Libros
Crítica de 'Verdadera vida' de Adam Zagajewski: desde la memoria
Zagajewski, uno de los mayores poetas de nuestro tiempo, mira con melancolía los momentos de su vida para encontrar en la memoria un poco de consuelo, un poco de sentido, y también un poco de belleza
Juan Gaitán
Acaso no la única (que probablemente sí), pero sin duda la más importante fuente de la creación literaria, el venero donde ir a beber, insaciablemente, es la memoria. Los escritores siempre andan (andamos), en busca del tiempo perdido, como nos enseñó Proust, yendo a nuestros recuerdos para obtener materiales con los que construir nuestra obra. Esa materia primordial, y también, al mismo tiempo, herramienta y producto final, es una de las bases de la creación poética (la otra será, sin duda, la belleza) de uno de los gigantes de la literatura europea contemporánea, Adam Zagajewski, a quien Acantilado publica ahora, a dos años de su muerte, Verdadera vida, un memorable libro de poemas impecablemente traducido por Xavier Farré.
Si la obra de Zagajewski, como decimos, está fundamentada en la memoria, esta, escrita en los últimos momentos de su vida, contiene esos elementos de mirada al pasado cuando ya está muy cerca el horizonte, el final. Zagajewski rememora, recrea, poema a poema, escenas esenciales de su biografía: el final de su juventud, los seres queridos que ya se fueron, momentos de intensidad vital… Y lo hace, como es también frecuente en su obra, desde una perspectiva del detalle, desde lo que parece pequeño pero es esencial, allí donde, generalmente, se esconde la "verdadera vida", y que contiene, además, el potencial poético necesario para elevarse a poema.
Zagajewski escribe la memoria desde la levedad de lo diminuto, de lo aparentemente inapreciable, tan modesto que es invisible (así, por ejemplo, en el conmovedor poema “André Frénaud”, simbolizado en un pomo de puerta).
De ese modo, la lectura de cada poema va dejando en el lector (que habrá de volver atrás una y otra vez hasta alcanzar la hondura, la profundidad expresiva que esconde el autor en una simplicidad formal cercana a lo conversacional) un poso de melancolía, como si todo fuese (que lo es) irrecuperable.
El libro contiene piezas magistrales. Algunas requieren consulta, tal vez, de algunos nombres de lugares y personajes, pero otras alcanzan directamente a la línea de la emoción, como el inmenso Una ciudad romana de provincias, en el que condensa la sabiduría de que en todo tiempo, en todas partes, las personas nacen, viven y mueren pero no son felices, como hubiera dicho el Calígula de Albert Camus: "En verdad, ellos vivieron igual que nosotros./ Al anochecer miraban durante tiempo el mar/ sorbiendo vino dulce sin prisas/ y soñaban lo mismo que nosotros./Sabían que los sueños no se cumplirían".
Si un poema justifica una vida, mucho más justifica un libro. Ese poema es Una ciudad romana de provincias. Un poema memorable rodeado de otros poemas memorables donde brilla la profundidad de uno de los mayores poetas de nuestro tiempo.
Adam Zagajewski
Editorial: Acantilado
Traducción: Xavier Farré
Precio: 12 €
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