El humor canario pierde a su maestro

Manolo Vieira, el genio que cambió la risa de lo cotidiano

El fallecimiento de Manolo Vieira tuvo un efecto devastador entre los cómicos canarios - Todos lo consideran su maestro y protector profesional

La lección de vida de Manolo Vieira / Ilustración de Fernando Montecruz.

Mar Molina

Manolo Vieira era mucho más que un humorista. Era todo un fenómeno social. Una auténtica leyenda que se fue engrandeciendo con el transcurrir de los años en Canarias. Ahora, tras su fallecimiento a los 73 años, nos deja el humorista más importante y popular que ha dado el Archipiélago, ya que seguro habrá un antes y un después de la marcha del maestro porque dudo mucho que alguien sea capaz de brillar a su altura artística.

El humorista convirtió muchas frases que utilizaba en sus historias en recursos habituales del habla de Canarias. Porque quién no habrá dicho en algún momento, por ejemplo, aquello de «¿usted se gobierna sola»? o el famoso «se murió whatdoyousay». Su éxito se debió a la unión en una misma persona de un talento prodigioso para la improvisación y un carisma desbordante. Y eso lo puede constatar alguien que tuvo la suerte de entrevistarlo en multitud de ocasiones en los últimos 23 años. Pero siempre, desde la primera hasta la última ocasión en la que se enfrentaba ante las incertidumbres de una entrevista, con preguntas a veces incluso medio maliciosas, Vieira demostró una capacidad innata para el ingenio y la ocurrencia desternillantes que desarmaba a su interlocutor y que luego convertía la lectura en una prodigiosa exhibición de humor inteligente.

Vieira creó una aproximación humorística a lo cotidiano que era personal e intransferible. Porque, más que la gracia en sí de lo que contaba, cobraba importancia el cómo lo decía, sus movimientos en el escenario, o sus reflexiones previas sobre las relaciones familiares, personales o sentimentales. Era un genio, con una enorme psicología y una capacidad de observación prodigiosa, que inventó una comicidad más saludable y más profunda de lo que muchos imaginan, en la que uno comprobaba lo realmente absurdos que eran gran parte de los comportamientos humanos habituales.

Y, como todos los genios, una de sus características más profundas era su total ausencia de divismo y un perfeccionismo profesional que rozaba lo patológico y que se constataba en que nunca veía ninguno de sus espectáculos de fin de año en la televisión porque siempre encontraba errores de bulto que le incomodaban y le reconcomía por dentro.

Todos los humoristas de las Islas, y de todas las generaciones, se mostraban ayer totalmente devastados antes la triste noticia. Y todos, unánimemente, lo situaban como su gran maestro y valedor ya que su incombustible humildad y su siempre carácter altruista hizo que a muchos de ellos los acogiera bajo su protección. De eso mismo habla Kike Pérez que señala que «dentro del golpe de una pérdida que no esperábamos tan pronto», hay que subrayar que Vieira deja «infinitos recuerdos lindos porque hay que cuidar ahora un legado inédito que nos deja», un legado que, hasta que él llegó, no se había explorado nunca, «y que se queda en el alma de todos los que lo vieron y de todos los canarios que viviendo con él». Pérez recuerda que «a mí me pasó lo mismo que a muchos cómicos de mi camada a los que Manolo, en su día, con generosidad les abrió las puertas del Chistera», recuerda.

En su caso, «a mí me dijo ‘esta es tu casa, este es tu escenario, y cuando quieras actuar sólo tienes que decirme la fecha» y de esta manera empezó «nuestra relación personal donde yo aprendía de él constantemente». De una manera muy parecida, se expresaba el cómico tinerfeño Aarón Gómez que aclara que «Manolo no solo fue la primera semilla que recuerdo de la comedia, de cuando era chico, sino que es el primero que plantó ese gusanito por esta profesión».

Gómez subraya cómo Vieira hablaba con nuestro acento y de cosas que «yo conocía» y forjó un camino hacia algo que no había en Canarias y que era «el de una persona sola en un escenario sobre una banqueta y un micrófono», algo que ha hecho que «todos los demás también hayan caminado por ese territorio», pero «el primer paso lo dio él, inició el sendero». Y a nivel personal, Gómez añade que «fue un honor que él supiera quien era yo, que me dijera cosas bonitas, que me admirara», porque «tuvimos una relación de amistad y yo tuve la fortuna de poder acercarme a la última actuación que hizo» en la que estaban Matías Alonso, Ignatius Farray o Dani Calero. «Y después nos quedamos un rato ahí tocando la guitarra y hablando y tuvimos una conversación muy bonita», añade. «Nunca quieres que se marche alguien. Pero, por lo menos, puedes tener en tu cabeza ese último momento que no fue una despedida porque creo que Manolo, como los grandes genios y grandes artistas de cualquier disciplina, es inmortal, lleva mucho tiempo siéndolo, y su humor durará para siempre y nosotros, tanto para los humoristas como para el público, que nos encargaremos de que su memoria jamás se apague aunque, de todas formas, creo que es imposible que se apague». El cómico concluye definiéndolo como «un señor de la Isleta que hizo reír a toda Canarias y también a parte de la Península».

Afectado

Muy afectado se encontraba este jueves Jabicombé, con quien Vieira tuvo una relación muy estrecha y que habla visiblemente emocionado. «Manolo fue muy generoso siempre conmigo, lo conozco desde hacía casi 40 años», recuerda. «Mi segundo show fue en el Víctor Jara y él accedió a que pusieran la promo mía en un vídeo justo antes de que él saliera. Y salió el público y les dijo ‘¿han visto la promo de este chico, pues vayan a verlo porque es muy bueno». El humorista añade que «cuando fui al camerino, me dijo ‘Javi, la semana que viene lo vas a petar’ y, efectivamente, llené el Víctor Jara». El humorista recalca que «él sabía cuál era su espacio y yo el mío, teníamos una relación de amistad, respeto y cariño». Jabicombé añade que «a él le gustaba cantar como yo. Era un fan de Frank Sinatra. De hecho empezaba sus shows con el Let me try again y cómo yo cantaba teníamos muchos puntos en común».

