Patrimonio

Ciencia contra bulos históricos: así se reconstruye el rostro de una aborigen canaria

El rostro generado por Inteligencia Artificial reproduce un individuo lleno de estereotipos en redes | Tibicena y PAR plantean las reconstrucciones faciales a través de fuentes científicas

Reconstrucción facial de una aborigen canaria dentro del proyecto Humiaga 977, liderado por la empresa Tibicena Arqueología y Patrimonio SL y por El Museo Canario.

Reconstrucción facial de una aborigen canaria dentro del proyecto Humiaga 977, liderado por la empresa Tibicena Arqueología y Patrimonio SL y por El Museo Canario. / Tibicena / PAR

El sesgo occidental está presente en la imagen difundida por una cuenta de Twitter que generó a través de Inteligencia Artificial el posible rostro de la momia de Herques. Ese algoritmo que rastrea las imágenes más repetidas en la red está todavía lejos de los parámetros científicos que utilizan los arqueólogos e historiadores de Tibicena y PAR, como cuando trabajaron para dotar de vida a Humiaga con datos y fuentes fidedignas.

Un hombre de pómulos altos, frente ancha, mandíbula cuadrada, mirada celeste, de pelo rubio amasado en rastas resulta ser el vivo reflejo de una momia aborigen canaria... Según la Inteligencia Artificial (IA). Una imagen difundida por Twitter ha generado debate al utilizar la IA para "dar vida" a la momia guanche de Herques, de Tenerife, en vez de usar una metodología científica. Un atajo que implica caminos cuanto menos peligrosos para la interpretación del pasado y su configuración en la población actual. Lo que puede pasar por un ejercicio creativo sin mayor trascendencia, en realidad, se difunde como la pólvora. Ya solo en la plataforma internauta ha tenido más de 180 mil reproducciones, así que, ¿qué dicen los expertos al respecto?

Marco Moreno, arqueólogo y gerente de la empresa Tibicena Arqueología y Patrimonio, explica que este tipo de imagen perpetúa una "imagen idílica de los indígenas canarios, tanto en su forma física como en su desarrollo cultural; es decir, la inteligencia artificial trabaja con aquellos criterios puestos por el humano, por tanto, si el humano tiene un sesgo, lo tendrá la máquina". La IA escanea entre las millones de instantáneas que hay en Internet según el prompt -conjunto de palabras que se le da a la inteligencia artificial para obtener un recurso nuevo- utilizado y se queda con aquellas más representativas. Si en la red impera la fisonomía occidentalizada de piel clara, ojos grandes y claros, y rasgos armoniosos que atiende a un canon de belleza, entonces ese será el resultado. En vez de, en este caso, utilizar los rasgos negroides de la población bereber que estuvo implicada en los primeros asentamientos del Archipiélago.

En 2019, Humiaga cobró vida. Tibicena y El Museo Canario trabajaron juntos en el Proyecto Humiaga 977, financiado por la Dirección General de Patrimonio Cultural, donde se realizó la reconstrucción facial forense del cráneo 977 como el registro humano más antiguo documentado de una mujer, insertándola además en el espacio histórico de La Fortaleza. El equipo, compuesto por las bioantropólogas Teresa Delgado Darias y Verónica Alberto Barroso, la genetista Rosa Fregel Lorenzo y los expertos en Virtualización del Patrimonio Ibán Suárez Medina y Pablo Aparcio Resco, realizó un estudio minucioso en el que revivieron el resto óseo datado entre el siglo V y VI d.C.

Más ciencia, menos bulos

La antropología forense es una disciplina que busca la identidad de los restos mortales, por lo que su desarrollo ha sido fundamental para entrever cómo eran aquellos individuos de los que no hay testimonios visuales. Entre los pasos a dar, está la reconstrucción del cráneo a través de un análisis fotométrico, luego, hay diversos marcadores biológicos que determinan el espesor facial y los músculos que habían a partir de los cuales se obtiene el volumen aproximado que tenía la persona. Después, se añade una capa de piel que, tal y como detalla Moreno, se complementa con los conocimientos habidos.

