Subasta en Christie’s| La mayor venta de una obra de un maestro mundial del surrealismo

Pagan 5,2 millones de euros por la obra más emblemática de Óscar Domínguez

El Cabildo de Tenerife puja hasta el final por la propiedad de ‘La máquina de coser electrosexual’

‘Máquina de coser electrosexual’ (Óscar Domínguez, 1934-1935). | | E.D.

‘Máquina de coser electrosexual’ (Óscar Domínguez, 1934-1935). | | E.D. / Jorge Dávila

El precio de una obra de Óscar Domínguez rompe su techo de cristal. La máquina de coser electrosexual (1934-1935) fue subastada ayer en Christie’s por 5.245.359 euros. Poco se sabe del nuevo propietario de la pieza bandera del artista surrealista lagunero, pero sí que el Cabildo de Tenerife entró y perdió una puja que cambió de manos un cuadro que ya se vendió hace una década por la misma sala británica [Londres, 8 King St, St, James’s] a cambio de 2.452.792 euros.

Christie’s (8) y Sotheby’s (3) han sido las dos casas de subastas británicas que mejor han rentabilizado su obra en los últimos 17 años: las once operaciones más beneficiosas recaudaron 20.882.944 euros, de los cuales 15.461.987 fueron generados por los gestores de Christie’s y 5.420.957 por los altos cargos de Sotheby’s. Ninguno de esos movimientos superó los cinco millones de euros que se sobrepasaron ayer en la capital británica. De los 32 cuadros subastados en Christie,s en el evento The Art of the Surreal Evening Sale [las ganancias de salida se estimaron en 27.490.000 libras esterlinas / 31.305.612 euros], solo cuatro tenían un precio de partida superior a los dos millones de libras esterlinas (2.277.600 euros), que era el punto de arranque de la puja por La máquina de coser electrosexual: los títulos mejor tasados eran Le retour (René Magritte / 4 millones de libras - 4.555.200 euros), La Masque de la foudre (René Magritte / 3 millones de libras - 3.416.400 euros), Souvenir de Voyage (René Magritte / 2.500.000 libras - 2.847.000 euros ) y Retrato del Doctor Ignacio Chávez (Remedios Varo / 2.500.000 libras - 2.847.000 euros). Solo otra obra, La voyage fantastique de Salvador Dalí, tenía el mismo precio de salida que el Óscar Domínguez, que está muy por delante del Miró (Personnage, oiseaux, ètolie / 2 millones de libras - 2.277.600 euros). Los mejores cálculos de Christie’s apuntaban antes del comienzo de la subasta a que lograría recaudar más de 42 millones de libras (47.880.000 euros), pero al final metió en caja 38.859.900 libras (44.292.741, 98 euros).

¿Por qué se produjo ese desfase? Nadie quiso pujar por La voyage fantastique (Dalí - 2 millones de libras - 2.277.600 euros) y por Grand personnage, de Jean (Hans) ARP - 800.000 libras - 911,040 euros) y cuatro operaciones se quedaron por debajo de la estimación de salida. En esa millonada ya se incluye la comisión de la casa de subastas, que acapara el 30% de la venta, el porcentaje que se llevan familiares, herederos o la sociedad que vende el cuadro, cifrada entre un 12 y 15%, y las oportunas tasas en el caso de que la obra se adquiera desde fuera de las fronteras del Reino Unido. En el hipotético caso de que La máquina de coser electrosexual se hubiera venido a las Islas habría que sumarle el IGIC correspondiente a la operación. Eso significa que ya estaríamos hablando de una factura de más de cinco millones de euros. Dado el gran manantial de libras y euros que se mueve en citas como estas, es normal que las partes firmen una serie de documentos de confidencialidad antes de abrir el fuego. Esos trámites se incluyen en el apartado reservado a los pujadores que se completa de manera telemática. La pista definitiva la dio la conductora de la subasta en el instante en el que mencionó de pasada a Isidro Hernández, conservador jefe de la colección de TEA. Fuentes solventes comentaron a este periódico que en las semanas previas a la subasta –se ha querido apostar por la discreción para no atraer la atención de otros inversores– la institución insular pudo apartar una cantidad muy próxima a los 3,5 millones de euros para mantenerse viva en una puja a la que suelen acudir gigantes del mundo del arte. En cuanto apareció uno de esos dinosaurios, más o menos, la cosa se complicó. Pero ese riesgo, incluso, estaba calculado y por esa razón hace unas semanas se llegó a tantear la opción de que el Gobierno de Canarias entrara en esta operación, pero la respuesta que se obtuvo entonces es que no había una partida económica asignada para afrontar un movimiento tan costoso. Esto hizo, en un primer momento, que el Cabildo se repensara una jugada que no llegó a descartar del todo pero sí que empezó a mirar con cierta distancia.

