Cine

Ricardo Darín: el 'galancito' que nunca pensó que iba a llegar tan lejos

El reconocido actor ha hecho un largo recorrido desde sus inicios y en la actualidad es objeto de un elogio unánime

Imagen de archivo del actor Ricardo Darín.

Imagen de archivo del actor Ricardo Darín.

Abel Gilbert

"¿Me merezco todo eso?", se ha preguntado más de una vez Ricardo Darín, el rostro emblema del cine argentino que este domingo vuelve a probar suerte en los Oscars con 'Argentina 1985'. A los 66 años, el actor y productor todavía se inclina a pensar que ha llegado mucho más lejos de lo que había podido imaginar. Darín fue alguna vez Ricardito. Sus padres actores lo hicieron debutar "profesionalmente" a los tres años en un culebrón televisivo, 'Soledad Monsalvo', en 1960. Siete años después, subió al escenario con su familia. La adolescencia lo encontró estudiando teatro. Pronto se convirtió en un rostro frecuente en programas televisivos de escasa ponderación.

El Darín actual, el hombre que encarna en la película de Santiago Mitre al fiscal Julio César Strassera que condenó a los jerarcas de la dictadura militar argentina, había tenido su primer pico de notoriedad precisamente durante esos años de horror. La ficción lo devolvió al tiempo en que empezaba a gozar de las luces del espectáculo en el país de las sombras. Recién se hablaba en voz baja sobre los desaparecidos y Darín, quien había tenido una fugaz aparición en 'La fiesta de todos', una película apologética del Gobierno de facto, llegaba a las portadas de los diarios y las revistas del corazón por su sorprendente noviazgo con Susana Giménez. Nada menos que una exmodelo, actriz y ocasional vedete, 13 años mayor que él y, por entonces, uno de los símbolos del erotismo tolerado por un régimen decimonónico.

"Esa relación fue un escándalo", diría. Por esos días formaba además parte del grupo de "los galancitos", una nueva camada de actores que provocaban suspiros en las plateas. Participó en calidad de muchacho pintón de la película 'La discoteca del amor'de Adolfo Aristarain. La relación de 'Riqui' con 'Susy', a esas alturas una de las grandes divas televisivas, se extendió hasta 1987. Es al comienzo de la década siguiente que Darín adquiere mayor carnadura en las pantallas. A partir del ciclo 'Mi cuñado', una comedia familiar, las valoraciones sobre su trabajo cobran otro sentido: había dejado de ser un "galancito". Se nota que sabe actuar bien, dicen sobre él.

Las puertas del cambio de siglo supusieron para Darín una vida nueva: la de actor más que respetable y, a la vez, solidario. Primero con 'El mismo amor, la misma lluvia', de Juan José Campanella. De inmediato, la aclamada 'Nueve Reinas', de Fabián Bielinsky, donde encarna al gran estafador estafado. Fue, en 2001, el héroe de 'La Fuga', de Eduardo Mignogna. Se construye la figura del Darín "internacional", de la mano de 'El hijo de la novia' (2001) y 'El secreto de sus ojos' (2010), ambas de Campanella. El segundo de esos filmes obtuvo el Oscar. Darín brilló a su vez en 'Kamchatka' (2002), de Marcelo Piñeyro, otro de los grandes títulos sobre la dictadura, 'Relatos salvaje's (2014), de Damián Szifron, y 'Elefante Blanco', de Pablo Trapero. Cada película le ha permitido correr la frontera de su versatilidad. Darin se ha ganado todo aquello que aun le parece excesivo. 

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