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Música

'Pleito', respiración circular y 'loops' en el nuevo trabajo en solitario de la saxofonista Alba Gil Aceytuno

La artista grancanaria presenta su proyecto el próximo 15 de noviembre con un concierto en la Sala Insular de Teatro. Es la primera vez que se atreve a darle protagonismo a su propia voz.

La saxofonista grancanaria Alba Gil Aceytuno.

La saxofonista grancanaria Alba Gil Aceytuno. / LP/DLP

Martina Andrés

Martina Andrés

Las Palmas de Gran Canarias

Tomar una bocanada de aire. Llenar las mejillas. Expulsar. Sin dejar de soplar, inhalar por la nariz. Esta técnica, conocida como respiración circular, permite mantener el sonido del saxofón suspendido, sin principio ni final. Es el aire que no se agota, el mismo que recorre Pleito, el nuevo proyecto en solitario de la saxofonista grancanaria Alba Gil Aceytuno.

Aunque esta forma de tocar la acompaña desde los 16 años, fue hace poco cuando la artista se propuso hacer un trabajo en el que fuera el elemento principal. En esta exploración, surgió el primer tema, Virgen del Pino, dando comienzo a una aventura que ya la ha llevado a grabar un disco y que la pondrá sobre el escenario de la Sala Insular de Teatro (SIT) de Las Palmas de Gran Canaria el próximo sábado 15 de noviembre a las 19.30 horas.

El pleito al que la saxofonista se ha enfrentado a la hora de componer los temas que integran este trabajo ha sido doble: el primero, consigo misma, para atravesar una época complicada, «sanar ciertas cosas», y hacer una introspección que canalizara esa energía hacia sus composiciones; el segundo, al que Gil Aceytuno se refiere entre risas, es el pleito con los músicos. «Gestionar una banda es muy difícil, hace falta mucha energía, pero los adoro a todos y a todas», recalca la artista que en su trayectoria acumula presencia en proyectos como el de Arube, Zumurrud o Rupatrupa.

A la técnica de la respiración circular se unen los loops, repeticiones del mismo sonido que construyen capas y sostienen una atmósfera que incita a mirar en el interior, como si se tratara de una meditación musical compartida. «En el directo se crea, por lo que me ha dicho la gente que ha estado ahí escuchando, algo medio trance, medio hipnótico, al estar todo el rato con esos bucles», explica la saxofonista.

La voz

En este viaje en solitario, Gil Aceytuno decidió también experimentar con su voz, dándole por primera vez un protagonismo que no ha tenido en ninguno de sus trabajos anteriores. «En Aguayro, que era el proyecto más jazzero, cantaba Belén [Lajalada], pero cuando empezamos a girar, no podía venir con nosotros siempre y empecé a cantar yo esos temas y a tirarme un poco a la piscina. Nunca he cantado y mi voz es medio limitadilla, pero me puse ahí y le cogí el gusto. También en Arube, haciendo coros con las chicas», rememora.

En un principio, Pleito no iba a tener letras, pero a la saxofonista se le empezaron a ocurrir sin previa planificación ni aviso. «Busqué cosas que le dieran un poco más de mensaje a los temas y decidí ponerme a cantar. Me he puesto un poquito más seria estudiando, yendo a clase con una profesora maravillosa», revela.

La artista Alba Gil Aceytuno.

La artista Alba Gil Aceytuno. / LP/DLP

Gil Aceytuno sabe bien como funciona el proceso creativo: hay épocas en las que las ideas fluyen a borbotones, otras en las que la sequía amenaza con secar el cauce de la inspiración. «Cuando llega, llego bastante», confiesa. «Hay momentos en los que aparece todo y otros en los que cuesta más, sobre todo cuando tengo mucho trabajo, encontrar el momento». Así nacieron los temas del álbum, algunos desde el saxofón, otros desde distintos instrumentos. «Por ejemplo, Ausencia la empecé tocando el piano y luego la llevé a este proyecto. En Virgen del Pino, en cambio, lo primero fue el arpegio que suena al principio, después apareció la letra», relata la saxofonista.

La raíz

Ese proceso, casi intuitivo, la llevó también a mirar hacia las raíces de la tierra que la mece con sus olas. «Hay bastante influencia del folclore canario más tradicional, sobre todo del de El Hierro y La Gomera, que es el que se mantiene más alejado de la influencia peninsular. Se escuchan unas raíces bastante ancestrales, o al menos así me suenan a mí. A nivel de instrumentos hay tambores herreños y una chácara, que me hacen de bombo y caja. Y luego las lapas, que se usa más en Fuerteventura y Lanzarote», puntualiza Gil Aceytuno.

El disco incluye también una versión en recuerdo de Valentina la de Sabinosa, una de las figuras más emblemáticas del folclore herreño. «Ya la había grabado con Zumurrud, pero aquí utilizo la melodía que quedó grabada y la letra original que ella cantaba», explica haciendo alusión a este homenaje que mantiene viva la raíz.

Sola en el escenario

En esta nueva etapa, la artista se enfrenta a otro pleito: el de estar sola en el escenario. «Nunca me había sucedido. Y aunque no lo vea como un problema, sí es un desafío. La energía se gestiona de otra manera. Si algo va mal o bien, eres tú sola la que sostiene todo», apunta.

También ha sido un reto «la cuestión rítmica»: «Creo que ha sido lo más difícil y lo más que he tenido que trabajar. Nunca había tenido que sostener el tempo de una banda, porque siempre el saxofón es la última capa de la música. Ahora soy yo todas las capas», concluye la saxofonista.

Con Pleito, Alba Gil Aceytuno se sube sola a las tablas y busca así una forma de respirarse entera: un ciclo que no se interrumpe, una música que inspirar y exhalar a su propio aire. Un soplo continuo que recuerda que la vida también es eso: aprender a sostener sin dejar de respirar.

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