Arte

‘Viaje, Sol, Eternidad’, la performance que llega al CAAM gracias al impulso del Thyssen

La artista afroespañola Agnes Essonti presenta mañana a las 19.00 horas un recorrido en el que se reflexiona sobre la identidad y que se articula en torno a la obra de Martín Chirino

La propuesta, que forma parte del ciclo ‘Visión y presencia’, se moverá entre el Centro Atlántico de Arte Moderno, la Casa de Colón y el Museo Canario

La artista Agnes Essonti en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en 2023.

La artista Agnes Essonti en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en 2023. / Laura C. Vela

Martina Andrés

Martina Andrés

Las Palmas de Gran Canaria

La identidad no solo puede tener tantas variaciones como individuos existen, sino que dentro de cada persona puede tomar formas plurales y diversas que se alejan de lo que entendemos como pureza. Hay corazones que albergan en su interior los olores de mundos distintos, el sonido de varias lenguas, los sabores de comidas de una orilla y otra.

Corazones que dan vida a seres múltiples -y multiplicados- gracias a todos los lugares en los que han estado y han crecido.

Corazones como el de la artista afroespañola Agnes Essonti Luque (Barcelona, 1996) que presenta mañana a las 19.00 horas en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) la performance Viaje, Sol, Eternidad incluida en el ciclo Visión y presencia 2025, impulsado por el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza gracias al acuerdo de colaboración e intercambio de artistas suscrito entre las dos instituciones artísticas mencionadas.

La artista trata en sus trabajos de «deconstruir la idea de que solo nos podemos identificar de una manera», tal y como ella misma indica, trabajos en los que también está presente otra de sus marcas de identidad, la de conectar su arte de forma constante con su propia historia familiar.

Así, Las Palmas de Gran Canaria tiene para ella un cariz especial, ya que fue el primer lugar de Europa que pisó su padre después de viajar por toda África Central y África del Oeste. La performance Viaje, Sol, Eternidad bebe tanto de sus raíces y la historia de sus antepasados como de la obra del artista grancanario Martín Chirino, a la que Essonti se ha acercado aprovechando su actual instalación en el CAAM en el marco de la conmemoración del centenario de su nacimiento.

La 'Cordobayangue'

Con el impulso de la comisaria de la performance, Semíramis González, la artista camerunesa-española aprovecha la retrospectiva Crónica del siglo del que fue el primer director del CAAM, con quien que conecta a través de la figura de la espiral -presente en la obra de ambos- y de la serie de los Afrocanes que Chirino inició en 1974. Estas figuras dialogan, en palabras de Essonti, con su Cordobayangue, esa mujer que ella misma representa vestida con un atuendo que recuerda a un traje de flamenca confeccionado con tejidos Ankara -o tela wax- que aparece en la performance de mañana.

La Cordobayangue comenzó a desarrollarse en 2021 cuando, durante una residencia artística en la ciudad que le da nombre, la artista se sumergió en el proceso de explorar esas raíces andaluzas que le vienen de parte de su madre cordobesa. Esta búsqueda también le llevó a presentar en el Thyssen 2023 la performance Bayam Sellam sobre, un ejercicio de memoria colectiva sobre la esclavitud, la raza, el sentido de pertenencia y también la identidad, que buscaba señalar «la poca presencia de personas negras y afrodescendientes en los cuadros del museo», en palabras de la artista.

«Llevaba una calabaza llena de aceite de palma y, delante de cada cuadro en el que aparecía una persona negra, que en ese momento había estado en situación de esclavitud, bebía el aceite para utilizar mi cuerpo como un recipiente para hacer posible esa sanación, limpiar esa memoria a través de mi cuerpo», explica.

Los símbolos 'nsibidi'

Poner el cuerpo y explorar sus raíces son partes elementales de la obra de Essonti. En este sentido, la artista se hizo una prueba de ADN cuyo resultado la llevó a investigar y explorar: no apareció nada de Camerún, el 25% de sus orígenes estaban en Nigeria.

«Esto me hizo empezar a investigar. Mis abuelos y mis ancestros son de una parte que es muy próxima a Nigeria, donde está el río Cross. Entonces comencé a leer sobre la gente que vivía ahí, sobre cuestiones culturales y sobre las sociedades que regían todo lo que era la vida en ese momento». Así, llegó a la figura del Obasinjom, una máscara que se encarga de cuidar de las mujeres embarazadas y de los niños, y a los símbolos nsibidi, un conjunto de signos tradicionales del oeste de África entre los que se encuentra la espiral.

«Al ser dibujados, me parecían muy interesantes, también por la parte más estética. Hay dos que son mis favoritos. Por un lado, la espiral, porque significa todo lo que tiene que ver con viajes, con caminar. Creo que esta metáfora de un viaje continuo caracteriza mucho mi práctica. Y hay otra que es muy chula que representa a una persona levantando las manos y que significa algo así como 'esta tierra es toda mía'», describe la artista.

Así, África y la espiral conectan a Essonti y su performance con Chirino, al que la artista admira por su forma de acercarse al continente vecino: «Me resultó muy interesante porque, más allá de los típicos artistas, como Picasso, que han generado diálogo con el continente africano pero de forma extractivista, la obra de Chirino me parecía mucho más honesta y realizada casi desde una horizontalidad», concluye.

Además de pasar por el CAAM, Viaje, Sol, Eternidad también recorrerá los espacios de la Casa de Colón y el Museo Canario, en un diálogo en el que está presente la historia de la propia Essonti y también la historia común que une de forma inevitable a los diferentes continentes.

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