Omayra Cazorla, por su parte, comenta que «era de esas personas que le daban consejos hasta a la frutera de la esquina», y que era «tan cercano y humilde que hablaba con todo el mundo, siempre cuidando a la gente que él quería, porque fue como el padre del humor». Desde su punto de vista, se trata de «una pérdida muy sentida porque al final fue Manolo Vieira el que nos abrió camino a todos los humoristas que hemos ido surgiendo después de él».

El verseador Yeray Rodríguez lo define como «el artista que todos admiramos, que supo hacer humor desde la cotidianidad con un respeto absoluto hacia todo el mundo y desde un apego tremendo a su contexto más próximo, que supo hacer que nos riéramos con nosotros y no de nosotros».

Según Rodríguez, el cómico logró «la tarea de mantenerse en el cariño y afecto de la gente desde hace tanto tiempo y tantas décadas, que eso en un humorista es complicado ya que tiene la difícil tarea de hacer reír, que es algo realmente complejo». Pero Rodríguez se queda con la parte humana., «ya que era un tipo extremadamente generoso, que era consciente del espacio que tenía y aprovechaba esa situación para abrir camino a gente no solo del mundo del humor, sino de la música y otras disciplinas artísticas que siempre apoyó». Precisamente, el verseador puso un ejemplo personal ya que «me apoyó muchísimas veces, me invitó a participar en su Chistera, me apoyó cada vez que pudo y en los que demostraba una cercanía especial». Pero el verseador sobre todo subraya que mostraba una generosidad tremendo. «Al artista lo podemos rescatar en vídeos y grabaciones, pero al ser humano fantástico se le va a echar de menos».

Origen

También Paco Santana, de Piedra Pómez, cuenta que Vieira «está en el origen de nuestra historia porque cuando Piedra Pómez surge en 1987 y después de dejarle unas cintas para que nos escuchara, Manolo nos ofrece Chistera para ir ahí. En ese momento fue una especie de mecenas». Era «una persona muy muy afable con una capacidad para fijarse en la realidad y ver el punto álgido de ironía». Santana recuerda cómo fue en el Aula del Humor cuando conoció a su actual esposa que él le presentó. «Nuestras vidas han estado cruzadas en innumerables de ocasiones, como persona era estupendo, por lo que tengo infinidad de anécdotas de todo tipo».

El músico Ginés Cedrés destaca la vinculación de admiración ya que «prácticamente era nuestro mentor, sobre todo para mí que utilizaba el humor como arma o herramienta». Era el maestro de «esa forma de hablar o de expresarse y utilizar los canarismos. Yo me empapé mucho en mi juventud escuchando sus casetes, viendo sus vídeos, en las actuaciones de los especiales que salían de la tele para aprender cada golpe y modismos que al final hemos cogido todos». También «solíamos quedarnos juntos muchas veces cuando yo iba al Chistera y siempre terminábamos en camerinos, nos íbamos a cenar, y fuimos vecinos durante un tiempo». En este aspecto, Cedrés recuerda cómo partí el fin de Año con él viendo vídeos de Alberto Cortez y del circo del Sol. También Manolo González, de Mestisay, recuerda cómo coincidimos en Madrid cuando nosotros estuvimos viviendo allí, y alguna vez fuimos a tocar al Chistera cuando él nos invitaba».

El actor Luífer Rodríguez subraya que «es un símbolo de la canariedad a través de su humor socarrón que fue capaz de sacarlo de la tradición de Pancho Guerra o Cho Juaá, y llevarlo a la universalidad». Y, sobre todo, «de defender su acento por encima de todo. Un hombre que nos ha hecho grande, que nos ha hecho reír y cuyo legado que será eterno en nosotros».

Reacciones fuera de Canarias

El humorista melillense Goyo Jiménez mostraba en su cuenta en Twitter estar desolado. «Ha fallecido uno de los cómicos españoles a los que más he valorado y respetado», aclara. «Antes de conocerlo, por su inigualable ingenio y creatividad, fruto de una irrepetible manera de mirar el mundo. Después, tras haber podido intimar con él y homenajearlo cómo lo que íbamos a hacer juntos. Y nos reímos». Jiménez añade que «te vamos a echar mucho de menos, Manolo. Hoy tus Islas son menos Afortunadas. Y tú península. Hoy todos los que reíamos gracias a ti nos quedamos huérfanos de tu talento. Este desierto de lágrimas no será el mismo sin el oasis de tu risa. Descansa en paz, Maestro. Reciban, mediante estas palabras, todo mi cariño y mi pésame tus seres queridos».

También en Twitter, el humorista Luis Piedrahita señaló que «se ha ido Manolo Vieira, grandísimo humorista canario. Maestro del ritmo, de la energía y creador de un estilo propio. La última y se fue. Sólo él sabe a dónde».

Al igual que Armando Ravelo que afirmaba, también en Twitter, que «Manolo Vieira consiguió tejer a través del humor un manto con el que toda Canarias se arropaba a carcajada limpia. Risas de las que unen, de las que sanan heridas, de las que crean identidad. Gracias por todo maestro».

Y estas son solo algunas de las muestras de cariño que este jueves se han podido ver y leer sobre el que fue un auténtico maestro de la risa.

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