Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Corea baila a la muerte en la Fundación Martín Chirino

Dos coreógrafas surcoreanas realizan una performance por el 60º aniversario del asentamiento de la comunidad asiática en Canarias

La Provincia

La Provincia

Las coreógrafas surcoreanas Park Yeon Jung y Lee Jeong-yoon trazaron los puntos cardinales que conectan Canarias y Corea, en una acción performática sobre la muerte y el renacimiento titulada Sombra Blanca, que tuvo lugar ayer en el Castillo de La Luz, sede de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino.

La propuesta coreográfica de IPOP Dance Company, en colaboración con Korea-Spain International Arts Exchange Project, puso en pie una performance realizada a partir de los objetos creados por los participantes del taller previo a la exhibición.

Esta jornada cultural que une las culturas coreana y canaria se celebra en el marco del 75º aniversario de las relaciones diplomáticas entre Corea del Sur y España, y el 60º aniversario del asentamiento de la comunidad coreana en el Archipiélago.

El taller comenzó a las 18.00 horas en el taller y la presentación de la artista Park Yeon-jeong con la pieza Dos sombras. Con el mensaje «¿Qué dejamos ir y qué dejamos atrás?», los participantes conocieron el mito coreano Yeongdo Halmi, que argumenta la relación con la cultura sobre la muerte en Canarias, y participaron en la creación de objetos que se situaron en el espacio, como máscaras.

Además, aprendieron acerca del ritual coreano tradicional Gut, además de los cinco colores cardinales, Obangsaek, que simbolizan la muerte y el renacimiento. Los cinco colores cardinales representan los elementales, cada uno con su material correspondiente: el azul representa la madera, el rojo el fuego, el amarillo la tierra, el blanco el metal y el negro el agua.

La presentación de Museo portátil, con Lee Jeong-yoon, el concepto de museo móvil, la instalación Gran Bolsa y los interrogantes «¿De qué color es la muerte para ti?» y «¿Qué inspiración encuentran los artistas en los rituales de despedida de los muertos?», dieron paso a una sesión creativa con tareas como crear un objeto de color, además de la elaboración de objetos que simbolizan la muerte y el renacimiento, como por ejemplo campanas, banderas o amuletos.

La artista dirigió el taller a la expresión en un texto o dibujo el deseo, el miedo y los recuerdos, o la construcción de una máscara de sombra y de un espíritu guardián y un objeto de sombra abstracto que pueda sostenerse en la mano; y experimentar distintas formas simbólicas a través de la luz y las sombras.

Tras esta sesión, el taller se adentra en El camino de la conciencia, experimento en movimiento, con el objetivo de compartir las sombras y sonidos iluminando con los objetos creadas; caminar por los límites, un movimiento que parece cruzar el límite entre la vida y la muerte mientras se mueve lentamente; y el acto de dejar ir, susurrar las palabras cortas como miedos, recordar, dejar de irse, colgando los objetos dentro y fuera del Museo portátil.

En Sombra blanca, la muerte no es el final, sino que se abre como una «puerta a un viaje que florece de nuevo», y el público experimentará un viaje cíclico a través del flujo entrelazado de danza, sonido y luz.

Tracking Pixel Contents