Entrevista

Ariel Rot: “No es agradable hacerse viejo pero a nadie le gusta morirse”

El fundador de Tequila y Los Rodríguez celebra los 25 años de 'Hablando solo', el álbum que consolidó su carrera en solitario, con una reedición especial y una gira que le está llevando a diferentes ciudades españolas

Ariel Rot.

Ariel Rot. / Alba Vigaray

Carlos H. Vázquez

Hablando solo (Warner, 1997) es el tercer disco en solitario de Ariel Rot (Buenos Aires, Argentina, 1960) pero, bien visto, podría ser el primero. Revisando las fotografías del libreto adjunto, Ariel sale enseñando la nuca, sentado delante de la mesa del estudio, llevando en la espalda de su sudadera un mensaje: “We're all going to die” ("Todos vamos a morir"). El porteño más chulo de Madrid vivió en los noventa –hablando en términos cinéfilos– la secuela de la que había sido la primera parte de su carrera en solitario con Hablando solo, que estos días cumple 25 años de su publicación con una reedición nutrida de extras y con una gira respaldada por la misma banda que le acompañó en los shows de 1998 (Tito Dávila a los teclados, Ricardo Marín a la guitarra, Jacob Reguillón al bajo y Pablo Serrano a la batería) y que por ahora está haciendo paradas en nueve ciudades de nuestra geografía. Algunos “suicidas” tienen segundas oportunidades.

P. En su momento, durante la promoción de este disco, le leí decir que “llevar 21 años en el rock es sólo un bonito eslogan”. Hoy, cuando se cumplen 25 años del álbum, ¿piensa que llevar 46 años en el rock sigue siendo sólo eso?

R. No sé si es un buen titular ahora (risas), el pasado me delata. Por un lado, tiene mucho mérito. Pero por otro lado, ser viejo tiene muy mala prensa hoy en día. Creo que quedaba mejor 21 que 45.

P. "Y es que no hay nada más triste que recordar los sueños del pasado", dice la letra de 'Después de brindar'. ¿Es triste hacerse viejo?

R. No. No es agradable hacerse viejo pero a nadie le gusta morirse. Sería una etapa de mi vida. Yo creo que, con el tiempo, incluso se han cumplido algunos sueños que parecían utopías

Se han cumplido algunos sueños como volver a la carretera, tener una banda, ver crecer a mis hijos, verlos bien, encontrarme bien conmigo mismo... Superar esos infortunios reales que tiene la vida"

P. ¿Como qué?

R. Volver a la carretera, tener una banda, ver crecer a mis hijos, verlos bien, encontrarme bien conmigo mismo... Superar esos infortunios reales que tiene la vida, infortunios de los que nadie va a poder escapar y a los que tanto temor les tenemos, de repente empiezan a ocurrir y ponen las cosas también en su lugar.

P. ¿Han tardado en ponerse las cosas en su lugar?

R. Las cosas se ponen en su lugar y de repente se descolocan y hay que volver a ponerlas en su lugar. De eso se trata la vida.

P. 'Hablando solo' es tu primer disco en solitario después de Los Rodríguez, pero el tercero si tenemos en cuenta los dos que grabaste tras Tequila: 'Debajo del puente' y 'Vértigo'.

R. Sí. Para este me preparé un poco más y no cometí los errores del pasado. Fui un poco apresurado (bueno, inconsciente), lo cual no podía ser de otra manera.

P. 'Debajo del puente' no fue tan mal...

R. No es porque haya ido tan mal, pero es que yo me encontré mal defendiéndolos. No estaba preparado para asumir ser el portavoz y el defensor en solitario. Fue bastante crítico para mí pasar de estar con Tequila a estar solo, mucho más que pasar de Los Rodriguez a Hablando solo.

P. De hecho, el título del álbum 'Hablando solo' es en realidad el nombre de una canción inédita de Los Rodríguez.

R. Sí. Con mi primer disco en solitario después de Tequila yo quise romper absolutamente con un sonido y con un modelo –digamos– por completo. Y, sin embargo, Hablando solo es muchísimo más continuista.

Ariel Rot.

Ariel Rot. / Alba Vigaray

P. 'Baile de ilusiones', el tema que abre 'Hablando solo', es puro rock and roll.

R. Sí, pero eso no es todo rock and roll. Sí están The Attractions, que son la gran inteligencia del pop británico. Y luego está la composición de las canciones, que tampoco son patrones clásicos de rock and roll, sino que hay un poco más de búsqueda, de elaboración, pero también la había con Los Rodríguez.

