Entrevista

Risto Mejide: "Escuchar a Bach es hacerte mejor persona"

'Dieciséis notas' ficciona el amor del compositor por su segunda esposa y los obstáculos que tuvo que superar la pareja por la diferencia de edad

Ágatha de Santos

Un año, 1720, es el germen de “Dieciséis notas” (Grijalbo), la primera novela del presentador de programas como 'Viajando con Chester' y 'Todo es mentira', escritor y publicista Risto Mejide (Barcelona, 1974). O más bien su ausencia, ya que este año parece arrancado de las biografías de Johann Sebastian Bach. ¿Qué pasó ese año, entre la muerte de la primera esposa del famoso compositor alemán y su boda con una joven soprano, dieciséis años (como las dieciséis notas del título) más joven que él? La novela intenta llenar ese vacío y reconstruir la historia de amor de un Bach joven y apasionado, muy alejado de la imagen que nos ha llegado de él. Paralelamente, el libro desarrolla otras dos historias con el músico como nexo de unión: el misterioso hallazgo, a finales del siglo XIX, junto a su sepultura, y la grabación de las “Variedades Goulberg” por Glenn Gould en los años cincuenta del siglo XX. Todo esto aderezado por un nutrido grupo de personajes y acontecimientos históricos que van desde el pro pio Bach, del que Mejide tuvo sus primeras referencias cuando comenzó a dar clases de piano con 14 años, hasta la caza de brujas contra los comunistas emprendida por el presidente McCarthy.

¿Cuándo llega a interesarle la biografía de Bach hasta tal punto de escribir una novela sobre él?

El inicio de la novela está basado en una carencia. Buscaba leer una novela sobre Bach y no la encontraba. Hay muchas biografías sobre él, de todos los estilos y colores, pero, curiosamente, hay muy poca ficción alrededor de Bach y, curiosamente también, muchísima alrededor de Beethoven y de Mozart. Además, se da la circunstancia de que todas las biografías que cayeron en mis manos, y no exagero si digo que fueron más de veinte, absolutamente todas tenían una elipsis importante en un momento que para mí es crucial. Cuando Bach regresa de un viaje con el príncipe Leopoldo, descubre que su esposa, Maria Barbara Bach, ha fallecido repentinamente y que ha sido enterrada. Ni siquiera pudo despedirse de ella. Se queda viudo, con cuatro hijos y hundido, y prueba de ello es la “Chacona”, su pieza para violín más famosa y una de las la más difíciles, según los violinistas. Esto es julio de 1720 y en diciembre de 1721 se casa, enamoradísimo, con Anna Magdalena, con quien tiene 13 hijos. ¿Qué ha pasado ese año? Ésa pregunta no me la contesta ninguna biografía y pensé que el mecanismo ideal para llenar ese hueco era la ficción histórica.

¿Esa falta de ficción sobre Bach puede deberse a la imagen de hombre serio, casi antipático, que tenemos de él?

La imagen que nos ha llegado de él es un retrato de Haussmann, que lo coge con 60 años, en el que se ve a un Bach con papada y un rictus muy serio. Pero también tuvo 35 años, que es cuando se enamora de Anna Magdalena, y fue un hombre apasionado, incluso transgresor, muy aficionado a la juerga con sus amigos, que frecuentaba los cafés de la época, auténticos tugurios. Incluso llegó a pelear y a batirse en duelo con alguno de sus alumnos. En este sentido, tiene una vida muy literaria.

Bach tuvo que enfrentarse a los prejuicios por la diferencia de edad con Anna Magdalena. ¿Persisten estos prejuicios?

En general, todas las parejas con diferencia de edad han sufrido de alguna forma alguna discriminación o señalamiento público. Anna Magdalena Bach, por los documentos y las cartas que nos han llegado, era una mujer independiente, muy moderna, muy avanzada a su tiempo. Su padre la formó y educó para que no tuviese que depender jamás de un hombre y la prueba de ello es que, con 19 años, cuando conoció a Bach, era una reconocidísima soprano a quien se la rifaban todas las cortes europeas y tenía el mismo sueldo que él.

