'Ceropoéticas', una muestra para encontrar poesía en los objetos cotidianos

En los objetos cotidianos del día a día -una mesa, una manzana, un bolígrafo- también hay poesía. Esta es la premisa en la que se basan en el encuentro de Ceropoéticas que tendrá lugar en la sede de espacio cultural Cero Fanzine los próximos días 14 y 15 de marzo. El fin de semana de la noche de carnaval en la capital grancanaria, aquellos que quieran un plan diferente, podrán disfrutar de una tarde noche poética el viernes, a partir de las 19.00 horas, y de un taller de poesía objetual el sábado de 11.00 a 14.00 horas.

«La poesía no se queda solo en el papel, en la palabra o en el recitado.Hay formas expandidas más allá de las maneras clásicas de entender la poesía. Y ahí nos queremos mover. Queremos ir más allá de la poesía escrita, escénica o el declamado. Queremos ver que hay en lo visual, en lo sonoro o en la interacción con las tecnologías», expresa Noé Brito que, junto a Laura Valverde -y también la colaboración de Toni Lemus- es una de las caras visibles detrás de esta iniciativa.

Mientras que el año pasado, en el primer encuentro de este tipo, se centraron más en lo audiovisual -videopoemas, etc.-, en esta edición el objeto es el que tiene el protagonismo. Así, sacando de su contexto las cosas que nos rodean y dotándolas de un nuevo significado, se puede encontrar poesía hasta en lo más corriente. «Una mesa es para poner cosas encima, pero si la descontextualizas y la usas de otra forma, ahí también hay poesía. Tiramos mucho de todo lo que hicieron las vanguardias al principio del siglo XX», explica Brito.

En este sentido, Valverde hace alusión a lo que se conoce como ready-made, un concepto inspirado en el arte de Marcel Duchamp, que introdujo objetos cotidianos en el ámbito artístico resignificándolos. El artista francés cogió un urinario de porcelana, lo giró 90 grados, le escribió el seudónimo R. Mutt y lo presentó como una escultura titulada Fountain en el año 1917. Con este gesto, cuestionó la noción tradicional del arte y abrazó la recontextualización que también defienden desde Ceropoéticas y que es una parte esencial de la poesía expandida que promueven.

Sacar fuera una verdad

«Un collage también es poesía, poesía visual», reflexiona Valverde en esta línea. Porque al final el género va más allá del formato: la poesía está en la forma de mirar y observar, es una actitud ante la vida. Parafraseando a Carmen Laforet cuando un profesor en un examen le preguntó qué era la poesía, «es cuando tienes una verdad dentro y consigues sacarla fuera».

Esta edición de Ceropoéticas cuenta con la colaboración, en primer lugar, de la galerista Saro León, que abre la puerta de su colección privada y va a obsequiar a esta muestra con una composición entorno al objeto y al objeto-silla.

«También va a estar presente Víctor G. Moreno, artista multidisciplinar y director cultural afincado en Lanzarote, va a traer también un poema objeto en torno a las cajas de instrumentos y las cajas sonoras. Está haciendo muchas cosas con la recopilación, remezcla y recontextualización de elementos extraídos de otros lados, de archivos públicos», añade Brito.

A estos nombres se suman los de Oliver Behrmann, Simone Marin, Kaeru Oto, Toni Lemus, la propia Valverde o el propio Brito, con el concepto de Poematón 2.0, en el que se cruzan la parte tecnológica con la poética. Por otro lado, también cuentan con la colaboración de La Piscifactoría, el laboratorio de creación del poeta y gestor cultural Gonzalo Escarpa -también presente en la edición anterior-, que ha cedido algunas de sus piezas -«objetos poemáticos», en palabras de Brito- para la ocasión.

Por su parte, Lemus, el impulsor del espacio donde va a tener lugar esta muestra poética, también pone a su disposición su colección de fanzines, «una de las más importantes de Canarias y de España», tal y como la describen Valverde y Brito.

A pesar de que las fechas de Ceropoéticas coincide con las más señaladas del carnaval capitalino -evitaron el 8 de marzo por ser el Día de la Mujer-, ninguno de los impulsores de esta iniciativa está preocupado. Con el taller del sábado ya con las entradas agotadas, esperan que el viernes también se llene el local de Cero Fanzine: «La gente a la que le gusta la poesía puede sacar un ratito», expresa Valverde convencida a la vez que hace alusión a que cada vez más público se acerca a El Sebadal y a las actividades contraculturales en una ciudad en la que la periferia se ha convertido en un refugio de los planes alternativos.