Los Djs son considerados artistas de forma oficial tras casi medio siglo de profesión en España

El nuevo convenio colectivo del sector, aprobado en el BOE el pasado 24 de marzo, ofrece mejoras en términos de jornada, jubilación o de cara a una futura pandemia

La ley solo reconoce a aquellos profesionales que trabajan por cuenta ajena y están contratados por una sala o promotor

El Dj canario Baked Belda.

El Dj canario Baked Belda. / LP/DLP

Martina Andrés

Martina Andrés

Emocionar y conmover. Ya sea entre bambalinas en una sala oscura con luces tenues o a pleno sol encima de un escenario con gorra y gafas de sol, este es el trabajo principal de un Dj. Crear una atmósfera que envuelva al público y lo haga conectar con el ritmo, que ponga sus manos en el aire y sus pies a bailar como si no existieran ni el hoy ni el ayer. Crear una especie de amnesia colectiva temporal que haga a la gente desconectar por unos segundos de la realidad y vivir cien por cien el momento presente.

Con unos códigos de expresión propios y un complejo conjunto de herramientas que se deben conocer y dominar a la perfección —platos giradiscos, reproductores digitales, mesas de mezcla, softwares especializados o dispositivos de efectos—, esta profesión crea una atmósfera viva, dinámica y, sobre todo, volátil. Una obra que depende del contexto y que es única cada vez que se reproduce.

El Dj crea a partir de obras existentes, pero esto es solo una parte del proceso. Antes hay todo un trabajo previo de investigación, documentación y búsqueda en las superficies y profundidades de la escena musical, la del pasado y la de hoy. Un trabajo que estos profesionales realizan durante toda su vida profesional.

Estas características hacen que este trabajo, que ha ido popularizándose en España desde hace alrededor de medio siglo, pueda ser considerado una actividad artística. El nuevo convenio colectivo del sector, aprobado en la correspondiente resolución del BOE del 24 de marzo de 2023, eleva la categoría profesional de los Djs a «profesional de espectáculos», lo que les ofrece nuevas garantías y condiciones a la hora de desempeñar su trabajo.

Con esta nueva ley, no existirá la jornada parcial y cada sesión o set se computará como una jornada completa, se elimina la diferenciación entre Dj residente y Dj invitado (que penalizaba a los residentes por considerarlos «personal de sala») y pone sobre la mesa otras cuestiones como el pago de desplazamientos por parte de la empresa, la compatibilización de la actividad con la jubilación o el establecimiento de un salario base anual de 27.758,31 euros (113,48 euros al día).

Covid: punto de inflexión

Tal y como indica el Dj BAM (Juan García), natural de Murcia y afincado en Las Palmas de Gran Canaria, la evidencia de que era necesario un convenio como este se hizo notar con más fuerza durante la pandemia. «A raíz del covid, muchos artistas, como los cantantes, sí cobraban sus ayudas correspondientes, pero no fue así para los Djs, al no ser considerados como tal», puntualiza.

En esta misma línea, reflexiona el Dj canario Baked Belda, un gran conocido en la escena contracultural de la ciudad: «No se nos reconocía en ningún epígrafe y por tanto no recibimos subvenciones. Supongo que con este nuevo convenio cambiaría el panorama. Pero ninguno queremos pasar otra pandemia para comprobarlo. Por otro lado, la asociación de Djs de Gran Canaria se creó en pandemia con el apoyo de la AEDYP [Asociación Española de Djs y Productores] para denunciar que éramos el único colectivo que no recibíamos ayuda».

Desde la AEDYP, celebran la aprobación de esta nueva ley, noticia que definen como «la más importante de la historia para los Djs en España».

Otras voces, como la de la Dj canaria Dara Ortega o los canarios Lolious 54 o Dani Miranda también se muestran positivos ante el cambio. «Las reclamaciones comenzaron en la pandemia, cuando vimos que algunos teníamos contratos de obra y servicios, otros éramos autónomos… No había ningún tipo de reconocimiento gubernamental a la hora de hacer ERTE y este tipo de cosas. Entonces nos unimos. Y este pasado 30 de mayo, la AEDYP consiguió sentarse con los órganos competentes para conseguir este tipo de derechos», explica la Dj que empezó a consolidar su carrera en el año 2013, cuando volvió a su tierra desde Madrid.

«Me gustó mucho la noticia, en los anteriores boletines oficiales solo se nos reconocía como personal de sala», indica Lolious 54, un apasionado de la música disco, que se formó con Desiré Santana (la primera mujer Dj de Canarias) y que es, a su vez, el primer Dj con síndrome de Asperger de España.

«Lo veo para bien, que esté regularizado. Ahora hay unos mínimos que pagar, unas condiciones que siempre se pueden mejorar… Lo veo con positividad, al final lo artístico está ahí, los Djs somos creadores de ambiente, estamos creando algo aunque sea con música de otros», puntualiza Miranda, uno de los impulsores de fiestas como Discolate que se define como un «impulsador de ideas atrevidas donde poder expresarse poniendo música».

La cara oscura

A pesar de los avances, hay voces como la de Baked Belda, que se muestran muy críticas con este nuevo convenio, no por lo que se ha pactado, sino por todo lo que queda todavía en el tintero, esas «mejoras» a las que hace referencia Dani Miranda.

«A muchos de nosotros no nos va a afectar», recalca Baked Belda. «La nueva ley reconoce como artista solamente a aquellos que trabajen por cuenta ajena, es decir, que tengan un contrato laboral con una sala o promotor». Y, en palabras de este Dj, «la realidad isleña está muy alejada» de este panorama, ya que «son contados con los dedos los que tienen contrato laboral directamente con las salas. Muchos somos autónomos de contratación externa, pero también existen numerosos falsos autónomos y mucho intrusismo que alimenta la economía sumergida», puntualiza.

Para este Dj canario, la solución pasaría por medidas como flexibilizar la cuota de autónomo o promover más espacios para que los Dj puedan pinchar su música, lugares que escasean en la capital grancanaria. «La ciudad cuenta con menos espacios para desarrollar nuestros dj set sin problema de denuncias».

Esta es la eterna lucha para los profesionales de la música en vivo de Las Palmas de Gran Canaria, una ciudad de más de 400.000 personas en las que a penas hay salas de música, en la que hay numerosas quejas de vecinos para los que, en palabras de Baked Belda, los profesionales de su sector siguen siendo «solo ruido». «Aunque hagas un evento en un bar o restaurante con todos los permisos pertinentes, a las 15.00 de la tarde somos un estorbo y un problema. Sinceramente, prefiero que el panorama cultural capitalino cambie algún día, a verme como 'artista' en el BOE», sentencia.

TEMAS