El gustazo se lo dio la UD San Fernando. No hubo final. Al cuarto intento consecutivo por escapar de Tercera División, el equipo de Maspalomas logró por fin el ascenso. No es a Segunda B, la antigua categoría de bronce que ha dejado de existir por culpa de las modificaciones en la competición provocadas por la pandemia, pero sí a Segunda RFEF, la nueva cuarta categoría del fútbol nacional. El cuadro de Tino Déniz liquidó a la SD Tenisca (3-0) en ocho minutos, el tiempo que tardó en marcar dos goles en sus primeras aproximaciones al área rival. Por si no hubiera sido fuera suficiente, pasada la media hora metió el tercero. Y desde entonces el partido dejó de importar, porque la fiesta hacía tiempo que se había trasladado a la grada.
El fuego que había puesto la cita en ebullición los días previos al encuentro quedó extinguido pronto, desde el mismo momento en que la presencia de hasta siete furgones policiales dejó claro que la final iba a transcurrir sin incidentes. El técnico del conjunto palmero había denunciado una agresión a un familiar suyo en el partido de la fase regular disputado en mayo e insultos graves por parte de dos aficionados sentados justo detrás de su banquillo.
Además, dijo que «sería un gustazo» ascender en Maspalomas, aunque luego matizó al aseverar que daba igual el lugar. El caso es que el Sanfer utilizó la frase de José Juan Almeida para pegar un cartel en el vestuario que sirvió para implementar una motivación extra que se evidenció en el duelo de ayer. La frase que contenía era una contrarréplica: poder ascender en casa sería un gustazo –la inscripción aparece en la foto principal de esta información–. Surtió efecto.
Porque a los cinco minutos el cuadro grancanario se adelantó gracias a un cabezazo de Brandon en el área pequeña tras un gran centro de Héctor Ortega, con la zurda, desde la banda derecha. Y sólo 180 segundos después una falta sacada por Stéphane desde el lado contrario la convirtió en gol el central Pedro con un remate certero. Dos tiros, dos tantos y final casi sentenciada.
Separados en la grada
La efectividad del San Fernando, acompañada de una tremenda pasividad del Tenisca a la hora de defender los dos primeros centro laterales del rival, silenciaron a los 50 aficionados llegados desde La Palmas para apoyar a su equipo. Los colocaron detrás del banquillo de Almeida, separados de los 250 seguidores locales que ocupaban la grada contraria –detrás del banquillo de Tino Déniz había niños de las categorías inferiores del Sanfer. No había margen para líos, lo que no sirvió para que varios aficionados increparan al entrenador visitante antes del comienzo del partido y en el descanso.
El optimismo inicial de la afición palmera, que desplegó durante buena parte del choque una pancarta que rezaba nunca caminarás solo, se destruyó por completo cuando Ruimán, en el minuto 36, ganó un duelo, se revolvió en la frontal del área y chutó cruzado con la pierna izquierda para marcar el tercero. Si para justo antes el choque no se había acabado, concluyó en ese momento.
Del Tenisca no se supo nada hasta que se aproximó a la portería de Álamo al filo del descanso con dos remates de cabeza tras centros laterales. Lo suyo era ya una misión imposible, pues debía marcar cuatro goles.
La segunda parte fue un ejercicio de fútbol control del San Fernando. Hubo poco juego y mucha fiesta en la grada grancanaria, que llevaba ya un buen rato celebrando al ascenso que estaba por llegar. Ni en sus pronósticos más optimistas estaba que los suyos fueran a sentenciar la final tan pronto después del partido que ambos habían disputado a finales de mayo –ganó el Sanfer por 3-2 después de perder por 0-2 al descanso–.
La fiesta
Peor se le puso el asunto al conjunto palmero cuando Chema fue expulsado en el minuto 71 por doble amarilla. Antes y después, los de Tino Déniz pudieron marcar algún gol más al contraataque, pero el freno de mano ya estaba echado. Enfrente, el Tenisca se mostraba inoperante en ataque y sólo lograba acercarse a la portería de Álamo con balones colgados.
El sol, siempre protagonista en Maspalomas, abrasaba ya mientras el reloj se acercaba a las dos de la tarde y cuando el pitido final desato de fiesta del Sanfer. El Tenisca trajo su propia agua –había acusado al San Fernando de no darle en el duelo anterior– y también sus balones, pero se llevó tres goles de vuelta. La maldición que le convierte en el equipo de España que más tiempo lleva en una misma categoría sin subir ni bajar –Tercera– sigue vigente. El Sanfer, en cambio, es de Segunda RFEF.
«Mi voluntad es seguir, pero no depende de mí; creo que estoy preparado»
Conseguido el ascenso a Segunda RFEF, uno de los deberes más inmediatos de la UD San Fernando es cerrar el entrenador para la próxima temporada, en la que el equipo sureño militará en la cuarta categoría nacional. Tino Déniz el técnico actual, quiere seguir, pero asume que no es una decisión suya. «Yo creo que estoy preparado para asumirlo –el reto–, pero no depende de mí. No soy capaz de decir si estaré o no. Voluntad tengo, pero sinceramente mi única alegría es el ascenso», declaró a la conclusión del encuentro. Por otro lado, destacó la labor de los suyos ante el Tenisca. «Todo lo que planteamos durante la semana salió a la perfección, y sobre todo tuvimos la fortuna de cara a la hora de definir, que era lo que nos estaba faltando», comentó. «Sabe muchísimo. Hasta diciembre lo bordamos y nos empezaron a suceder muchísimas cosas que no dependían de nosotros –el parón de la competición por culpa de la pandemia– y nos hizo perder el ritmo y jugadores. Nos costó muchísimo», añadió el entrenador del San Fernando sobre el césped.
