Entrevista | Santiago Gil Escritor y periodista

Santiago Gil: «Escribir es la única manera que entiendo de vivir la vida»

El escritor y periodista Santiago Gil presenta ‘Rastros de vidas y palabras’, un viaje literario que recorre dos décadas de su narrativa a través de cuentos, relatos y una nouvelle con una mirada hacia la condición humana

Santiago Gil, presenta su nueva obra ‘ Rastros de vidas y palabras’

Santiago Gil, presenta su nueva obra ‘ Rastros de vidas y palabras’ / José Carlos Guerra

Johanna Betancor Galindo

Johanna Betancor Galindo

Desde 2005, con la publicación de 'El parque', no había regresado al formato del cuento. ¿Qué le llevó a retomar este género en 'Rastros de vidas y palabras' y qué cree que le permite explorar respecto a otros, como la novela?

Mi editor, Victoriano Santana Sanjurjo, me sugirió recuperar los cuentos, y al revisar mis archivos descubrí muchas historias guardadas. Rastros de vidas y palabras combina cuentos y relatos. Es una navegación por mi narrativa durante los últimos 20 años. Incluye cuentos largos al estilo de Chéjov o Henry James y referentes canarios como Ángel Guerra, Dolores Campos Herrero y Anelio Rodríguez Concepción. Encontré un mundo fascinante de pequeñas historias muy bien contadas.

¿Qué busca transmitir con su nueva obra?

Escribir es la única manera que entiendo de vivir la vida. Busco el sentido de la vida, el amor y la muerte en cada historia, más allá de los argumentos. Mis obras exploran el fracaso y las historias de los perdedores. Al escribir conecto con mi mente, alma y pensamiento de un modo que no concibo fuera del proceso creativo de escritura y de la ficción. En ese espacio, puedes cruzar un océano con una mesa o conectar una infancia con un hecho reciente, encontrando argumentos y lugares a los que no llegarías. 

Parece establecer un puente entre ser contador de cuentos y novelista. ¿Cómo se relacionan estos dos roles en su narrativa?

Cuando escribes un cuento, tienes que centrarte en los detalles, en diseccionar algo muy concreto. La novela, en cambio, te permite desplegar ideas y marcar los tiempos narrativos. El éxito del cuento radica en que se pueda escribir y leer de una sentada, creando universos en una sola línea con elipsis y metáforas. Intento contar menos de lo necesario, para que el lector sea quien complete la historia. Para mí, la literatura es un juego; disfruto entremezclando géneros. No concibo una novela sin lenguaje poético ni un cuento sin entender lo que es una novela.

"Creamos historias porque estamos en la más absoluta indefensión ante el destino"

Aborda una diversidad de temas como la amistad, el amor, la muerte, el tiempo y la memoria, entre otros. ¿Qué le llevó a explorar una variedad tan amplia de temáticas y qué hilo conductor cree que las une?

El hilo conductor es el aprendizaje de la vida y el intento de ir más allá. Cuando publico algo escrito hace mucho tiempo, aunque ya no sea la persona que era entonces y mi vida haya dado giros increíbles, sigo reconociendo esa historia literariamente, porque la historia no tiene que ver conmigo, la historia tiene que ver con la propia historia y tiene que sostenerse por sí misma. Como decía Faulkner, escribir es encender un fósforo en la oscuridad para ver cuánto desconocemos. Estoy seguro de que si algún día nos revelaran de dónde venimos y hacia dónde vamos, dejaríamos de escribir, leer y crear. Creamos historias porque estamos en la más absoluta indefensión ante el destino, y hacerlo es nuestra forma de tomar las riendas de la vida.

«La literatura lo más que logra es lo mismo que un fósforo cuando se enciende en mitad de la noche, en mitad de un campo. Esa cerilla en realidad no ilumina nada, lo único que permite ver mejor es cuánta oscuridad hay alrededor»

William Faulkner

— Escritor

¿Los personajes tienen algún componente autobiográfico o son fruto de su imaginación?

