Cine

El director Terence Davies será el invitado de honor del 22º Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria

La cita cinéfila desvela su cartel con homenaje al 'El espíritu de la colmena' por su 50 aniversario entre el 14 y el 23 de abril | Luis Miranda muestra su preocupación ante la "poca diversidad" de géneros en la ciudad

Luis Miranda, director de la 22º edición del Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, durante la presentación.

Luis Miranda, director de la 22º edición del Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, durante la presentación. / Ángel Medina G. / EFE

La mirada única de una niña que intenta interpretar la realidad en compañía de su hermana, las preguntas sobre la existencia y el futuro, y el lenguaje único de El espíritu de la colmena cumple 50 años. Ocasión especial que ha aprovechado la edición del 22º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria con la presentación de un cartel que toma el rostro de Ana y emula a los tres monos sabios que marcan la senda del certamen. Sin poder confirmar la presencia del director Víctor Erice, lo que sí adelantó Luis Miranda, director de la cita cinéfila, fue que la capital grancanaria acogería al cineasta inglés Terence Davies, autor de renombre que reconoce la influencia del filme español en su carrera.

"La película más importante que ha dado la cinematografía de nuestro país mantiene plena su vigencia porque es uno de los grandes hitos de la modernidad", indicó Miranda. Una película de iniciación situada en la inmediata posguerra española que trata sobre la potencia de lo imaginario para comprender la realidad, comentó, pero imprescindible para comprender el curso de la evolución del séptimo arte tanto en la esfera nacional como fuera.

La visita de Terence Davies

Esta repercusión artística se hará patente en el ciclo Ecos de un espíritu. 50 años de El espíritu de la colmena, organizado por el crítico de cine e historiador gallego Jaime Pena, en el que la infancia, el cine o la fantasía tienden los brazos en el tiempo hacia su predecesora. Aparecerán títulos como Verano 1993, de Carla Simón, la aclamada directora catalana; también, Los motivos de Berta, de José Luis Guerín; la experimental La sangre, de Pedro Costa; además, La Primavera, de Marcel Hanoun; desde Irán sería El viajero, de Abas Kiarostami; mientras que la francesa Ponette, de Jacques Doillon completa la propuesta; junto a Ya viene, aguanta, riégueme, mátame, del madrileño Colectivo Los Hijos; y Train Again, de Peter Tscherkassky. Asimismo, se rememorará la trayectoria del director Carlos Saura con la proyección de Cría cuervos.

En paralelo, la visita de Terence Davies motiva una retrospectiva integral acerca de su filmografía, en la que se encuentran montajes tan destacados como La casa de la alegría, The Deep Blue Sea, Historia de una pasión o la más reciente Benediction. "Son títulos que forman una isla de clasicismo, con un aire lírica y personal", lo describió el director. La apreciación vino acompañada de una anécdota entre Miranda y Davies, ya que cuando hablaron se mostró "entusiasta" cuando relacionó El largo día acaba con las huellas de Víctor Erice, de la que hablará en las charlas y presentaciones que protagonice. Este es solo un pequeño adelanto que añade expectación a los ya conocidos apartados fuera del oficial como Camera Obscura, Panorama España o Deja vù que reunirán a unos 15.000 espectadores frente a la pantalla, según las previsiones. "Una media que se mantiene estable", aseguró durante la rueda de prensa.

Escasez de diversidad en las salas

"El festival aspira a ofrecer oportunidades a los futuros espectadores y que la descubran en la pantalla grande", manifestó. Las aventuras Ana son fundamentales para la formación cinéfila de la organización que reclama una mayor apertura del circuito comercial. La pasada edición llenó sus salas con la exhibición de la recientemente galardonada por los Goya Cinco lobitos y fue la única ocasión en la que se disfrutó de los pases del largometraje Rendir los machos, del director canario David Pantaleón, en la ciudad de su isla.

"El balance positivo es que nuestra función es y ha sido siempre adelantarnos y detectar cosas que sabíamos que iban a tener algo que decir en el panorama y que luego no tiene hueco en la sala; mientras que el balance negativo es que no hayan tenido espacio después y solo se hayan visto en el Festival". A lo que añadió, "tenemos un número aceptable de pantallas en las Islas, pero no una diversidad de exhibición acorde, este modelo de exhibición no coexiste con otros que tiene que ver con un circuito independiente o sensible a otro tipo de películas". Canarias es una de las comunidades autónomos que menos estrenos ha realizado en salas, "es el vacío que padece nuestra ciudad, lo que responde a una tendencia general que genera preocupación, sobre todo como espectadores".

Con un presupuesto que ronda los 620.000 euros, el foco del Festival está en rastrear los cambios de la cultura cinematográfica y de su industria. Razón por la que huyen de la "general artificial de público" hinchando las butacas ocupadas y prefieren especializarse en la "calidad de oferta y recepción" con la formación tanto del alumnado de Secundaria como las ramas especializadas en artes visuales. Los susurros de las hermanas de Castilla volverán a escucharse cuando la sala quede en negro.

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