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Natación

Saro Lang-Lenton, la ‘madre’ del Metropole

El club grancanario honra la trayectoria de la ilustre docente cuyo nombre perdura con un torneo en la entidad

El saltador olímpico Nico García Boissier junto a Saro Lang-Lenton, el día del homenaje a la histórica del Metropole. A.M.

Saro Lang-Lenton se pasó medio siglo enseñando a las innumerables generaciones de jóvenes grancanarios que acudieron al CN Metropole para dar sus primeros chapoteos. Hoy, el club honra su labor y le pone su nombre al trofeo de fin de campaña, mientras la familia del club le rinde el amor que merece.

Si hay una persona dentro de los límites del CN Metropole que concentre el cariño de todos los nadadores que han ido desfilando por sus piscinas en el último medio siglo esa es sin duda alguna Saro Lang-Lenton. Una huella imborrable que ha dejado en el club de natación de la capital grancanaria y que ha sido reconocida por parte de la entidad poniéndole su nombre al trofeo de final de temporada. Un reconocimiento a 50 años de labor «a full time» (a tiempo completo), como ella asevera.

Quién mejor para describir quién ha sido Saro en el CN Metropole que el referente actual en España en saltos de trampolín que el olímpico Nicolás García-Boissier, su pupilo y con quien paladeó por primera vez el cloro de la pileta capitalina. «Saro es un amor. Para mí es y será como mi segunda madre. Comencé a saltar porque ella me acogió en su grupo y no solo es que me enseñara mis primeros saltitos, sino que me educó dentro del deporte. Disciplina, respeto, y amar a este deporte. Sin ella no sería lo que soy hoy. Le debo muchísimo», desgrana el nadador.

Y es que si el saltador destaca que para él ha sido una madre, no solo en la piscina, también pasa porque le echara sus «primera broncas» para amoldarle dentro de las reglas del club. Aunque ella prefiere tildarlas de otra forma. «Siempre llegaba a un pacto con mis niños para que cumplieran las normas y así pudieran saltar, algo que siempre funcionó», indica la maestras con alegría.

Comienzos con ilusión

Pero para entender la trayectoria de Saro Lang-Lenton hay que retrotraerse hasta 1968, cuando puso por primera vez un pie en el club. «Pasé del Julio Navarro al Metropole como nadadora y a los años me fui encargando también de la dirección de la escuela», reseña la homenajeada.

Su mandato duró una década en la que se encargaba de coordinar a los monitores del club, la recepción y captación de todos los colegios con los que tenían acuerdos para impartir la enseñanza de la natación.

La labor la compaginó junto a Quique Martínez, padre del actual entrenador de saltos del club y responsable de la carrera de Nicolás García-Boissier, además de otras perlas que han ido forjando conjuntamente como Emma Larcada, Lía Rodríguez Glatz o Alicia González.

«Por entonces yo me encargaba de la iniciación y Quique de la tecnificación y siempre me decía medio en broma que le pasaba a los niños muy educaditos», rememora Lang-Lenton entre risas.

Dentro de ese buen ambiente en el que los alumnos que iban pasando cada año por el agua de la entidad ubicada en la calle del Poeta Alonso Quesada, Saro fue forjando el amor tanto por sus niños y niñas como por la familia que ha hecho dentro del recinto. «He pasado más tiempo en el club que en mi propia casa, todo el mundo suele decir que su trabajo es la segunda casa, pues para mí el Metropole ha sido la primera», añade, para remarcar que ahí mismo creció con su pandilla y con los que todavía mantiene una amistad inquebrantable con el paso de los años.

El mismo afecto que mantiene no solo con las amistades de su generación, sino con los que también han sido sus alumnos y que siempre tienen palabras de afecto para su maestra. Y para ello rescatamos también la valoración que García-Boissier hace sobre ella en cuanto a ese respeto y cariño. «Cuando llegué de Japón al conseguir la plaza olímpica el abrazo que nos dimos ya refleja toda la relación que tenemos. No hace falta palabras para describir el amor que yo le tengo y el orgullo que ella tiene por mí», añade el saltador. ¡Qué mejor embajador!

Un aprecio que ella misma se encarga de dejar patente con el club de su vida. «Para mí este reconocimiento me ha pillado totalmente por sorpresa y solo puedo estar agradecida al Metropole porque me ha permitido sentirme una privilegiada por trabajar en el deporte que tanto he amado y amaré». Palabra de la madre de mil generaciones.

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