¡ qué es !

Baldosa, pisando fuerte

El mundo diyei mira con desconfianza los avances de la inteligencia artificial

Baldosa al completo. |

Baldosa al completo. | / | JULIÁN MARTÍN

Job Ledesma

Baldosa, que mira que cuesta encontrar nombres originales a estas alturas. Pues nada, resulta que empezaron ensayando en la cocina de una de las abuelas del grupo que tiene un suelo hidráulico precioso. Pensaron: «¡Azulejo!», que es obvio que en canario suena espantoso, y se quedaron con Baldosa. Paula, Garri, Pedro y Miguel. Todos jóvenes pero con experiencias previas en bandas como Fake Happy o Not a Number. Todos engrasados en un proyecto donde todo funciona. «La fórmula de Baldosa no es muy secreta, consiste sobre todo en que nos conocernos bien musical y personalmente. Hacemos click entre los cuatro, a pesar de ser súper distintos». En la descripción de su música hablan de un «sonido nostálgico» que entronca directamente con la generación de la que forman parte (más Z que millennial). «Sí, podríamos definir eso de ‘sonido nostálgico’ como una melancolía generalizada muy propia de nuestra generación y presente en las letras, sumado a un throwback de la música angloparlante de los noventa (shoegaze, brit pop y otros), que también tuvo un tono muy nostálgico en sí mismo y del que bebemos mucho».

Confluye esa idea en su primer EP Baldosa, editado en septiembre de 2022 con mucha letra de cariñito y amores dramáticos. «Por lo general nos basamos en vivencias, aunque siempre exageradas. La hipérbole de una experiencia siempre da más chicha que la experiencia en sí, así que tendemos a sobredramatizarlas para las letras». Pero tranquis, que toca renovación. Tras un 2022 lleno de conciertos, para este 2023 se enfocan en grabar nuevo material. Adelantan que el próximo EP tendrá un giro temático, atentos a este año. Y sí, siguen aficionados al formato corto: «El EP nos permite sacar solo los temas buenos y explotar sus posibilidades al máximo, y también nos ayuda a mantener cierta frecuencia en los lanzamientos». Aunque no descartan larga duración en próximos años.

Baldosa es de esos grupos que aparenta superar el habitual problema de la insularidad de la cultura canaria: tienen discográfica nacional y ya cuentan con experiencia de conciertos en la Península, pero que nadie se lleve a engaño, esto no es fácil: «Salir de la Isla es un avión a cualquier lado, que normalmente salen caros hasta con la subvención, y a eso súmale alquiler de coche, hotel, dietas... Las bandas de aquí salimos carísimas de mover a cualquier sitio, sobre todo cuando hay muy pocas ayudas que funcionen bien para artistas en Canarias. Poco a poco a nosotros nos va saliendo más rentable, pero cuando empiezas es como darse de bruces con una pared». La pared parece de hormigón y el camino no es de azulejos amarillos, pero Baldosa brillan a golpe de grandes canciones.

Le está cogiendo Domingo Alemán cariño al sillón. Tras el Songs from the Sofa del pasado diciembre, tiene disponible en el Bandcamp de DOM este nuevo, Reworks from the Sofa, que es lo que dice en el título. Estamos ante reversiones de todo pelaje de temas de sus anteriores trabajos, sin perder ese sonido casero de calidad, esa profundidad psicotrópica y esa luminosa introspección que le caracteriza. Especialmente gozosas son las piezas en directo de apenas voz y guitarra, donde muestra toda su crudeza sentimental y las grandes ventajas de ese minimalismo talentoso que solo se alcanza con la edad.

Caras conocidas e itinerantes por los proyectos musicales de Lanzarote se juntan en Ya No Te Quiero. Están en pleno proceso de presentación en directo (el 28 de abril en su isla natal) de Latinoamérica, un EP donde muestran que lo suyo es el pop de letras en español y guitarras limpias. Tanto el proyecto artístico visual, con imágenes a cargo de hijas de la banda, como el contenido revela un retorno al principio, al pop limpio y con pocas complicaciones. Lo curioso es que el disco completo solo está en formato físico y poco a poco irán presentando cada single con su correspondiente vídeo.

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La fascinación de la máquina que lo hace todo… El pánico de la máquina que te suplanta. Unos preguntándole a un robot de chat estupideces y otros perdiendo su empleo por los desarrollos de la famosa Inteligencia Artificial. Viene de lejos. La automatización en sectores industriales como el automovilístico dejó en el paro a decenas de miles de obreros a finales del pasado siglo.

¿Puede pasar lo mismo en el mundo DJ? Como hay tanta gente diciendo que no, que es imposible que la máquina suplante a la persona y blablablá, pues seguro que va a pasar, porque como vaticinadores no damos una. O seguro que ya está pasando. Spotify presentó en febrero una utilidad que, no sé si por desconocimiento o por intención, confunde DJ con MC, o se centra más bien en el concepto de DJ presentador de radiofórmula. Vamos, que una voz te narra el próximo tema que te pincha, pero no hace virguerías a lo James Hype, al menos por ahora. No hace falta ponerse tan sentimentales. ¿Cuántos espacios de ocio recurren ya a la cuenta premium de Spotify como DJ? ¿Cuántos DJ comenten el el error de hacer y publicitar listas de reproducción en esta plataforma? No es que nos suplanten, es que a veces por ganas de destacar en nuestro impecable gusto, los DJ nos pasamos de frenada.

Una profesión tan precaria, tan masificada y tan dependiente de modas y confinamientos como la del DJ, mira con recelo ciertos desarrollos tecnológicos. Imaginen entonces las miles de dudas que hay sobre la IA cuando algún despistado sigue en el debate del vinilo. Y luego resulta que usamos la IA en muchísimas partes. Las recomendaciones en la misma Spotify o en SoundCloud nos descubren temas y artistas a los que difícilmente llegaríamos. Se echa en falta una herramienta así de potente en, por ejemplo, Bandcamp. Ya hay desarrollos que permiten mejorar la masterización de una grabación de manera rápida… Y todo está en pleno desarrollo. Lo que puede llegar aún se nos escapa. Las máquinas nos ayudan pero, ¿las máquinas podrán sustituirnos? Lo dudo mucho por la misma razón de que los conciertos con hologramas son un fiasco. Como humanos que somos, necesitamos el hecho gregario de reunirnos, pero sobre todo la certeza de ver a una persona real llevando la ambientación musical de un espacio y un tiempo. Aunque hay algo fundamental: necesitamos a alguien a quien darle la brasa para pedirle un tema.