Usted también ha sido criticado por la diferencia de edad con sus parejas. ¿Esto ha influido a la hora de decidirse a escribir esta historia?

Sí es verdad que conecto con Bach en ese sentido, pero éste no es un libro sobre mí. Si hubiera querido denunciar lo que me pasa a mí hubiera escrito un libro sobre mis relaciones. Éste es un libro sobre el que quizás sea el mayor músico de todos los tiempos y sobre Anna Magdalena; sobre una historia de amor que se enfrenta a unos obstáculos, como todas las historias de amor que terminan en literatura.

¿Cómo es meterse en la mente de un genio?

Ojalá pudiera contestar a eso porque no creo que sea posible meterse en la mente de otro. En su vida sí que puedes intentarlo y descifrar muchas cosas. La diferencia entre un genio como Bach y el más común de los mortales es que él es una pregunta siempre abierta, mientras que una persona común, como un servidor, intenta dar respuesta a una pequeñísima parte de esa gran pregunta y acercar un poco más la figura de un genio. Parece increíble que conozcamos tan bien la obra de Bach y tan poco al personaje.

El talento es un don, pero ¿cree que tiene también algo de genético? Lo digo porque el árbol genealógico de Bach está repleto de músicos, algunos de ellos muy destacados.

En un momento determinado de la familia, ahora no recuerdo exactamente cuándo, hubo hasta cincuenta miembros que eran músicos vivos. Era una estirpe de músicos. Ya su tatarabuelo, aunque era panadero, no músico, tocaba una especie de guitarra, y creo que él se benefició de ese ambiente musical. ¿Qué pasa? Que Bach sobresalió entre todos ellos y dejó un enorme legado, un legado que está incompleto porque se han perdido muchas cantatas. No hay que olvidar que mientras estuvo en Leipzig compuso una cantata por semana. Un músico normal podía tirarse meses.

Si Bach pudiera sentarse en el Chester, ¿qué le gustaría oírle decir sobre la novela?

Él no iba a aprender nada de su vida, lógicamente. Supongo que me gustaría saber que le ha entretenido. No intento que sea un tratado de erudición ni mucho menos ni demostrar todo lo que he aprendido sobre él durante el proceso de documentación. Esto no me interesa. Me importa que el lector se lo pase bien, y que por el camino aprenda cosas de la vida del genio y que conozca un poco mejor sju música, y sobre todo, lo más importante para mí y para el lector, aparte de entretenerse, es que escuche a Bach. Que compren el libro o que no lo compren, pero que lo escuchen porque escuchar a Bach es hacerte mejor persona.

La trama principal gira en torno a la historia de amor de Bach y Anna Magdalena, pero la novela contiene otras dos historias con entidad propia: el hallazgo durante la exhumación de su tumba, en 1894, y la grabación, en 1955, de las “Variaciones Goldberg” por un jovencísimo Glenn Gould.

Esas dos historias, que son secundarias pero importantísimas para el final, son fruto de la argumentación. Cuando comencé a documentarme, descubrí estas dos vetas. La de la exhumación de los huesos de Bach comenzó a crecer sola porque ¿qué hacían dos ataúdes enterrados con el suyo?, ¿qué le pasó al que tenía el cráneo destrozado? Y Glenn Gould es el referente más próximo que tenemos de un genio alrededor de Bach, excéntrico, hipocondriaco. Cuando le dan la oportunidad de grabar su primer disco elige las “Variaciones Goldberg” que la leyenda, aunque no es cierta, cuenta que Bach compuso para que el conde Keyserlingk pudiera dormir. Tuvo muchos problemas para grabarlo porque muy poca gente creía en ese disco y acabó siendo, según los expertos, uno de los mejores de la historia de la música clásica. La historia de Gould es una defensa a la diversidad, a la gente diferente, a que nadie es quien para decirle cómo tiene que ser otra persona. Ésta idea está por toda la novela. Creo que el talento hay que preservarlo de lo que quieren los demás que sea. El mensaje de las vidas de Bach, de Anna Magdalena y de Glenn Gould y que les reúne a los tres es un poco eso: vive tu vida sin hacer daño a los demás.