Los mapas de Alexis Ravelo: Las Palmas de Gran Canaria, la ciudad de Eladio Monroy

El grueso de novelas negras del escritor se miran en Las Palmas de Gran Canaria como espejo

Nora Navarro

Nora Navarro

El personaje principal de las novelas de Alexis Ravelo es, con permiso de Eladio Monroy, la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, aunque más que configurarse como un escenario, la capital isleña se desplegó en su imaginario como un espejo. A veces cóncavo, siempre interrogante, el hijo más prolífico de las letras grancanarias del siglo XXI (se) miraba en las páginas de su ciudad natal buscando las palabras que nombraran las realidades silenciadas que acontecen en los márgenes.

En concreto, Ravelo destacaba los «claroscuros y contrastes» que aloja una ciudad como Las Palmas de Gran Canaria, donde la periferia se disemina en la parte alta, con la delantera colorista de los riscos agrietándose en las postales, mientras que el núcleo privilegiado se agolpa en el centro de la denominada «ciudad baja». «La sociedad grancanaria me parece muy interesante porque tiene una gran estratificación y, sin embargo, hay una gran mezcla», reflexionaba el autor, siempre con la mirada literaria puesta en los olvidados dentro del relato oficial: obreros, yonquis, inmigrantes, putas, dipsómanos, jubilados o parados. 

Así lo manifestó en un encuentro alrededor de sus mapas literarios para LA PROVINCIA, donde declaró que, en las novelas de Eladio Monroy, «lo que mejor describe la ciudad no es un espacio o una calle concreta, sino el carácter de Eladio». «Me he dado cuenta de que este personaje es la ciudad», explicaba el escritor. 

Por tanto, los mapas de Alexis Ravelo no se constituyen tanto como espacios físicos, sino como radiografías sociales a través de los conflictos, luces y sombras de sus personajes, si bien sus coordenadas se localizan en puntos exactos ficcionados de la capital grancanaria. Así, como los puentes de París de Cortázar o el empedrado de Lisboa de Pessoa, Las Palmas de Gran Canaria atesora su propio itinerario a través de las novelas de Alexis Ravelo.

Coordenadas

A ningún lector de Ravelo escapa que Eladio Monroy, antiguo jefe de máquinas de la marina mercante, divorciado y metáfora de la ciudad que habita, reside en la céntrica calle Murga, número 15, piso 4 - derecha. Pero desayuna y hojea el periódico cada mañana en el bar Casablanca, que regenta el tuerto multitareas Polifemo Casimiro en la calle León y Castillo, cuyo local se inspira en el desaparecido Unión Arenales de este barrio homónimo.

Porque ni el 15 ni el Casablanca existen más allá de las letras y, sin embargo, son tan reales como la impronta que lega su autor a través de su cartografía literaria de la capital grancanaria.

Y por otra parte, las intrigas de Ravelo también se sitúan en localizaciones concretas donde se reconocen sus paisanos: en Tres funerales para Eladio Monroy, el exmarinero descubre un secreto en las profundidades de la playa de Bañaderos y, en Solo los muertos, se oculta detrás de la estatua de Juan Negrín en la Calle Mayor de Triana para vigilar a un sospechoso. Incluso, en Los tipos duros no leen poesía, Eladio trata de salvar la vida en una mansión de Mogán, en el sur de Gran Canaria. 

Y en novelas sucesivas, los personajes de La estrategia del pequinés sueñan con horizontes lejanos de futuro deambulando por la calle Venegas; trapichean a escondidas en la espina dorsal de Schamann, en Pedro Infinito, y se enfrentan a sus peores fantasmas en el conocido Hotel Parador de Tejeda. En esta línea, el cineasta Elio Quiroga filmó la adaptación cinematográfica de esta multipremiada novela y centró el rodaje de La estrategia del pequinés durante un mes en distintos emplazamientos de la Isla, como el paseo de Los Nidillos de La Puntilla, el pueblo teldense de Tufia o el casco histórico de Vegueta

Así como Vázquez Montalbán tomó el pulso a Barcelona y las novelas de Pepe Carvalho conforman una lúcida crónica de buena parte de la historia reciente de la ciudad, las novelas de Ravelo cristalizan hoy como un testimonio escrito de la realidad canaria más próxima en tiempos de crisis.

Alexis Ravelo, en Triana.

Alexis Ravelo, en Triana. / YAIZA SOCORRO

Cuando el autor se alzó por unanimidad con el XVII Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe en 2013 por La última tumba, el jurado, que integraban escritores como Javier Marías y Lorenzo Silva, determinó que Ravelo «demuestra que la novela negra en España es mucho más que Madrid y Barcelona, y que desde Las Palmas de Gran Canaria se puede servir una historia criminal contundente e importante». Y es que también el protagonista de esta novela, Adrián Miranda Gil, chapero drogodependiente que trata de sortear una condena de 29 años de prisión, urde sus planes de venganza y redención en las arterias del barrio de La Isleta.

Mitificar el paisaje

El propio Ravelo sostenía que, al igual que célebres predecesores, como Agustín Espinosa o Pedro García Cabrera, los creadores de las islas «tenemos casi la obligación de mitificar el paisaje, de hacerlo leyenda, de poetizarlo». Por esta razón, Ravelo (re)escribió una ciudad de oxímorons en la fisonomía de lo que existe y nos empeñamos en no ver: un espacio donde conviven ciudadanos de primera y de segunda, criminales de cuello blanco y delincuentes de poca monta, castas y discriminaciones, libertades y violencias, alegrías y derrotas, asesinatos e historias de amor. Y siempre la dignidad de quienes trabajan día a día para salir adelante. «Un triunfador no tiene nada que contar en mi novela y no me interesa en absoluto. Lo que me interesa es lo que pueda contar el perdedor. Me interesa la gente como tú y como yo, que está todo el día trabajando para poder sobrevivir o que, peor que nosotros, ni siquiera tiene la suerte de poder trabajar. Y se busca la vida como puede», apuntó en una entrevista tras recibir su Premio Dashiell Hammett de Novela Negra 2014. 

Ahora toca reconstituir el peor mapa de todos, el de una ciudad sin la carcajada limpia de Alexis a cada encuentro feliz y fortuito por Triana; sus cantares guitarra en ristre en tenderetes y asaderos, sus cafés y rones en el Hotel Madrid, disertando sobre su último descubrimiento literario, su película favorita, su nueva serie. No sobrevive una ciudad sin Alexis, sino que siempre nos quedará, en sus novelas y rincones, la ciudad de Alexis Ravelo.

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Los restos de Alexis Ravelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1971-2023) fueron trasladados este lunes por la tarde al Tanatorio de San Miguel, sala 109, donde acudieron centenares de personalidades de la cultura y la sociedad canaria, y sobre todo, amistades procedentes de distintas islas y del resto del territorio español, a despedir al escritor grancanario y acompañar a sus familiares más cercanos. El acto de incineración tendrá lugar este martes, pero su familia no ha decidido si se llevará a cabo de manera privada. Durante la mañana de este lunes, emitieron el siguiente comunicado: «Agradecemos las numerosas muestras de cariño recibidas y pedimos que se respete la intimidad de la familia en un momento tan difícil para nosotros. En su debido momento se informará de los detalles pertinentes para quienes le quieran dar un último adiós». | Nora Navarro

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