P. 'Vicios caros' fue un tema con 10 u 11 años. ¿También tenías material después de la separación de Tequila?

R. Bueno, una cosa es tener el material y otra cosa es luego saber defenderlo. Empecé a aprender como un nuevo oficio a partir de este disco. Es cierto que yo en algún momento con Los Rodríguez podía cantar una canción, pero no sentía el peso del espectáculo encima mío. Tampoco había conseguido componer yo solo un puñado de canciones como después ocurrió. Y, sobre todo, cantar un repertorio yo solo. Respecto a las canciones, rescaté algunas que, curiosamente, podrían haber formado parte de algún disco de Los Rodríguez, pero estábamos tan entusiasmados con nuevos materiales y con canciones nuevas que se quedaron ahí. Vicios caros la fui redescubriendo de repente con The Rota, una banda que yo armé con Guille Martín entre la última gira de Los Rodriguez y la última gira de Los Rodríguez con Joaquín Sabina. Pasó casi un año entre esas dos cosas. Nosotros nos separamos al final del verano, pero Sabina nos propuso girar con él el verano siguiente. Entonces como que congelamos el proyecto durante todo ese tiempo. Como no tenía mucho más que hacer, aproveché y llamé a Guille: “Oye, ¿quiere salir a tocar? Armemos una banda”. Empecé a recuperar y a componer temas y ahí empecé a tocar Vicios carosConfesiones de un comedor de pizzaBaile de ilusiones y La última cena. Esos temas los compuse para The Rota.

P. ¿Qué sucedió con Fito Paéz y The Attractions durante la grabación de 'Colgado de la Luna'?

R. Sin más. Fito llegó con con la voz fría y un poco tocada. Necesitó tres tomas para cantarlo y una para tocarlo en el piano con The Attractions, porque es una canción en la que estamos tocando juntos. Todo lo que se escucha en esa grabación, salvo el solo de guitarra, es la grabación original de esa noche.

The Attractions tenían una manera de trabajar muy relajada y muy creativa, y yo aprendí eso; con Los Rodríguez éramos mucho más ansiosos"

P. ¿Era grabar en directo la forma de trabajar con The Attractions?

R. Bueno, con Los Rodríguez ya grabábamos en directo, que era como se grababa en esa época. Es cierto que había música electrónica y de todo, pero quiero decir que era una época en que ir a grabar un disco de rock era aprenderse las canciones, encerrarse en una sala grande donde pudieras tocar a gusto; el arte de microfonear, que era importantísimo y que hace que este disco ahora mismo (si lo escuchas en vinilo) siga sonando vigente. Luego se contaba hasta cuatro y empezabas a tocar. Pero hubo canciones que hasta que encontramos el arreglo pasó un día entero. The Attractions tenían una manera de trabajar muy relajada y muy creativa, y yo aprendí eso; con Los Rodríguez éramos mucho más ansiosos. Probamos a tocar canciones tocadas de una manera totalmente distinta. Por ejemplo, el arreglo de Colgado de la luna, que es muy especial, salió casi al final, después de haber grabado la canción con un arreglo mucho más pop.

P. ¿Cuándo empiezas a saber que The Attractions no iba a ser la banda del directo?

R. Todo el tiempo, desde el principio. Ellos me decían que si igual tenía un concierto muy importante lo hacíamos. Pero, claro, si necesitaba armar una banda y afianzarla, no los iba a dejar fuera en un concierto importante.

P. Hay músicos que prefieren tocar en directo con la misma banda con la que han grabado...

R. Yo también. Y si son The Attractions, ni te cuento. Pero no me daban los números. La banda que armé para los conciertos es con la que me voy a juntar ahora a hacer la gira, que es otro motivo de celebración. Fue una banda que funcionó como banda. De hecho, estuvimos juntos el mismo tiempo que duró Tequila.

P. ¿Una banda hace reconocible un sonido? Diría que el tuyo es “stoniano”, algo más estandarizado.

R. Ha habido de todo. Tú escuchas La huesuda y no tiene un sonido “stoniano”. Yo creo que hago un rock de autor y me parece que ese es mi sello y eso es lo que me gusta buscar en un artista: que tenga una personalidad propia, por supuesto.

P. Entonces, ¿uno se escucha igual a pesar de los años?

R. No. Ahora canto mejor (risas).