Entrevista

Carlos Goñi, líder de Revólver : "La lista de cosas a las que soy adicto es interminable"

El grupo llega a Valencia para presentar el viernes 'Adictos a la euforia', su último trabajo

Entrevista a Carlos Goñi, líder de Revolver: "La lista de cosas a las que soy adicto es interminable"

Entrevista a Carlos Goñi, líder de Revolver: "La lista de cosas a las que soy adicto es interminable" / F. BUSTAMANTE

Voro Contreras

Carlos Goñi, líder del grupo musical Revólver, (Madrid, 1961) llega a la entrevista presumiendo de disco nuevo ('Adictos a la euforia'), entradas casi agotadas para su concierto de este viernes en el Palau de Les Arts de Valencia y de haber perdido 20 kilos a base de hacer deporte. "Cuando la pandemia me dediqué a eso, hacer ejercicio y no escribir ni una sola coma. Me declaré en la resistencia porque no quería contemplar todo aquello como una nueva normalidad. Era una anormalidad absoluta y no quería que eso me contaminase. Era demasiado fácil hacer un disco sobre lo que estaba pasando. Cada vez que ocurren cosas así, me gusta dejar que pase el tiempo antes de escribir algo, tomar perspectiva. Así que me dediqué la pandemia a estudiar sobre nutrición y a reencontrarme con un deporte que me fascinó de joven. Me cambió la vida, así que sepáis que ninguna dieta funciona, lo que funciona es cambiarte la vida".

"No supe quererme demasiado y ahora me quiero más que ayer", cantas en "Adictos a la euforia" ¿Cómo se traduce eso en la música?

Si te gustas más te quieres más, y si te quieres más lo harás todo probablemente con más convicción. Ahora en el escenario soy alguien totalmente diferente, hago canciones sin guitarra, estoy bailando desde que empieza el concierto hasta que se acaba. Encima del escenario es otro Revolver distinto, me he quitado vergüenzas y sigo teniendo miedos pero no del mismo calibre ni del mismo tamaño.

¿La guitarra era un escudo?

Esto (señalando las gafas de sol que ha dejado sobre la mesa al empezar la entrevista) también es un escudo. Todo tiene que ver, sobre todo porque ha habido momentos en la vida que he sido melancólico pero nunca nostálgico. Y ahora menos porque la vida me ha hecho dos regalos maravillosos. Uno, que cuando me levanto por la mañana ya no creo que la vida me deba nada. Y dos, nunca he estado tan bien como ahora a todos los niveles. Y es la hostia ir a cumplir 62 años y darte cuenta que no has tenido mejor momento que éste.

«Cuando me levanto por las mañanas ya no creo que la vida me deba nada»

¿Ser adicto a la euforia es bueno o es malo?

Excepto los feligreses de la Virgen del Suicidio Colectivo, ¿quién no es adicto a la euforia? Yo creo que todas las adicciones son buenísimas…

Hombre, pero el hecho de vivir atado a algo tampoco es lo mejor.

Ya, pero a no ser que seas un anacoreta, es extraño no estar enganchado a algo. Sí, las adicciones son ataduras, pero a mí me encanta estar atado a mi novia, a mi perro, a esta conversación, a mi trabajo, a una buena comida, a reírme mucho, a hacer deporte, a levantarme a las seis de la mañana, a mis hijos, a leer como un poseso desde que me he operado la vista… Excepto a beber y fumar, y por supuesto a todo lo que vaya más allá de eso, la lista de cosas a las que soy adicto es interminable y estoy muy contento porque es lo que me configura.

Reencuentro con el pasado

Y ahora que se siente tan bien, ¿le da rabia algo que haya hecho en el pasado?

Prefiero decir 'no tenía que haberlo hecho' que 'por qué no lo hice'. Así que cuento con que la voy a cagar muchas veces y con que acertar de vez en cuando ya merece la pena. Yo no sé hacer cosas de media manera, ni en la música ni en esta conversación. Así concibo la vida y la vida está para usarla. Me arrepiento de los daños colaterales, de daños que podía haber controlado mejor. En lo profesional, cada nota y cada frase es la que quería hacer en cada momento y lo mejor que podía hacer. He tenido la suerte de poder haber elegido siempre lo que me dictaba el corazón pero, dicho esto, seguramente cogería desde el primer álbum hasta el último y los volvería a grabar. Conforme pasan los años, si no estás haciendo el imbécil lo normal es que tu nivel de exigencia suba.

"Cogería desde el primer álbum hasta el último y los volvería a grabar. Con los años, si no estás haciendo el imbécil tu nivel de exigencia ha de subir"

Sin embargo, este disco es una vuelta a tus orígenes más rockeros, al camino que le abrieron Bruce Springsteen y Neil Young.

