Conoce a Himar Hidalgo: El joven pintor canario que prefiere ser él mismo y no el próximo Egon Schiele

A sus 17 años, el creador se inspira en grandes maestros como Van Gogh y Schiele para definir su brochazo impresionista en retratos y desnudos

Una de las creaciones del pintor canario Himar Hidalgo

Una de las creaciones del pintor canario Himar Hidalgo / LP/DLP

Las Palmas de Gran Canaria

Con apenas nueve años, Himar Hidalgo (Las Palmas de Gran Canaria, 2007) cruzó las puertas de la Escuela Luján Pérez por primera vez. Obviaba que en la academia de arte iniciaría la misma senda que antes recorrieron grandes artistas de Canarias como Felo Monzón, Jane Millares o Jesús Arencibia. Allí, entre lienzos, yeso y las lecciones de maestros como Gema Sánchez y Juan Cabrera, empezó a esbozar sus primeros trazos formales, absorbiendo las enseñanzas de una institución que lleva más de un siglo formando pintores que definen la identidad cultural del Archipiélago. 

A sus 17 años, está a punto de cerrar una etapa en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Gran Canaria. En un pequeño rincón que ha improvisado en su salón, junto a un caballete desgastado, sus pinceles y el profundo olor del aguarrás, encuentra su refugio creativo. Para él, pintar es un acto profundamente íntimo, un momento de conexión consigo mismo.

Empoderamiento artístico

Dice ser un chico tímido que cuando pinta “se le suelta la mano”. La inseguridad desaparece frente al lienzo, donde su mano se mueve con una soltura casi instintiva. "Mucha gente califica lo que hago como impresionismo, pero yo creo que está muy lejos de eso. Los artistas impresionistas sabían mucho del color y yo no sé nada. Tengo que aprender", desliza con sencillez.

El pintor canario Himar Hidalgo

El pintor canario Himar Hidalgo / lp/dlp

Para alguien tan reservado como Hidalgo, enfrentarse a la mirada ajena mientras pinta ha sido un desafío. Los certámenes de pintura rápida en los que ha participado el pasado año le supusieron un reto que, de no ser por el impulso de la artista Gema Sánchez, quizás no habría asumido.  “Me metía en concursos para que cogiera experiencia pintando en momentos en los que no me sentía yo”, reconoce. Acostumbrado a la tranquilidad de su rincón de trabajo, salir a la calle y crear bajo la atenta observación de desconocidos lo obligó a abandonar su zona de confort. "Tenía que pintar en la calle con gente mirándome", recuerda.

Una de las creaciones del pintor canario Himar Hidalgo

Una de las creaciones del pintor canario Himar Hidalgo / LP/DLP

Logros

A pesar de su juventud, Hidalgo ya dibuja un camino prometedor en el mundo del arte. Como alumno de la Escuela Luján Pérez, obtuvo una beca que le permitió profundizar en su formación y ampliar su mirada artística. Su trabajo ha formado parte de exposiciones colectivas como El objeto y su relación y una muestra de cianotipia dentro de la misma escuela. 

El año pasado, su destreza en la pintura rápida le valió dos importantes reconocimientos: el tercer premio en el certamen de pintura rápida de Mesa y López y otro en el concurso de pintura rápida de Artis en el Burrero. Además, en octubre dio un paso más en su carrera con su primera exposición en solitario en el Café Central, donde presentó su universo pictórico al público de forma independiente.

Hidalgo compone mundos impresionistas con brochazos cortos y rápidos. Los bodegones o retratos son los ejercicios con los que el pintor formado en la Escuela Luján Pérez pone a prueba sus pinceles. “Gema Sánchez es muy académica, busca mucho conocer el color. Y Juan Cabrera es todo... Es un torrente, es una locura”.

Aunque su técnica ha evolucionado con el tiempo, mantiene una constante: una pincelada enérgica, casi impulsiva, que traduce en imágenes sus emociones y pensamientos. Influencias como Lucian Freud y Egon Schiele se entrelazan en su trabajo, otorgándole una identidad propia en la que lo figurativo convive con lo expresivo.

En su móvil, Hidalgo apunta los versículos que marcan su camino. Consejos que le formulan profesores como Francisco Ramírez, por ejemplo eso de que "pintar un cuadro es como cocinar un potaje", ya que un buen especialista debe saber qué ingredientes debe echarle al puchero y saber medir bien los tiempos. Pero los hay más serios y profundos, como el que dice que "a un pintor se le reconoce siempre por su paleta".

Referentes

Hidalgo se siente especialmente atraído por el impresionismo, un movimiento que le permite explorar la fuerza del color y la gestualidad en la pintura. Sus retratos, de miradas intensas y trazos enérgicos, evocan la crudeza de artistas como Egon Schiele o el dramatismo cromático de Van Gogh. Aunque la idea de ser comparado con grandes maestros le resulta incómoda. "Me da rabia porque no tienen nada que ver", comenta, dejando claro que no se siente a la altura de los grandes maestros. Para él, esos referentes inalcanzables distan kilómetros de su experiencia: “yo soy un pibito que tiene mucho que aprender”. 

Reconoce su camino por recorrer, pero ya tiene en mente su próximo destino en la ciudad de Sevilla, donde continuará su viaje con estudios de Bellas Artes, empapándose de la estela de otros artistas como Velázquez y Ressendi, con la misma dedicación y ganas de aprender que lo han acompañado desde sus primeros trazos en la escuela grancanaria.

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