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Primavera Sound Madrid: Kendrick Lamar y Depeche Mode coronan una jornada de itinerarios diversos

En la primera jornada que el festival pudo recuperar la normalidad, los dos cabezas de cartel marcaron el camino del resto de conciertos

El estadounidense Kendrick Lamar durante su actuación este viernes en el Festival Primavera Sound Madrid que se celebra este fin de semana en la Ciudad del Rock de Arganda del Rey.

El estadounidense Kendrick Lamar durante su actuación este viernes en el Festival Primavera Sound Madrid que se celebra este fin de semana en la Ciudad del Rock de Arganda del Rey. / EFE / KIKO HUESCA

Ángeles Castellano

Finalmente este viernes pudo vivirse una jornada normal en la primera edición del festival Primavera Sound Madrid, después de la suspensión de los conciertos del primer día por lluvias y el traslado de su cabeza de cartel, Blur, a la sala La Riviera. Fue una jornada normal, o casi. Los problemas de acceso, los atascos y colas retrasaron a muchos de los asistentes. Para llegar al recinto en el que tiene lugar el festival -ya sin rastro de barro ni charcos-, la Ciudad del Rock de Arganda del Rey, a unos 40 km de la capital, se podían elegir varios itinerarios. Después de entrar, también. Los conciertos de la jornada del viernes se dividieron en dos itinerarios invisibles, imaginarios, simbolizados en sus dos cabezas de cartel, Depeche Mode y Kendrick Lamar, que además casi se dieron el relevo de un escenario a otro, colocados ambos juntos en la zona principal del recinto.

Desde que Beth Orton subió al escenario Plenitude a las seis de la tarde para ofrecer un concierto muy similar al vivido en Barcelona tan sólo unos días antes ('I'll be your mirror' -seré tu espejo- era el lema de una ambiciosa edición del Primavera Sound que repite en la capital casi el mismo 'line up' en ambas ciudades, tomando prestada la frase de aquella bellísima canción de The Velvet Underground), se comenzó a desmadejar un hilo invisible que fue uniendo una serie de propuestas que culminaron en el concierto de los más veteranos de la jornada.

Depeche Mode, igual que hicieron en Barcelona, alternaron sus grandes éxitos con algunos de los temas de su más reciente trabajo discográfico, 'Memento Mori', publicado diez meses después de la muerte de la tercera pata del grupo y, dicen, uno de los motores del mismo, Andy Fletcher. 'Word in my eyes' sonaba este viernes en su memoria, en un concierto que se ha retrasado media hora justamente para dar tiempo a que pudieran entrar los asistentes que se encontraban atascados en el embudo del acceso al recinto. 'My cosmos is mine' y 'Wagging Tongue', dos de los cortes del nuevo disco, servían para comenzar un concierto que ha sonado como una perfecta máquina engrasada, la que lleva cuatro décadas en marcha, aderezada con las poses, la energía y los movimientos de cadera del líder del grupo, Dave Gaham, que constantemente demandaba al público más emoción.

En seguida siguieron grandes éxitos del grupo como 'Don't say you love me' o 'Everything counts', que los asistentes, muchos con camisetas y peinando canas, corearon emocionados. Una hora y media de concierto que terminaba, en un bis, con algunas de sus imprescindibles: 'Enjoy the silence', 'Just can't get enough', 'Never let me down again' y 'Personal Jesus'.

Después de más de 40 años en activo, la banda liderada por Dave Gaham se mantiene fresca y creativa, y ha sido la que más público convocaba el viernes del Primavera Sound Madrid, pero es inevitable que la nube de la nostalgia sobrevuele el cielo del festival. Y es esa nube la que iba acompañando al hilo del itinerario que encabezaban los británicos, un itinerario que incluye grupos que casi se pueden considerar clásicos en el Primavera Sound, que han conformado su marca y en el que han actuado en otras ocasiones, combinados con otros que beben de los mismos sonidos o nacieron y crecieron en paralelo al festival.

Martin Gore y Dave Gaham, miembros de Depeche Mode, durante su actuación este viernes en el festival Primavera Sound Madrid.

Martin Gore y Dave Gaham, miembros de Depeche Mode, durante su actuación este viernes en el festival Primavera Sound Madrid. / EFE / Kiko Huesca

Sonido de los 90

En ese itinerario encontramos también a The Delgados, que tuvieron que esperar los tres minutos de la última canción de Beth Orton, en un escenario situado justo en frente, para poder comenzar su concierto. Los escoceses, que formaron la banda a mediados de los 90 y se separaron en 2005 hartos de recibir buenas críticas pero poco respaldo del público, han regresado para recordar aquellos temas de finales de los 90 que partían del indie británico tan de moda en aquel momento pero con arreglos orquestales. En Madrid les acompañaba un trío de cuerdas (violín, viola y cello) además de una flauta travesera, con los que durante una hora repasaron algunos de sus temas.

