Entrevista | María Rodríguez Cadenas Arquitecta
María Rodríguez Cadenas, arquitecta: «Conservar el patrimonio es dar continuidad a nuestra cultura»
«Cuando las personas comprenden el valor de un legado, lo hacen suyo y lo protegen», afirma la arquitecta

La arquitecta María Rodríguez Cadenas. / LP / DLP

María Rodríguez Cadenas (Las Palmas de Gran Canaria, 1988) es arquitecta, fotógrafa e investigadora en los campos de Arquitectura y Patrimonio. Realizó el Grado Profesional de Música en violín en el Conservatorio de Música de Las Palmas de GC, estudió Fotografía contemporánea en Efti, Madrid, y realizó un Máster especializado en Patrimonio Arquitectónico en 2024 (Ulpgc y Us). A través de sus conocimientos y de su trayectoria en las artes visuales, explora la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y realiza trabajos de diversa índole, a través de los que persigue ahondar en diferentes aspectos de la ciudad en relación a su arquitectura y cultura. En esta entrevista, Cadenas reflexiona sobre el valor del patrimonio arquitectónico y su vínculo con la vivienda en Canarias. Desde su mirada técnica y artística, defiende la rehabilitación como vía para mantener viva la identidad de Las Palmas de Gran Canaria.
¿Qué entiende por patrimonio arquitectónico en Canarias y qué lo hace único respecto a otros lugares?
El patrimonio arquitectónico es el conjunto de edificaciones, espacios y trazados que heredamos de épocas anteriores y que poseen valores históricos, estéticos o sociales. No se trata solo de los grandes monumentos, sino también de construcciones más cotidianas con significado para las comunidades: aquellas que contienen memoria social o reflejan modos de vida tradicionales. En Canarias, y especialmente en Las Palmas de Gran Canaria, el patrimonio es diverso y singular por la cantidad de influencias que ha recibido y cómo ha sabido integrarlas con materiales y técnicas locales. Aún conservamos ejemplos de casi todos los periodos arquitectónicos, desde los orígenes medievales de la ciudad o el racionalismo, que fue importante a nivel internacional y supuso un gran cambio de paradigma. También existen edificaciones valiosas fuera de los cascos históricos que carecen de protección suficiente y están en riesgo de desaparecer. Reconocer y conservar este patrimonio es dar continuidad a nuestra cultura, porque la arquitectura nos transmite los valores e ideas de las sociedades anteriores: nos permite aprender de sus errores y celebrar sus aciertos.
¿Qué ejemplos de rehabilitación patrimonial en Canarias considera referentes a seguir?
Existen muchas intervenciones sensibles y bien planteadas por estudios locales. Yo no tengo referentes concretos, pero ahora me inspiran algunas de las ideas teóricas del crítico británico John Ruskin: valorar no solo lo estético, sino también lo simbólico y cultural, actuando con respeto para que los edificios «respiren» y no borrar las huellas de su pasado. Las intervenciones deberían ser mínimas y silenciosas, las necesarias para que el inmueble pueda ser habitable, y vayan en pro de ensalzar su significado y reforzar su presencia.

Cine en Guanarteme. / María Rodríguez Cadenas
¿Qué papel debería tener la ciudadanía en la protección del patrimonio?
La ciudadanía tiene un papel relevante, puesto que quizás uno de los reconocimientos más importantes con el que pueda contar el patrimonio sea ese, que los ciudadanos lo reconozcan y lo quieran. Cuando las personas conocen por qué un legado es valioso, cuando alguien se los ha contextualizado y saben los principios de su historia y especificidades, creo que es más fácil que suceda que estos lo integren como propio, y así lo cuiden, respeten y puedan ser también más críticos con las acciones que en ellos se realicen. Por otro lado, a menudo en algunas de las rutas divulgativas sobre nuestro patrimonio arquitectónico que llevo a cabo, me doy cuenta de la cantidad de saberes valiosos que atesoran algunos ciudadanos en relación a la historia de la arquitectura de la ciudad y sus devenires, y creo que por ello podría ser también interesante plantear procesos participativos sobre el patrimonio, para poder recoger las opiniones y experiencias de los ciudadanos e integrarlas en las perspectivas más técnicas e institucionales.
¿Cómo describiría la situación actual de la vivienda en Canarias, especialmente en ciudades como Las Palmas de Gran Canaria?
La vivienda en Canarias atraviesa una situación de desajuste o crisis, compartida con muchas ciudades europeas, pero agravada aquí por las limitaciones territoriales y la presión turística. La falta de regulación y la intrusión del uso turístico en el residencial han provocado desequilibrios, sobre todo en las zonas costeras. En Las Palmas de Gran Canaria estamos viendo cómo vecinos que siempre han vivido aquí se ven obligados a marcharse por los altos precios y la falta de alternativas. Las políticas de vivienda no están actuando con suficiente eficacia para regular el mercado ni proteger a la ciudadanía local. Además, deberíamos entender los proyectos de vivienda social o colectiva como herramientas de reordenación y regeneración urbana, no solo como respuesta habitacional. Podrían servir para innovar en arquitectura y construcción, y sobre todo para promover la integración social: incluir vivienda social en barrios centrales y mejorar la calidad de vida en los periféricos, que han estado más desatendidos.
¿Qué potencial tienen las viviendas antiguas para dar respuesta a la falta de vivienda actual?
Muchas viviendas y edificios antiguos pueden rehabilitarse y adaptarse a nuevas formas de vida, contribuyendo a paliar el déficit habitacional. Aunque no bastaría por sí solo, este camino puede complementarse con vivienda social o cooperativa. Recuperar edificios reduce costes, tiempos, contaminación y ayuda a preservar la identidad urbana de nuestros barrios. La tendencia futura apunta a la prefabricación y a utilizar la madera en las estructuras de los edificios.

