'Theodora' y la influencia de Händel en el Festival Internacional de Bach

El Festival Internacional de Bach sube el telón de la obra cumbre de esta edición esta noche en el Auditorio Alfredo Kraus, bajo la dirección del maestro Kent Moussault

Nora Navarro

Nora Navarro

Los múltiples caminos e influencias que se cruzan en el universo de Johann Sebastian Bach siguen abriendo puertas a cuartos desconocidos en el Auditorio Alfredo Kraus al abrigo del International Bach Festival (IBF). Uno de estos senderos conduce a un nombre colindante que es a su vez su cima opuesta: Georg Friedrich Händel.

Los dos maestros del Barroco, nacidos en 1685 en Alemania, comparten su impronta abisal en la historia universal de la música clásica, aunque sus trayectorias y lenguajes musicales solo se trenzaron en el tiempo, no en el espacio. Pero esa historia paralela es la que fundamenta la interpretación de la obra cumbre de esta edición del festival bachiano, que este miércoles 5 de abril, a las 20.00 horas, sube el telón del célebre oratorio Theodora, de Händel. 

Bajo la dirección musical del maestro alemán-japonés Kent Moussault, esta pieza casi operística que explora las sombras de la intolerancia y la represión toma las tablas con un elenco de destacados profesionales, como la soprano canaria Tania Lorenzo, el contratenor israelí Maayan Licht, la mezzosoprano noruega Gunhild Alsvik, el tenor holandés Steven van der Linden, el bajo Bozhidar Bozhkilov o el organista David Palanca, quienes compartirán escenario con la Orquesta IBF y el Coro de Cámara Mateo Guerra, dirigido por Luis García.

«Theodora tiene la misma intención y casi el mismo hilo argumental que las pasiones de Bach. Aunque la música de Händel es, en mi opinión, un poco más extravagante, realmente se centra en el drama humano y, a mi parecer, es menos santa aunque más humana en cierto sentido», reflexiona Kent Moussalt durante un descanso entre los ensayos. «Creo que esta pieza enriquece el Festival Internacional de Bach y es fantástico que el festival también explore la música de Händel, ya que fue una gran influencia del mundo musical de Europa occidental en su época».

«Theodora tiene la misma intención y casi el mismo hilo argumental que las pasiones de Bach".

Para el joven maestro, que apenas roza la treintena y ya ha dirigido a las más prestigiosas orquestas y formaciones musicales del mundo, «Händel es un maestro de la composición para teatro y me siento muy conectado con su narración musical como director de ópera y sinfónico, así como compositor para cine, televisión y juegos». Si bien la representación de Theodora en el Alfredo Kraus será semiescenificada, Moussault apunta que «eso no facilita la narrativa, porque debemos hacer justicia al genio de Händel sólo con la música». «Aunque trabajar con cantantes es lo más emocionante, siempre da un poco de miedo para un director. Pero la complejidad de trabajar con cantantes hace que valga la pena, porque creo firmemente que trabajar con ellos es la forma más pura de hacer música», afirma.

Por su parte, Moussault subraya la contemporaneidad de esta obra de 1750. «Lamentablemente, la persecución de personas es un tema que ha existido siempre a lo largo de la historia y hasta el día de hoy», manifiesta. «Y para mí, la forma en que Händel termina este oratorio que reflexiona sobre los horrores de una manera muy meditativa e íntima hace que el último grito por la paz, la tolerancia y la esperanza de que llegue el paraíso sea extremadamente fuerte y relevante para este día».

Después de los conciertos de Bach Íntimo, Bach Concertante y sus aperitivos, Theodora pasará el testigo al último concierto del IBF en el Auditorio Alfredo Kraus el sábado 8 de abril, titulado Johann Sebastian Jazz, donde los pianistas Iñaki Salvador y Alexis Delgado ofrecen un diálogo entre la música clásica y el jazz a partir de la genialidad de las composiciones de Bach. En los prolegómenos de su debut oficial en el festival, Moussault concluye que «el público canario es un apasionado de la música clásica. Se siente como si fuera una parte vital de la vida cultural de la isla». «Había oído hablar de este maravilloso festival de música de cámara en Canarias, aunque en ese momento pensé que la gente me estaba engañando. Pero no, es real. Es un festival fantástico, y estoy muy feliz de ser parte de él», concluye.