Música
Siroco, más que un estudio de grabación que late en el corazón de Vegueta
El espacio, impulsado por el músico Pablo Queu, va a ser también una academia de producción musical
Por sus micrófonos ya han pasado músicos como Sylvie Hernández, Said Muti o Iván Torres

Interior del Estudio Siroco en Vegueta. / LP/DLP

En una calle en calma del centro de Las Palmas de Gran Canaria, alejada del bullicio pero sin perder el pulso urbano, abre sus puertas Estudio Siroco, un nuevo espacio al que los artistas pueden acudir para dejar que su creatividad fluya con tranquilidad entre paredes blancas y suelos de madera. No es un estudio al uso, y tampoco pretende ser tal cosa: es una apuesta por revitalizar una escena cultural de la capital que, aunque rebosa talento, arrastra carencias estructurales desde hace años, como la ausencia de salas de música o de espacios en los que pueda brillar el talento emergente.
La idea de Siroco aparece a raíz de esta falta: «Esto surge por una necesidad que tiene la Isla», explica Pablo Queu, el impulsor del proyecto. «Esto no es solo un estudio de grabación, sino que va a ser una academia de producción musical. Queremos ofrecer un espacio grande, amplio, donde poder grabar directos, crear sinergias, algo muy polivalente. No es el típico estudio al uso como antaño, sino que tiene un concepto un poquito más moderno», añade el músico.
Siroco se presenta como un híbrido entre estudio de grabación y academia con el objetivo de convertirse en un nodo en el que hacer conexiones a través de la música, un lugar donde tanto artistas emergentes como profesionales puedan grabar, formarse y desarrollar sus proyectos con las herramientas adecuadas y el acompañamiento necesario.
Curso de producción
En este sentido, uno de los pilares de este espacio será la formación, a través del curso de producción musical cuyo arranque está previsto para después del verano. Con una duración aproximada de tres meses, abordará todo el proceso creativo, desde la grabación de voces hasta la masterización de un disco. El programa contará con profesores especializados en diferentes géneros —desde la música urbana al folclore canario— y se nutrirá de clases magistrales de productores del panorama español. La idea que se persigue es clara: dotar a los músicos locales de las herramientas para ser autosuficientes y poder trabajar desde sus propios home studios con un nivel profesional.
Además de su versatilidad técnica, el estudio cuenta con un entorno que invita a la creación. Situado en una calle que parece «un pueblito» dentro de la propia ciudad, en palabras de Queu, Siroco ofrece un clima de tranquilidad, atmósfera ideal para concentrarse y crear. Con un nombre que remite tanto a los vientos que atraviesan el Archipiélago como a un poema escrito por la abuela de su impulsor, el estudio presenta una filosofía que se basa en una identidad canaria moderna, abierta y en movimiento.
Primeros pasos
A la espera de que se active esta línea formativa, Siroco ya ha comenzado a operar. Por sus salas han pasado artistas como Iván Torres, vocalista de Efecto Pasillo, la cantante Sylvie Hernández o el músico Said Muti, que ya han podido probar la calidad de sus micrófonos. También están previstas grabaciones de bandas sonoras y proyectos individuales, así como clases individuales de producción para quienes busquen un aprendizaje más ajustado a sus intereses.
La apertura de este tipo de espacios no es solo una buena noticia para los artistas. Es un gesto de resistencia frente a un problema estructural de base que afecta a la vida cultural de la capital grancanaria, esa falta de infraestructuras y de espacios que hace que sea complicado que se consolide una escena local fuerte en lo que respecta a lo musical, en este caso.
Como recuerda Queu, «Las Palmas [de Gran Canaria] tiene un problema importante de espacios destinados a la cultura, especialmente a la música». La escasez de locales donde tocar, grabar o ensayar, fuerza a muchos músicos a buscar oportunidades fuera de Gran Canaria y de su capital, fuera de una ciudad de casi 400.000 habitantes en la que apenas hay salas de conciertos.
«Bola de nieve»
Por lo tanto, el reto pasa por generar una especie de «bola de nieve», en palabras de Queu. Es decir, que haya más locales abiertos a la cultura, más sitios donde tocar, más estudios donde grabar, y más espacios de formación que se retroalimenten mutuamente. Todo contribuye a que el talento —que en Canarias no es poco— tenga donde echar raíces y germinar.
Por ello, este estudio busca ser una casa para diversos estilos, un punto de encuentro para una nueva generación de artistas isleños que no quieren seguir dependiendo del exterior para profesionalizarse y que intentan hacerse un hueco en la escena local, ayudados por otros espacios que, como Sala Faro, Talleres Palermo o Buganvilla Studio, están al pie del cañón cultural cada día.
Con su inauguración oficial prevista para finales de abril, Siroco arranca con paso firme y muchas ganas, aportando una propuesta que ya está siendo aplaudida por artistas del panorama actual como Nala Rami o el mencionado Torres. Quizás, el viento a favor que sopla desde este nuevo estudio, logre agitar las ramas de la escena musical y cultural de la Isla.
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