técnicos, guionistas y directores. En total se realizaron 4.016 noticiarios, 1.219 documentales que llevaban el título genérico de “Imágenes” y otros 700 documentales especiales. Durante los primeros años de TVE, la infraestructura del No-Do colaboró con el nuevo medio realizando programas como el informativo “A toda plana” y desde 1968 el noticiario pasó a depender institucionalmente de TVE, sobre todo para eliminar la posible competencia entre ambos. Curiosamente es en este momento cuando cambió el nombre de Noticiario Cinematográfico por el de Revista Cinematográfica, cambio justificado desde las propias estructuras del No-Do para “intensificar la sustitución de las noticias por reportajes. La noticia se explica por sí misma, pero el reportaje requiere un orden interno, una idea básica desarrollada en imágenes y con texto y música adecuados”. En realidad el cambio obedecía a la implantación de la televisión en España como referente dominante de la información audiovisual.

Después de la muerte de Franco en noviembre de 1975 el No-Do continuó aún algunos años presidiendo la información en las pantallas de las salas de cine pese a la desinteresada acogida del público y a su decadencia, provocada por el afianzamiento de la televisión. Poco antes, en mayo de 1975, ya se había levantado la obligatoriedad de proyectarlo en las salas de cine. La última emisión fue en mayo de 1981.

Grupo folklórico gallego en la década de los 50.

Grupo folklórico gallego en la década de los 50. / RTVE

Los reportajes y documentales del No-Do, de claro matiz ideológico, han quedado para la posteridad como fuente histórica de documentación audiovisual. Sus imágenes, prescindiendo de los textos, se han convertido en un importante archivo para ilustrar y contextualizar informaciones de actualidad.

Suscríbete para seguir leyendo