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Cine

El escritor olvidado por España que aterriza en Gran Canaria de la mano de Laura Hojman con Ibértigo

La muestra de cine iberoamericano de la Asociación de Cine Vértigo, que tendrá lugar entre los días 16 y 24 de octubre, arranca su prólogo con el documental 'Un hombre libre' sobre el dramaturgo y novelista Agustín Gómez Arcos

La directora de cine Laura Hojman, durante el rodaje de 'Un hombre libre'.

La directora de cine Laura Hojman, durante el rodaje de 'Un hombre libre'. / LP/DLP

Martina Andrés

Martina Andrés

Las Palmas de Gran Canaria

El nombre del almeriense Agustín Gómez Arcos (1933-1998) no suele aparecer en los listados de autores de la posguerra española ni en los catálogos de las bibliotecas. Sin embargo, en la Francia que lo acogió tras el exilio, sus novelas se vendieron por miles, y su voz, que encontró el francés como vía para poder expresarse, fue un faro de libertad en tiempos de censura. En su figura, profundiza Un hombre libre (2024), el nuevo documental de la directora sevillana Laura Hojman, que en la tarde de hoy inaugura el prólogo de la 23ª edición de la muestra de cine Ibértigo que se celebra en la capital grancanaria entre los días 16 y 24 de octubre.

La película reconstruye el retrato de un escritor que no fue valorado en su propia tierra pero que, en el país vecino, pudo dar rienda suelta a su creatividad. Gómez Arcos, dramaturgo, novelista y provocador, desafió a la moral franquista desde los escenarios madrileños hasta que la censura lo empujó fuera de España. En París, reinventó su vida y su lengua: escribió en francés y vendió numerosos ejemplares de títulos como El cordero carnívoro -libro de 1975 que en España vio la luz en 2015 de la mano de la editorial Cabaret Voltaire- o Ana no, obras atravesadas por el deseo, la culpa y la herida política.

«Yo pensaba que después de María Lejárraga no iba a hacer más documentales sobre escritores», confiesa en alusión a la cinta que fue nominada a los premios Goya, Forqué y Feroz. Todo cambió cuando la periodista andaluza residente en Francia, María Díaz, le habló de Gómez Arcos y decidió sumergirse en las páginas de El cordero carnívoro. «Me voló la cabeza», recuerda.

Inexistente

Hojman, fiel a su mirada de arqueóloga de la memoria, reconstruye la vida del escritor a través de documentos, de la ayuda de amigos y familiares y, también, mediante los testimonios de figuras del mundo de la cultura que lo conocieron en vida o que han leído su obra con detenimiento y profundidad: Pedro Almodóvar, Marisa Paredes, Bob Pop o Paco Bezerra.

«En Francia había muchísimos archivos de sus participaciones en televisión o en radio, digamos de su época en la que él triunfa como literato. Contrarrestaba con el archivo que había en España, que era prácticamente inexistente», recalca la cineasta. De este contraste, nace uno de los ejes del documental: el silencio. No solo el del exilio, sino el de un país que decide a quién recuerda y a quién deja fuera del relato colectivo. «Hay una historia sobre cómo el silencio nos configura como sociedad», explica.

«España soy yo»

Hojman nunca ha entendido el documental como una biografía al uso. Para ella, el personaje es un vehículo para hablar de temas más universales: la memoria, la identidad, el derecho a nombrar lo propio. En Un hombre libre, esa reflexión cristaliza en una frase solía decir el escritor, «España soy yo», y en la que reside la esencia del documental. «Es una reapropiación del concepto de España, que durante mucho tiempo estuvo en manos de quienes creyeron tener el poder de decidir qué es y qué no es España. A mí me parece importante decir: no, esto también es mío», destaca la directora sevillana.

Entre el resto de ideas que atraviesan los fotogramas de Un hombre libre, hay otra en la que Hojman hace especial hincapié: el derecho al resentimiento. Un resentimiento que no se entiende como una rabia estéril, sino como un acto de dignidad. «El no esconder la herida, el decir: esta herida forma parte de mí y desde aquí voy a hablar, no tengo que avergonzarme, no tengo que dulcificarme», reivindica la cineasta.

Cierre de una trilogía

Con este filme, Hojman hace lo que no hizo tras A las mujeres de España. María Lejárraga (2022): echar -por ahora- el cierre al formato documental y, además, poner fin a lo que ella misma denomina «la trilogía de la memoria», que comenzó con Los días azules, sobre la figura de Antonio Machado.

Lejos de detenerse, la cineasta anuncia un giro en su trayectoria profesional: «Estoy escribiendo un guion de ficción que está todavía en proceso. Es un lenguaje nuevo para mí y necesita su tiempo. Creo que esto también hay que reivindicarlo, porque estamos acostumbrados a una productividad y a unos tiempos rapidísimos, y para crear una necesita también pararse un poco y trabajar con calma», reflexiona.

Hojman cambia en lenguaje, pero no su filosofía de trabajo: la de hacer cine desde su tierra, Andalucía. Junto a su socio -el también director Guillermo Rojas- y desde su productora Summer Films en Sevilla, apuesta por contar desde la periferia. «Creemos que es importante poder crear una industria en nuestra ciudad, en nuestra comunidad, para poder contar desde nuestros lugares, para poder favorecer también distintos puntos de vista, distintas miradas, distintos acentos, distintas voces. Porque si el discurso siempre va a estar en el mismo lugar, en el centro. Y eso no me parece nada sano, ni para la cultura, ni para la sociedad», apunta.

La cineasta pide a administraciones y plataformas que valoren esa diversidad de miradas y territorios, para que los profesionales puedan dedicarse al cine sin desvincularse de su entorno. Como recuerda la propia vida de Gómez Arcos: desde los márgenes también se puede -y se debe- escribir la historia de un país.

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