Teatro
'Los gestos', cinco minutos en el frenopático
La obra de Pablo Messiez inició el pasado fin de semana la nueva temporada del Teatro Cuyás

Un instante de la representación de 'Los gestos' / LP / DLP
Durante tan solo cinco minutos pude sentir algo parecido a lo que se supone que es la experiencia de disfrutar de una obra de teatro de verdad con Los gestos de Pablo Messiez, autor elevado a un Olimpo casi mítico por un sector de la intelectualidad de este país.
Por eso mismo, la nueva producción del ganador del Max al mejor montaje 2023 llegaba al escenario de la calle Viera y Clavijo con la aureola de ser la última genialidad de un autor transgresor, con calificativos del tipo «llevar el lenguaje teatral al límite», «una reflexión sobre el propio lenguaje» del arte de Talía, o una obra en la «que los gestos toman el poder».
Esa misma intelectualidad avisaba que si no te gustaba tamaña obra maestra era tu problema porque casi que no habías tenido la capacidad de penetrar en el subconsciente privilegiado de su excepcional autor. Pero lo más frustrante de todo es que Los gestos era el título que más expectativas había despertado entre los aficionados de verdad en esta nueva temporada del Cuyás. Y cuando digo «de verdad» me refiero a esos que acuden fielmente a todo lo que llega al coliseo grancanario.
Sin embargo, por mucho que intentara encontrar algo de profundidad en los diálogos, algo de belleza en la escenografía, algo de mensaje críptico revelador detrás de esa inexistente trama argumental; por mucho que quisiera entender el objetivo final del dramaturgo argentino que afirmaba, entre otras maravillas, que la obra trata de «gestos que se apropian de los cuerpos de los actores y actrices», lo único que encontré fue una sucesión de declamaciones caóticas, unas actuaciones absurdas, un batiburrillo de expresiones inconsistentes y un desarrollo dramático torpe y abrupto.
No es una cuestión de despreciar la experimentación en el teatro. Todo lo contrario. He elogiado los experimentos recientes y difíciles de apreciar por el espectador profano de La Calórica, Daniel Veronese o Sergio Peris-Mencheta.
Pero lo único que ocurre en Los gestos es la reunión de cinco personajes que parecen encerrados en un manicomio. Así, vemos a un Nácho Sánchez, con pinta esquizofrénica, leer textos solemnes mientras cambia de personalidad continuamente. A Emilio Tomé, en un estado de constante irritabilidad, dando órdenes en una supuesta obra teatral invisible. A la gran actriz que es Fernanda Orazi deambulando de un lado a otro en su intento de dar vida de la forma más histriónica posible a un proyecto que solo existe en su imaginación. A un frenético Manuel Egozkue saliendo y entrando por el patio de butacas continuamente. Y a una inquietante Elena Córdoba, para mí lo mejor de todo, en la piel de una especie de ente siniestro, escondido entre sombras, pero dándole cierto toque oscuro y siniestro al montaje, principalmente en los instantes finales.
El teatro es un lenguaje que requiere cierta predisposición por parte del espectador. Y es un lujo poder disfrutar de una de las pocas manifestaciones artísticas que hoy en día no está sometida a la dictadura de lo audiovisual. Pero tampoco es lícito meter a cinco grandes actores a que intenten convencernos con la representación más sublime de lo inconvencible. Por cierto, los cinco minutos «disfrutables» se redujeron a esos cambio de paisajes en la cristalera que enmarcaba el fondo del escenario y que nos trasladó a una viaje en avión, a un bucólico riachuelo o a un bosque tenebroso. Y a ese gesto final terrorífico de Córdoba digno de El exorcista. El resto, un viaje por la nada más absoluta.
- La madre del taxista atacado por el joven que falleció abatido a tiros en el aeropuerto de Gran Canaria: «Tengo mucha pena»
- ¡Ya hay sustituto de Diego Martínez como entrenador de la UD Las Palmas!
- Malas noticias para los propietarios: el inquilino se podrá quedar en la vivienda aunque el dueño no quiera renovar
- Muere el humorista grancanario Jabicombé, la «diva» de Schamann, a los 58 años
- Buscan a una mujer desaparecida en Las Palmas de Gran Canaria
- La Bonoloto toca en Las Palmas de Gran Canaria
- Atropellan a un menor, le roban la bicicleta y lo dejan herido en Las Palmas de Gran Canaria
- Dimite el secretario del Ayuntamiento de Ingenio