Música

Un 'Rigoletto' "psicológico" y "angelical" despide la 56ª Temporada de ópera

Es uno de los títulos más habituales de ACO que se representa el próximo martes en el teatro Pérez Galdós con otras dos funciones los días 15 y 17

Un momento de la presentación de 'Rigoletto'

Un momento de la presentación de 'Rigoletto' / Efe

Una nueva y espectacular producción de Rigoletto despedirá la 56ª temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria el próximo martes, 13 de junio, a las 20.00 horas, en el teatro Pérez Galdós, con otras dos funciones los días 15 y 17 a la misma hora.

Se trata de un título imprescindible para el aficionado a la buena ópera ya que representa al mejor Verdi, "el más grande compositor que ha dado este género", como recordó el director musical Daniel Oren en la presentación que tuvo lugar ayer en el propio coliseo grancanario, pero que tiene otro dos aspectos particulares que los hacen aún más atractivo si cabe.

Por un lado porque cuenta con una escenografía "en la que he intentado reflejar ese contradicción psicológica en la que vive el protagonista, que sufre una deformidad, pero vive en la corte", señaló el director escénico Carlo Antonio de Lucía, refiriéndose al elemento que ocupa el centro del escenario y que es una espectacular y grandiosa escalinata que, sin embargo, resulta fría y desoladora y que acaba en unos también gigantescos frescos barrocos. Una escalinata que irá cambiando sucesivamente en los diferentes actos adoptando diferentes espacio en los que se mueven los protagonistas.

Y, por otro lado, porque refleja esa idea del autor italiano de "convertir a la protagonista femenina en un ser angelical", añadió Oren, como sucede en este caso en la soprano valenciana Marina Monzó, que interpreta a Gilda, y que principalmente se percibe en su muerte al final de la representación ya que el compositor "la va convirtiendo poco a poco" en algo celestial "a través de la música".

El elenco principal lo completan el barítono mongol Ariunbaatar Ganbaatar, el tenor peruano Iván Ayón Rivas y el bajo lituano Tardas Girininkas. A la presentación también acudieron el director artístico, Ulises Jaén, y el director general de la Fundación Auditorio y Teatro de Las Palmas de Gran Canaria, Tilman Kuttenkeuler.

De lucía, que trabaja por quinta vez en una producción propia de Amigos Canarios de la Ópera, destacó el nivel de los talleres de ACO, y subrayó que la escalinata refleja "la opresión en la que vive Rigoletto que tiene que entretener a toda la corte" y que va girando durante los cuatro cuadros. El escenógrafo italiano también puntualizó que tanto con el personaje de Rigoletto como con Violetta de La Traviata Verdi se adelanta a su tiempo. Con el primero porque "pone como protagonista a una persona deforme". Y con la segunda porque "es una mujer tocada por muchos hombres". Sin embargo, para De Lucía lo que cuenta "es lo que hay detrás de los personajes" y destacó, por ejemplo, "esa entrega de Rigoletto por su hija y esa deformidad en la que vive".

Marína Monzó afirmó que esta producción es "tradicional" y reconoció que "al principio fue complicado en tender a mi personaje porque es muy sumisa", pero aquí interpreta a una adolescente y "se ve su obsesión más claramente". Para ella, el primer acto es algo algo lánguido, por lo que prefiere el segundo "en el que hay más chicha" y el final "ya que la muerte de Gilda es sublime".

Finalmente Oren destacó "la pasión por la música que transmite la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria" y subrayó cómo Verdi introducía "una dramaturgia fantástica en los concertantes" que "cuyos papeles permanecen en el interior de ellos" durante el recitativo y que no ceden a la música" como sí hacían Strauss o Wagner con los personajes.