Patrimonio arquitectónico de Las Palmas de Gran Canaria / María Rodríguez Cadenas
En la rehabilitación de casas tradicionales, ¿qué suele ser más difícil: la parte técnica, la normativa o la financiación?
La financiación. Las viviendas tradicionales, como las casas terreras, requieren más cuidados y recursos. Sería necesario apoyar su conservación mediante subvenciones o beneficios fiscales para propietarios de inmuebles con valor histórico o patrimonial.
¿Cómo se puede compatibilizar la eficiencia energética con el respeto a la arquitectura histórica?
No son incompatibles. Muchas arquitecturas históricas ya integraban estrategias pasivas —muros gruesos, patios, ventilación cruzada— que favorecen la eficiencia. Hoy, la tecnología permite mejorar confort y rendimiento energético manteniendo la coherencia urbana.

Vegueta / Andrés Cruz
¿Cree que falta conciencia en la sociedad sobre el valor de rehabilitar en lugar de construir de nuevo?
Sí hay conciencia y además está creciendo, aunque aún se asocia también lo nuevo con progreso. Serían útiles más campañas institucionales y asesoramiento sobre ayudas y procesos de rehabilitación. En zonas como la ciudad alta, hay mucho potencial de renovación, pero debe ir acompañada de mejoras en el espacio público y equipamientos para crear entornos habitables, no solo viviendas.
¿Qué papel puede jugar la arquitectura contemporánea en diálogo con los edificios históricos?
Debe dialogar con su entorno, entender su contexto y papel urbano. En algunos casos puede contrastar; en otros, integrarse retomando líneas o materiales de las construcciones históricas. Lo importante es lograr armonía y continuidad visual en la ciudad, evitando desequilibrios entre lo antiguo y lo nuevo.
¿Qué modelo de ciudad te parece más sostenible: expandirse con obra nueva o regenerar lo existente?
Me parece más sostenible el intervenir rehabilitando o sustituyendo viviendas en aquellos territorios que ya han sido construidos o sometidos a procesos de urbanización, para no consumir más suelo. Aunque a la hora de rehabilitar edificios existentes en determinados enclaves de la trama urbana y tomar la decisión de añadir, por ejemplo, más altura en determinadas construcciones, creo que se debería de evaluar muy bien también desde el punto de vista del papel urbano que estas construcciones tienen en su entorno, ya que esas acciones tendrán una gran influencia a posteriori en el paisaje urbano resultante y la calidad ambiental de las calles.

Mano Azul, en la calle Castillo (Vegueta). / Andrés Cruz
¿Cómo imagina nuestra ciudad dentro de 20 años si se apuesta más en serio por el patrimonio y la rehabilitación de viviendas?
Imagino una ciudad transformada positivamente, que ha sabido integrar su cultura arquitectónica en el progreso. Una ciudad donde lo nuevo, lo rehabilitado y lo patrimonial coexisten de forma natural y sin disonancias, y donde la arquitectura contemporánea no busca destacar por sí misma, sino contribuir a crear entornos armónicos y con sentido. Sería una ciudad que se sigue componiendo de sus paisajes culturales diversos, en los que las intervenciones que se han llevado a cabo han mejorado la calidad de vida y hecho avanzar a la sociedad sin haber olvidado los rasgos identitarios que nos definen. Una ciudad que salvaguarda su memoria, mantiene vivas sus dinámicas locales y refuerza así el vínculo emocional de las personas con su entorno, favoreciendo de esta forma el sentido de pertenencia.
Suscríbete para seguir leyendo
- Canarias deja atrás el calor sofocante: la Aemet prevé hoy un descenso notable en medianías y zonas altas
- La Seguridad Social anuncia sorpresas en la paga extra de Navidad para los pensionistas canarios: será la última vez que cobren su pensión actual
- La UD Las Palmas tendrá un hotel de lujo en Las Meleguinas
- Hay 'caso Kirian' en la UD Las Palmas: el ovacionado que saltó en el 86' en Gijón y no llegó a la hora en Huesca
- Así evita el Puerto de Las Palmas que su aparcamiento sea un camping para caravanas
- Cada vez más bajos comerciales convertidos en viviendas: Las Palmas de Gran Canaria triplica en dos años las solicitudes
- Felinos africanos en Gran Canaria: la red de cría ilegal de José, el del Buque, que ha destapado la Guardia Civil
- Imprudencia extrema en Telde: el salto al Bufadero de La Garita que indigna en redes sociales