Por ejemplo, el ADN de los restos orgánicos determinan que en un alto porcentaje la población poseía cabellos oscuros, como sus ojos, o recrear una piel quemada con manchas en la cara es más veraz al estar tantas horas al sol sin protección. Lo mismo que el golpe que hay en su frente, fruto de la lesión que presentaba el cráneo. "Pensábamos no ponerle apenas dientes porque no teníamos una mandíbula completa y, en realidad, al no saber si los había perdido en vida o después, pusimos una mueca entrecerrada para cubrir esa falta de datos", indica Moreno.

Con relación a su peinado y ropaje, decidieron que vistiera un traje blanco al estilo de las harimaguadas que describían las crónicas del siglo XV, a pesar de la trasposición cronológica. Una licencia histórica que, a pesar del espacio temporal, tiene sentido: "Las imágenes tienen un problema brutal: creamos estereotipos. Es más, como canarios, tenemos un relato mítico en el que nos vinculamos al pasado queriendo pensar que los aborígenes eran guapos, altos, buena gente, pero no nos gusta saber que habían peleas mortales, niños muertos por golpes en la cabeza o violencia simbólica y física contra las mujeres. Así que crear esa imagen tiene un peligro y una fuerza, ya que la gente se identifica con el mensaje que das".

Pablo Aparcio, fundador de PAR (Arqueología y Patrimonio Virtual) e involucrado en el proyecto, realizó un hilo en Twitter bajo la cuenta @par_virtual en el que explicaba esta reconstrucción facial paso por paso y justificaba por qué era "pura fantasía". Al otro lado del teléfono, argumenta que "cuando esta tecnología se utiliza para reconstruir momentos, enclaves o personajes, tienes un problema, ya que se perpetúan tópicos que carecen de cualquier veracidad y dato científico". Hace alusión a las palabras claves que dirigen la IA, como canario, aborigen, que dota de ese aspecto surfista la creación moderna, "o esas mismas facciones, con mandíbula y pómulos marcados, repiten el proceso cadavérico avanzado". El acercamiento artístico se hace pues en base a los estudios, "aunque sea muy atractivo, dejarlo todo a un clic de botón con un resultado impresionante puede causar un caos visual y dar pie a difundir estos bulos históricos que provocan que la gente se crea estas reconstrucciones históricas".

Visión artística

El acercamiento subjetivo lo planteó la fotógrafa Francesca Phillips en el proyecto La búsqueda de caras ancestrales. La artista visual afincada en Teror expuso en El Museo Canario en el año 2018 una exposición en la que intercalaba los 50 retratos de habitantes de Canarias con otras 50 fotografías de reconstrucciones faciales hechas a partir de 50 cráneos originales de la entidad científica. Junto a la antropóloga Caroline Wilkinson, directora del Face Lab de la Universidad John Moores de Liverpool y de la doctora María Castañeyra-Ruiz, quiso dialogar con unas generaciones tan alejadas como irremediablemente unidas. Tal y como reflexiona, "la única forma de obtener una representación facial lo más precisa posible es reconstruir los cráneos de forma forense, científica, dado que tenemos sus cráneos; si queremos aprender algo sobre el pasado, necesitamos reconstruir, no construir sus rostros desde un punto de vista subjetivo. No tiene sentido para mí ya que estas son personas reales que vivieron".

La expresión creativa aquí entronca con la voluntad de ser fiel a los acontecimientos ocurridos y, sobre todo, a las personas que sobrevivieron en tales circunstancias y constituyeron el principio de una comunidad que sigue vigente en los ríos de sangre: "Ver juntos los rostros de los canarios pasados y presentes nos da una visión más completa de la evolución de la población de las Islas. Cuando el arte se utiliza en un contexto antropológico como en los retratos contemporáneos de mi proyecto y lo combinamos con métodos científicos como en las reconstrucciones faciales, nos presenta conocimientos tanto históricos como actuales. Dicho esto, como seres humanos, está en nuestra naturaleza incluir, aunque sea inconscientemente, nuestro punto de vista subjetivo también cuando los miramos", entiende. Con ella, con Humiaga y con tantos rostros por descubrir tiene la ciencia un largo recorrido a vislumbrar.