A sus 37 años, el grancanario Abián Reyes se ha convertido en un imprescindible de los grandes saraos del Archipiélago. «Soy un dj muy atípico, lo reconozco», dice este querido profesional.

«Después del concierto junto a Elvis Crespo este pasado Carnaval le podría nombrar pinchar en escenarios más grandes y quizás sería la pregunta esperada por la mayoría, pero para mi no es la respuesta», dice cuando se le pregunta al dj y productor grancanario Abián Reyes (Las Palmas de Gran Canaria, 1986) sobre sus próximos objetivos después de unos últimos años en los cuales ha estado dándolo todo –más aún de lo habitual– en decenas de eventos. Eso sí, cuando se le interroga por su lugar favorito lo tiene claro: «llevando la fiestas por toda Canarias».

«Todo viene de la música», explica. «Para mi la música es como el universo para un astrólogo. He estado formándome en producción musical durante la cuarentena y produciendo canciones originales. Mi sueño», prosigue, «era hacer música propia y que la gente la hiciese suya; me puedo morir tranquilo. En lo que a mi identidad musical como faceta de productor se refiere he logrado objetivos que seguirán dando frutos si sigo a este ritmo y puedo meter mano entre evento y evento. Me queda por hacer más música y llevarla a dónde el público quiera».

Reyes se ha convertido en el invitado especial de cada noche de fiesta en Canarias. «Siempre digo que la música fue mi acompañante incondicional; como aquella mejor amiga de siempre que se convierte en el amor de tu vida. Siempre quise ir más allá con ella y con ocho años cuando me di cuenta me vi metiendo discos de vinilo en los aparatos de mi padre, viendo como funcionaba todo y soñando. Entre tanta música y tanto aparato», continúa explicando el grancanario, «llegaron las fiestas de la adolescencia con los colegas y cumpleaños improvisados sin nadie que le pusiera cariño a los aparatos y ahí estaba yo poniendo banda sonora a las fiestas . Llevaba mi colección de música a todos lados y todo el mundo tenía que ver con las canciones que editaba, recuerdo que siempre me pedían cedés. Eso es algo que no ha cambiado».

El ‘dj’ y productor grancanario Abián Reyes. | | LP/DLP

Sobre su estilo no tiene ninguna duda: «Soy un dj muy atípico, lo reconozco. A veces», continúa el bueno de Abián, «casi que me considero más artista que dj; interpreto la música a mi manera y eso es lo que he notado que a la gente le gusta de mí. Desde siempre hice cosas pensando en sorprender y en esto de la industria musical, los show y las redes sociales si tienes un elemento diferenciador, ganaste», admire este profesional que cuenta con más de 25.000 seguidores sólo en Instagram.

Aunque se ríe cuando se le recuerda que hay quien, al ver cómo maneja a la marabunta que acude a sus sesiones, le define como un domador de circo, reconoce que tiene una explicación. «Yo lo llamaría conexión desde los sentidos más básicos. Pinchar música mirando a los ojos y llegando al corazón. La gente», admite, «no te respeta por la fama; la fama es solo una parte del combustible para seguir trabajando, no es nada. Los que me siguen desde siempre saben realmente que amo esto y cuando haces las cosas desde el amor es cuando cambias la fama por admiración y respeto. Si sumas eso, más los años que llevas trabajando y superándote pues te da esa herramienta de llegar más fácil».

«Todos lo notamos», dice sobre el efecto post coronavirus del deseo del público por actos masivos. «Para mi la música era la vida y sé lo importante que es para muchos también... Y nos faltaba un poquito de vida a todos».

«Tiene muy buena pinta», reflexiona sobre la nueva dirección artística del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria y los cambios previsibles. «Había escuchado de Josué Quevedo en su faceta de diseñador, pero no sabía que venía del Carnaval Carnaval. Mi nombre empezó a sonar más fuerte desde que entré en el de Las Palmas de Gran Canaria en 2015 como profesional claro, porque yo consumo carnavales desde que tengo uso de razón. Fue un antes y después en mi carrera. Yo soy del Carnaval en estado puro, vengo de abajo y sé que es diferente», concluye.