Estoy en todos los personajes que escribo. Mis personajes tienen parte de mí, de las vidas que conozco, de las que intuyo que podría haber vivido o incluso de las que imagino. Para mí, la literatura es un salto cuántico: te permite imaginar y explorar otras dimensiones de la realidad. Durante el proceso de escritura, entras en un estado elevado, como si estuvieras fuera del mundo, y luego vuelves con historias que a veces no sabes de dónde surgieron. Todo lo que escribo está imbuido de mis vivencias, pensamientos e imaginación, aunque no soy ninguno de mis personajes. Curiosamente, los personajes más lejanos a mí suelen ser los que más terminan reflejándome. La literatura te permite diseccionarte en muchas teselas, como un gran mosaico que primero debes destruir para luego comprender en su conjunto.

¿Qué herramientas narrativas utiliza para dar vida a personajes tan variados sin perder autenticidad ni frescura?

Llevo 14 años impartiendo talleres de escritura, lo que me ha llevado a leer sobre teoría literaria, estructuras y procesos creativos. Siempre recomiendo las entrevistas de París Review, para entender los métodos de autores como Hemingway o Julian Barnes. No creo en la inspiración, sino en la disciplina y el trabajo. El periodismo me enseñó a elegir lo esencial de una historia y cerrar bien las ideas, algo fundamental en los cuentos. Mientras que el periodismo exige precisión y verdad, la novela me permite explorar libremente, borrar y reescribir hacia un destino más flexible que el cuento, que necesita absoluta precisión, o el poema, que aparece y desaparece en minutos.

"Solo somos pequeñas esquirlas en ese universo inmenso llamado literatura"

Las menciones a elementos locales o al mar parecen recurrentes en su obra. ¿Qué papel juegan estas referencias y qué conexión tienen con su visión como escritor canario?

Casi todas mis historias transcurren en lugares que conozco, lugares que he mirado con ojo literario, donde he reconocido personajes e imaginado historias. Para mí, no hay ninguna diferencia entre una historia situada en la playa de Guayedra o en la Quinta Avenida de Nueva York, porque en los dos lugares está la dimensión humana. Aunque soy canario, nunca he sentido el aislamiento de vivir en una isla; al contrario, el mar me ha enseñado que pertenecer a un lugar también significa estar abierto al mundo. El mar sigue siendo lo que a mí me da todas las respuestas sin darme ninguna. Cuando paseo por la playa, siento que pertenezco no a un lugar, sino a la vida misma.

El carácter fragmentario de la obra parece oponerse a la continuidad narrativa de sus piezas anteriores ¿refleja un cambio en su mirada sobre la literatura y la actualidad?

El deber de quien escribe es contar su tiempo para todos los tiempos. Al escribir nos acercamos a la dimensión humana, pero también debemos ser capaces de dejar pistas de cómo eran estos tiempos para quienes vengan después. Creo que vivimos en el peor de los tiempos. Las tecnologías, el cambio climático y el riesgo nuclear hacen que el mundo enfrente una difícil recuperación y esa sensación de fracaso, inevitablemente, se refleja en mi obra. 

La 'nouvelle' de su libro, ambientada en el confinamiento de 2020, ¿podría interpretarse como una metáfora de su propio proceso creativo y de reinvención como escritor?

El personaje que vivió la última bohemia de los años 90, antes de Internet, parece fuera de su tiempo, como si perteneciera a otra época. A veces, para entender la realidad, hay que crear una especie de esperpento, como hizo Valle-Inclán, aunque lo esperpéntico es peligroso cuando no es literatura, sino vida. Hoy, se publica mucho, pero el recorrido de los libros cada vez es más corto y la literatura pierde valor frente al fuego mediático. Sigo creyendo con pasión en las historias y la literatura que los seres humanos inventamos. Como decía Paul Auster al citar a Beckett, "fracasa mejor"; toda obra parece sublime mientras la escribes, pero al final es un paso más en tu camino creativo.

«Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor»

Samuel Beckett

— Novelista y dramaturgo irlandés

¿Tiene pensado seguir apostando por el formato del cuento o explorará otros tipos de estructuras narrativas?

Tengo como cuatro o cinco nouvelles, el camino entre el cuento y la novela. He vuelto también a la poesía y reflexión literaria. Estos tiempos tan apocalípticos, creo, llevarán a más personas hacia la gran literatura, que no es elitista, pero sí exige un esfuerzo de lectura y escritura. La literatura es un animal vivo que crece cada día; nadie puede sentar cátedra en ella. Solo somos pequeñas esquirlas en ese universo inmenso llamado literatura.

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