Pero al primario de ellos, el que no toca apenas el “Born to run”. A mí “The river” me gusta mucho, pero no me revienta la cabeza como me la reventaron los tres primeros de Springsteen. Y Neil Young es el ejemplo más claro de voy a hacer lo que me diga el corazón y lo demás me toca las narices. Y yo también lo he hecho así, pero en este caso en concreto no he atendido a hacer cosas que no quiero. Este disco entronca con mi memoria más primaria de por qué me dedico a esto.

¿Y por qué se dedica a esto?

Porque amo profundamente lo que hago y me provoca una pasión desmedida coger una guitarra y tocar. No creas a ningún músico que te diga que está en esto porque se emociona y cuando deje de emocionarle lo dejará. Falso. Lo hacemos porque no sabemos hacer otra cosa, somos como los cómicos antiguos que van por los pueblos echando la manta y no soporto que me pongan en el mismo saco del mundo de la cultura y los intelectuales.

¿Y se siente en el mismo saco de quienes estarán llenando este viernes el Festival de les Arts con sus camisas floreadas al mismo tiempo que estará usted tocando al lado?

Una de las cosas que aprendí con la pandemia es que ni opinar es gratis ni que todas las opiniones son respetables. Todo el mundo tiene derecho a opinar porque es legal, pero no todo el mundo tendría que opinar a poco que tuvieran un poco de vergüenza. Así que si la gente se lo pasa bien con sus camisas de flores y escuchando algo que dicen que es rock’n’roll, no tengo nada en contra.

Neil Young decía que el rock’n’roll nunca morirá…

¿Perdona? Eso lo dijo mucho después de que yo lo leyera en una entrevista en el New Musical Express o en Melody Maker diciendo que el rock ya había muerto. Yo me acababa de comprar mi primera guitarra y no sabía dónde meterme.

Otra frase del disco: “Dejaremos de estar vivos si enterramos las espadas”. ¿Contra qué hijos de puta de esos que dice en el disco que hay tantos hay que sacar las espadas?

Contra los que promueven la no educación, contra el que vaya en contra de la claridad mental y del progreso bien entendido. Tener cultura te va a costar muchas cosas pero hay que pagarlas, porque cuanto más torpe sea la ciudadanía más mentiras le va a colar el gobierno. Hay mucho hijo de puta que vive mejor cuanto menos conocimiento tengamos los que les aupamos a donde están… Estoy un poco mosqueado con la clase política y no quiero hablar de ellos.

"Hay mucho hijo de puta que vive mejor cuanto menos conocimiento tengamos los que les aupamos a donde están…"

¿Por qué?

Me da un poco de pena que esta cosa se haya convertido en una jauría extraña en la que todo se basa en el insulto, en no mostrar lo bueno que tienes tú sino en lo malo que tiene el otro. Soy de una generación que oía hablar al Guerra y se le caía la baba.

De Alfonso Guerra a Robert Palmer

Ahora al Guerra lo admiran mucho los que antes le odiaban.

Mira, cuando tenía 17 años y estaba paseando por Alicante con un amigo, llegaron unos tipos que eran amigos de él. Me engancharon de un pañuelo rojo que llevaba al cuello, me tiraron al suelo, me dijeron si era un rojo de mierda y me sacaron una pistola que me la pusieron aquí en la cabeza. Esos eran fascistas en serio. Cuando te pasa eso a los 17 años tu concepto de lo que es ser un fascista cambia. Ahora soy como soy, estoy en un terreno que no es de nadie sino mío y donde siento rechazo por los políticos que te te llaman facha por no pensar igual que ellos. Eso me molesta mucho e incluso he perdido amigos por eso.

Es jodido autoconvencerse de no opinar para no perder amigos.

Eso es un dolor, sí, y da una pena tremenda tener con cortarte. Pero cuando pasa el tiempo y te entrenas, descubres que es maravilloso que venga alguien a pedirte una opinión y tú decirle que no la tienes.

En fin, acabemos con algo divertido, como esa versión del “Johnny and Mary” de Robert Palmer con la que finaliza el disco.

Es que esa canción me ralla desde que era un crío. Para mí tenía algo distinto. Era hipnótica, la letra es un puto ralle y es una de las canciones de mi vida. Pero la sorpresa ha sido que me llame el otro día Carlos Segarra y que me diga que soy el puto amo de las versiones, que la he vuelto a clavar y que a él, Carlos Segarra, el de los Rebeldes, le flipe también esta canción.

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