Era un «golpe de efecto»

El próximo 28 de abril se inaugura en TEA Tenerife Espacio de las Artes la exposición Óscar Domínguez: la conquista del mundo por la imagen. Además de los fondos del centro de exposiciones insular –el catálogo está compuesto por más de medio centenar de obras, algunas de ellas compradas en circunstancias parecidas a las que se dieron en Christie’s–, a la Isla vendrán a préstamo títulos emblemáticos en la carrera artística del tinerfeño para conmemorar el 15 aniversario de la inauguración del centro. Enrique Arriaga, vicepresidente insular y responsable del área de Cultura, calificó hace unos días este hecho como «muy relevante». Los más optimistas soñaban con ver La máquina de coser electrosexual en ese catálogo, pero algo tan extraordinario solo se podía dar si ayer se ganaba la pujar en Londres. Y es que si el cuadro caía en otras manos [museo o coleccionista privados] las posibilidades de que viniera eran nulas. «Será la gran exposición que se merece», subrayó Arriaga en relación a un evento que finalizará el 29 de octubre. ¿Una casualidad en el calendario o una noticia embargada que finalmente no fraguó? Alejandro Krawietz, director insular de Cultura, también quiso destacar que «será una exposición relevante», pero no pasó de ahí.

Su pieza más icónica

No hace falta ser un lince en arte para reconocer a La máquina de coser electrosexual como el cuadro más importante y valioso de todos los de Óscar Domínguez. Esa es la razón por la que ya ha acabado varias veces en Christie’s.

Si la pregunta es si se hicieron cuentas para optar a poder traer este tesoro a la Isla, la respuesta es sí, pero no pudo ser. Christie’s no deja nada al azar y sabe cuáles son las preferencias que tienen sus clientes en tardes como la de ayer. Tenía claro que los tres René Magritte [Le retour, La Masque de la Faudre y Souvenir de Voyage] podían generar una facturación mínima cifrada en 9,5 millones de libras (10.818.600 euros), pero también era consciente de que en un segundo escalón estaba Óscar Domínguez. Igualmente, conocía de primera mano que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, una institución que ha declarado en varias ocasiones un enamoramiento público con respecto a La máquina de coser electrosexual, no estaba en las mejores condiciones para buscar una operación de este calado. No lo está porque su director, Manuel Borja-Villel, confirmó hace menos de un mes que abandona el cargo tras una década y media al frente de su gestión, es decir, que las preocupaciones en estos instantes es encontrar a la persona que tome el relevo en la sala de máquinas de un referente tan sólido en el mundo del arte moderno.

El silencio entre las dos partes [Christie’s y las personas, sociedades e instituciones que se inscriben en la subasta] tiene que ser total en las vísperas de la puja, pero los clientes más fiables reciben información precisa, antes de colgar la convocatoria en la web, sobre el contenido de los cuadros que se van a subastar. Esa es una manera legal de atraer la atención de instituciones como el MoMa o el Centro Pompidou de París

Unos matices dalinianos

La máquina de coser electrosexual es una composición difícil de interpretar con unos componentes que están presentes en las creaciones de Salvador Dalí  (1904-1989). El sexo se hace realidad a través del sacrificio de un animal, un macho cabrío, que contagia todo su potencial erótico al resto del cuadro, especialmente en el cuerpo desnudo de una mujer sobre el que cae un hilo de sangre. Esa sensualidad entra en conflicto con la visión del placer del mundo freudiano. La luminosidad que cae como una cascada en la parte central es uno de los valores más apreciados por los estudiosos de Óscar Domínguez.

Ayer, pues, en medio de un mercadeo artístico de primer nivel internacional [con obras emblemáticas y caras de René Magritte, Dorothea Tanning, Salvador Dalí, Remedios Varo, Max Ernst, Leonora Carrington, Tanguy...] se confirmó la venta más valiosa que se ha registrado hasta ahora de un Óscar Domínguez, un caso especial en las Islas junto al de Manolo Millares ya que son los dos únicos autores canarios que tienen obras colgadas en el MoMa neoyorquino y en el MNAM parisino [Musée National d’Art Moderne - Centro Pompidou]. Sin embargo, en las operaciones de compraventa un buen Óscar Domínguez llega a triplicar el precio de un buen Manolo Millares: un excelente Millares se puede vender a un precio que ronda los 600.000 euros y el cheque por un sobresaliente Domínguez puede alcanzar los 2 millones de euros. Sobra decir que esa estimación ayer saltó por los aires en Londres.

TEA cuenta con medio centenar de Óscar Domínguez de nivel medio que necesitaban tener a su lado un tesoro de estas características para dar un salto de calidad considerable. La máquina de coser electrosexual (99 x 80 centímetros) iba a ser ese plus sobre el que poder empezar a colocar los cimientos del gran museo dedicado al genio surrealista. Ayer era el día. Con un retraso impropio de la cultura británica arrancó una subasta que posicionó a Óscar Domínguez entre los más grandes. Y es que solo dos obras  [Le retour - René Magritte - 6.129.000 euros - 6.979.705,20 euros y Souvenir de voyage - René Magritte - 5.556.500 libras - 6.327.742 euros] se vendieron a un precio superior que La máquina de coser electrosexual del canario. El carácter histórico de la fecha es indudable si tenemos en cuenta que Chístie’s ya anuncia para el próximo viernes la subasta de Le minotaure, con un precio de salida de 40.000 libras, también del autor lagunero. Peccata minuta si lo comparamos con la dimensión de lo que ocurrió ayer por la tarde en la segunda subasta del día en su sede principal londinense.

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