Si hay una actividad que remueva la mente y estimule la cultura, esa es la lectura. En los últimos seis años, el distrito Puerto-Canteras ha visto cómo las franquicias que se dedican a la venta de libros apostaban por la zona. Esta tendencia además, apuesta en sus negocios por modelos de economía circular, como pueden ser la compraventa de novelas u otorgar una segunda vida a productos literarios mediante locales de intercambio gratuito.

La oferta de librerías en la zona Puerto de Las Palmas de Gran Canaria cada vez es más amplia. La proliferación de nuevos locales dedicados a la venta de libros, ha desplazado la oferta en la capital, hasta entonces centralizada en el área comercial de Triana y Arenales. Agapea, Re-Read, Librería Rivero y el Bookcrossing del Centro Comercial El Muelle establecen un nuevo itinerario en la agenda de los canarios más lectores. De entre las anteriores, la apertura del establecimiento de la franquicia Agapea en la calle José Franchy Roca ha abierto el abanico a través de la creación de espacios para incentivar a la cultura.

Hace poco más de un año, la empresa Agapea amplió su mercado de tiendas en el Archipiélago al inaugurar en Gran Canaria un local con más de 76.000 libros repartidos entre casi mil metros cuadrados, convirtiéndose en la librería más grande de las Islas Canarias. Más allá de dedicarse al negocio de la venta de ejemplares, el establecimiento también organiza espacios orientados a la comunidad bibliófila. Talleres de escritura, clubes de lectura, eventos, cuentacuentos, sesiones de lectura y un sinfín de actividades para motivar a los canarios a organizarse y crear un colectivo educativo con proyección cultural.

Los nuevos negocios literarios aledaños a Santa Catalina abogan por estructuras más éticas de consumo. A tan solo un minuto de Agapea, su vecina, el establecimiento de la franquicia Re-Read compra las novelas que ya leíste y abandonaste en las estanterías, para darles una segunda vida. En esta tienda, todos los libros cuestan lo mismo y se venden a un precio razonable: tan solo cuatro euros. La ruta bibliófila prosigue por la calle Fernando Guanarteme, cruza el Parque Santa Catalina y arriba al Centro Comercial El Muelle, más concretamente en la planta cero, donde se halla un local de bookcrossing. Lo que significa, para ahorrarle Googlear al lector, puntos públicos de intercambio gratuito de libros.

En cuanto a la aportación de Agapea dentro de esta ecuación, esta es la gran oferta de actividades que alberga su programa cultural. Las actividades están dirigidas a todo tipo de público. "Tematizar ayuda a dar a conocer y alcanzar más público", esclarece la gestora cultural de la tienda, Rocío Rivera. El éxito de los clubes de lectura que ofrecía el espacio, planteó la necesidad de crear nuevas hojas de ruta a seguir. Ahora, existen hasta cuatro clubes distintos que abordan contenidos diferentes. La disponibilidad para inscribirse a estos eventos está controlada mediante la web de la librería por cuestiones de aforo.

Miedo al fracaso

Los inicios siempre son complicados, y más si se habla de arte. Muchas veces, el miedo al fracaso cohíbe la brillantez de los escritores. Es un mal que padecen sobre todo los más noveles, aquellos que lanzan al mundo su texto por primera vez, y esperan ansiosos obtener la reciprocidad ajena. Sobreponerse a la barrera mental del miedo es difícil, pero las probabilidades de éxito se multiplican si el entorno que acompaña al joven autor es amable. La novelista canaria Elisenda Romano aprovecha cada dos martes el espacio de Agapea para fomentar que personas poco experimentadas en este arte aprendan a escribir relatos.

También llamado microcuento o microficción, esta tendencia narrativa está cada vez más de moda. La democratización del Internet y la accesibilidad para publicar relatos en aplicaciones o sitios web como Wattpad o Lektu pueden ser una de las causas que incentiva a escritores a publicar por primera vez. Romano da las claves para aprender a crear personajes, cómo generar ideas cuando falta inspiración, o bien elegir estructuras narrativas que sean adecuadas al texto. Mañana el espacio brinda a las 18.30 horas el cuarto taller que aborda estas lecciones a través de reuniones asíncronas a las que la profesora anima a apuntarse. Una actividad gratuita de aforo limitado con inscripción a través de la web de Agapea.

Para Romano, las clases deben ser lo más didácticas para lograr la conexión profesor-alumno. "Una de las cosas más importantes es escucharles y explicar las dinámicas que se van a desarrollar en el aula", explica.