Moldy Peaches, otro grupo que se ha vuelto a reunir después de 20 años y que ya pasó por el Primavera Sound en 2002, sigue este mismo itinerario y ha sido otra de las actuaciones de un viernes en el que había que estar en constante movimiento de un escenario a otro, como suele ocurrir en estas citas, para tener un mapa de lo que está pasando en el recinto, casi sin tiempo de ver acabar a los grupos. Los estadounidenses, con su sonido poderoso a medio camino entre Weezer y The Beastie Boys, se presentaron en Madrid con sus acostumbrados disfraces caseros poniendo a bailar a los asistentes con homenaje a Tina Turner incluido en medio de su 'Nothing came out', en la que intercalaron varias frases de 'Private Dancer' y 'We don't need another hero'.

Seguía ese hilo que marcaba el itinerario noventero Japanese Breakfast, fue una de las propuestas más frescas y divertidas de la tarde, la banda de la directora y autora además de música coreana-estadounidense Michelle Zauner. Zeuner y su contagioso baile animaron con sus canciones también de inspiración noventera a los espectadores que ya se iban acercando a la espera de los grandes nombres de la noche.

Michelle Zauner, cantante de la banda Japanese Breakfast, durante su actuación este viernes en el Primavera Sound de Madrid.

Michelle Zauner, cantante de la banda Japanese Breakfast, durante su actuación este viernes en el Primavera Sound de Madrid. / EFE / Kiko Huesca

Los canadienses Alvvays, que a pesar de su juventud siguen aquel sonido que caracterizó al indie de los 90 de grupos como Belle and Sebastian y Nation of Language, otro grupo joven con un sonido de hace 30 años, son otros de los grupos de un itinerario más nostálgico, o más clásico del Primavera Sound.

El rey del rap

El encuentro entre los dos itinerarios de la noche se dio alrededor de las once y media del viernes, cuando a la última nota de 'Personal Jesus', de Depeche Mode, le seguía la primera de 'The Heart 5' y en seguida 'N95', de Kendrick Lamar, en la primera actuación que ha hecho en Madrid en su carrera. El concierto más valorado en el Primavera Sound de Barcelona (donde ya había actuado en 2014) fue también uno de los momentos álgidos de la jornada del viernes en Madrid. En el escenario Estrella Damm, situado a la izquierda del Santander en el que habían actuado Depeche Mode, el público más joven empujaba y coreaba las rimas de un Lamar que se presentó solo en el escenario y que no dejó de rapear sin perder el flow ni las letras de lo que cantaba en la hora y media que duró su concierto.

Frente al histrionismo de Gaham, Lamar, último ganador del Pulitzer en la categoría de obra musical, es un rapero que se presenta sobrio en el escenario, sin ninguna clase de adornos, pero también sin músicos. Algunos efectos visuales y un reducido grupo de baile se le unirían a lo largo de un recital en el que no faltaron algunos de sus temas más celebrados de su aclamado último disco, Mr Morale & the Big Steppers y de trabajos anteriores, como 'Maad City', 'DNA', 'Humble, Money Trees' y especialmente, 'Family Ties', en el que contó con la voz de su primo Baby Keem, que justamente había actuado en el festival antes de Depeche Mode.

Y mientras la juventud botaba con Lamar, el punk rock de otro grupo señero de los 90, Bad Religion, hacía lo propio con el público de mayor edad en otro cruce de itinerarios.

Los dos escenarios principales del Festival Primavera Sound Madrid.

Los dos escenarios principales del Festival Primavera Sound Madrid. / EFE / Kiko Huesca

El itinerario de Lamar, el de las propuestas fuera de la marca Primavera Sound, había comenzado a las seis de la tarde con el grupo neoyorkino de salsa Los Hacheros. A la misma hora que Beth Orton, Los Hacheros ponían a bailar salsa, son cubano, guaguancó y algunos ritmos más al centenar largo de personas que ya estaban en los alrededores del escenario en el que horas más tardes se coronaría Lamar.

Unos Mars Volta energéticos y atronadores -tanto, que el sonido se colaba en el concierto de The Gabrielles, en un escenario cercano, mientras trataban de crear una atmósfera de soul y rythm and blues que pedía un poco más de intimidad que la propuesta expansiva y sonora de la banda texana.

Sin embargo, el itinerario que comenzaba el viernes en la salsa, pasaba por el rock progresivo de influencias latinas y personalísimo de Mars Volta y se coronaba con el hip hop de Baby Keem y Kendrick Lamar, cerró la noche entregado a la música electrónica. La emocional y a la vez bailable propuesta de Fred Again.. primero, acompañado en escena de sus vídeos de falsos cantantes que tanto completan su actuación, y Skrillex, con quien Fred Again.. acaba de estar de gira, después, completaron el itinerario alternativo.

Después de sufrir un incendio que le hizo tener que parar durante media hora en su concierto del Primavera Sound de Barcelona, Skrillex ofreció una sesión a medio camino entre el rap y la electrónica más oscuros con llamaradas en el escenario, sin que esta vez fueran más que el golpe de efecto que se pretendía. Hasta un guiño hubo en este broche para el flamenco, con un arranque que incluía el 'Volando voy' de Kiko Veneno que inmortalizó Camarón de la Isla en su celebérrimo 'La leyenda del tiempo'.