Música

Sting revive cuarenta años después la magia de Police en Gran Canaria

El artista inglés actuó anoche en la Plaza de la Música, ante 8.000 personas, en la tercera parada de su gira mundial | Estuvo acompañado por seis músicos

Concierto de Sting en Las Palmas de Gran Canaria

M. L. C.

Fue un recorrido por la trayectoria musical de Sting, pero también fue regresar a una de las épocas más gloriosas de la historia de la música. En su segunda visita a Gran Canaria el cantante inglés interpretó las canciones más conocidas de su ex banda Police que intercaló con las suyas en solitario.

Y ese sonido, entre reggae blanco y rock, con unos arreglos de los más seductores, hizo que el aroma de la New Wave reviviera anoche por todo el recinto de la Plaza de la Música. Arropado por un septeto, y con Dominic Miller a la guitarra emulando a Andy Summer y Zach Jones a la batería con la precisión necesaria para que no echáramos de menos de Stewart Copeland, el resultado fue tan refrescante y efectivo como aquellos conciertos demoledores que el trío de oro realizara a finales de los setenta y principios de los ochenta. El músico se mostró firme y seguro en todo momento, con interpelaciones a la audiencia constantes y sin dar muestras de cansancio en un solo instante. Porque con nada menos que 72 años a sus espaldas, Sting actúa en su vida diaria con la suficiente inteligencia y sabiduría que le permitan desprender una pasión juvenil tanto física como personalmente ante sus seguidores por todo el mundo y que ha exhibido de forma incombustible durante ya cuatro décadas.

Y esa es otra características que lo hace más especial, si cabe, porque su apuesta por la meditación y el yoga, y por llevar una vida ordenada y comprometida con numerosas injusticias sociales, le aleja de los tópicos más oscuros, grotescos y mayormente peligrosos que siempre han perseguido a las estrellas del rock. Con el aforo del recinto especial construido al lado del auditorio completamente cubierto, y al que pudieron acceder 8.000 espectadores, en esta ocasión el equipo del artista constaba de cuarenta personas, mientras que la productora local, New Event, aportó más de 400. El diseño técnico era exactamente el mismo que el resto de la gira mundial, con 150 metros cuadrados de pantallas de Led, 80.000 watios de sonido y más de 200 focos Led de última generación suministrado por empresas canarias, además de dos trailer de 12 metros con el material técnico del artista que llegó por avión en un carguero especial. El montaje y desmontaje del show conllevó diez días de trabajo continuo y más de 50 técnicos locales en otras labores.

El cantante vive de forma inteligente para poder mantener la frescura juvenil en sus actuaciones

Antes actuó su hijo Joe Sumner, a modo de telonero, durante una media hora, y con una serie de canciones que lo colocaban en un lugar intermedio entre los cantautores experimentales y los nuevos crooners tan habituales sobre todo durante este siglo XXI.

Pero centrándonos ya en lo más importante, en la actuación en si misma de Sting, la magia de Police reapareció con toda su fuerza en la maravillosa Message in a bottle. Con su rock sinuoso y contagioso, algo pegadizo pero sin caer en lo ordinario, la canción es una observación aguda hacia la soledad humana vista desde la propia experiencia del mismo creador. Y no se me ocurre mejor canción que este primer número 1 en Inglaterra en el año 1979 para repasar su repertorio porque, precisamente, la temática de este tema hablaba de soledad, nostalgia hacia un amor roto traumáticamente e incomunicación entre lo humanos. Y esos eran los temas más predominantes en las canciones de la legendaria banda londinense.

Otro tema Englishman in New York enlazaba sutilmente con la anterior abrazando la melancolía en la piel de un extranjero que se siente totalmente alienado y desubicado en un lugar en el que hablan en su propio idioma.

Entre medias estuvo esa recreación del sonido Motown que realiza en Brand new day casi al modo de un homenaje a Stevie Wonder; la magnífica absorción, con arreglos orquestales incluidos del sonido rai en la demoledora Desert rose a modo de desencanto sobre la vida superficial moderna, o la contundente declaración de intenciones a modo de funk blanquedado que es If you love somebody set them free con la ayuda en los coros de la audiencia.

Más temas de Police llegaron con la seductora Every breath you take, considerada una de las canciones de amor más hermosas que se hayan escrito, y otra de las cumbres de la banda británica, que fue cantada de forma vehemente por sus fans más acérrimos. Le seguiría otro monumento a la pérdida aún no superada de un antiguo amor que es la maravillosa Can’t stand losing you y, ¡sorpresa!, la inabarcable y futurista Demolition man, toda una agradable e inolvidable joya para los espectadores más avezados en la carrera del artista, al ser una mezcla entre free-jazz y krautrock que se adelantaba muchos años a algunas de esas vanguardias insípidas hoy en día tan sobredimensionadas.

Otro bloque de temas de Sting lo formaron algunas de las mejores baladas de su carrera. Una de ellas fue la emocionante Fields of gold que compuso tras comprarse una casa al lado de unos terrenos de cebada, inspirándose en los atardeceres, el color dorado del campo y el amor que sentía por su pareja, Trudie Styler, con quien se casó en 1992. O ese delicado himno contra cualquier tipo de violencia que es la desarmante y pocas veces tan elocuente Fragile, una de las canciones más hermosas e inteligentes que se hayan escrito. O la no menos emocionante Shape my heart donde se encuentran el azar y la mística en la figura de un jugador de cartas.

La parte reposada la ocuparon baladas tan maravillosas como ‘Fragile’ o ‘Fields of gold’

Y volvemos a los temas de Police con otro número uno como Walking on the moon, aunque en esta ocasión el medio tiempo original que aparecía en el disco Regatta de blanc fue sustituido por una melodía mucho más dinámica y envolvente con elementos soul inesperados inclusive. También estuvo ese otro lamento desgarrador sobre un corazón destrozado como So lonely que, irónicamente, en algunos momentos adquiere la fuerza primitiva del mejor punk. Y en la recta final las canciones de sus dos periodos se fueron simultaneando consecutivamente con títulos con la rítmica If I ever lose my faith in you y la imprescindible Roxanne, la guinda imprescindible de la tarta, el amor sincero a una joven e ingenua prostituta, o uno de los temas con los que Police cimentó su carrera.

Una década después volvió Sting a esta isla para satisfacer a su audiencia. Uno de esos dinosaurios del rock que sobresale entre todos los demás por algo muy difícil de lograr hoy en día: una personalidad inmarchitable que se ha mantenido hasta hoy en día.